Apoyos, reuniones y guiños: los vínculos de la política argentina con las elecciones autonómicas de España
En busca del voto de los ciudadanos de origen latinoamericano, los políticos incluyeron referencias hacia la región durante la campaña, en unos comicios que servirán como termómetro hacia los presidenciales de diciembre
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PARA LA NACIONLaura Ventura
MADRID.– “No es inmigración. Somos lo mismo. Un venezolano, un argentino y un español somos lo mismo. Últimamente el populismo está arruinado todavía cada vez más al continente americano”, dijo este jueves la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el programa de radio de Carlos Herrera a 48 horas del fin de la campaña electoral, consciente de la popularidad que su partido posee entre un amplio sector la comunidad latinoamericana que reside en España.
El domingo se celebran elecciones en 12 comunidades autónomas de España, entre ellas, Madrid -donde la derechista Díaz Ayuso, del Partido, Popular se presenta a la reelección-, y es posible trazar algunos paralelos y asimetrías con la contienda argentina.
La última encuesta brindada esta semana por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) mostraba que la diferencia entre los partidos mayoritarios, el oficialista Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP), se estrechaba, con 30,2% para el primero y 27,9 para el segundo. Si estos números se mantienen, el gobierno, golpeado por la crisis económica y la inflación, ganaría a nivel nacional el domingo, pero preocupa que este resultado de cara a diciembre, cuando el presidente Pedro Sánchez, posiblemente, se presente en busca de la reelección. En Madrid, Díaz Ayuso podría lograr la mayoría absoluta para gobernar, sin pactar con Vox, el partido de extrema derecha. Este último obtendría un empate a nivel nacional en el tercer puesto con Podemos, que continúa perdiendo adeptos, a pesar de haberse aliado con Izquierda Unida. El líder de Vox, Santiago Abascal, ha manifestado su respaldo a Javier Milei.
España continúa atomizándose políticamente, alejándose del bipartidismo. Emerge un nuevo partido –muy diferente a la tercera opción argentina, de Milei–, Sumar, liderado por Yolanda Díaz, afiliada al Partido Comunista y también Ministra de Trabajo y de Economía, quien aspiraría a La Moncloa.
Ante la crisis económica preocupa al oficialismo que Díaz, la homóloga de Sergio Massa, mire más por su carrera política que por las finanzas del país. La funcionaria estuvo en diciembre en la Argentina para brindar su respaldo a Cristina Kirchner en un evento realizado por el Grupo de Puebla, en el que también se reunió con Alberto Fernández.
Una contienda a nivel nacional
El principal debate de esta campaña opacó a los candidatos autonómicos y la verdadera contienda, paradójicamente, se dirimió a nivel nacional y con la mirada puesta en los pactos que necesita y que ha realizado el oficialismo para gobernar.
La campaña que comenzó el 12 de mayo y que, como indica la ley electoral, culmina este viernes, no logró poner el énfasis en las estrategias y promesas de los candidatos. Por ejemplo, Sánchez apostaba por fortalecer el discurso de sus líderes regionales con dos proyectos: el anuncio de la Ley de Vivienda y la Ley de Paridad de Sexo (y también reivindicarse con un sector del feminismo tras la reforma de la Ley conocida como “Sí es Sí”, cuyo efecto fue la reducción de las penas e incluso la liberación de violadores y abusadores). Sin embargo, el discurso estuvo monopolizado por el grupo terrorista ETA.
En las listas de candidatos del partido vasco Euskal Herria Bildu, aliado al PSOE en el Congreso, se presentaron políticos que integraron la ETA, e incluso siete de ellos fueron condenados por denominados “delitos de sangre”. Estos últimos decidieron bajar su candidatura, pero desde el oficialismo se teme que este hecho desaliente la participación en las urnas de los simpatizantes del socialismo.
La movilización es uno de los grandes desafíos de los partidos dado que el voto no es obligatorio y en los últimos comicios el promedio de la participación ciudadana en las urnas promedió el 70% del padrón. Para lograr que suba esa cifra, una de las estrategias ha sido captar a los nuevos residentes en España, aquellos que cuentan con ciudadanía (tener la residencia con un pasaporte italiano, por ejemplo, no habilita al voto), aquellos a los que aludía Díaz Ayuso.
Los vínculos con la Argentina
La oposición española, a diferencia de la argentina, ha realizado una gran labor por mostrarse unida. El Partido Popular, que aspira a recobrar el poder central en diciembre, permanece unido, pero hay divergencias en cuanto a la “cuestión vasca”. De todos modos, Díaz Ayuso le brinda elogios al líder gallego Alberto Núñez Feijóo, líder nacional del PP (quien visitó la Argentina en noviembre pasado, más precisamente Buenos Aires, “la quinta provincia gallega”).
Díaz Ayuso recibió a Horacio Rodríguez Larreta en Madrid hace un mes en un encuentro casual durante una escala de un viaje del jefe de gobierno porteño por Europa. “Nos dimos consejos mutuos. Las democracias liberales tenemos que apoyarnos y nos hemos de involucrar en ellas, cuando nos va bien y cuando nos va mal. Le pedí que me escuchara en una cuestión: la unidad. Que no volvamos a caer en errores de otras campañas donde la derecha termina fragmentada”, dijo después una de las figuras clave del PP en diálogo con LN+.
Aunque la mayoría de los candidatos se presentaron en debates públicos televisados en vivo (en Madrid hubo dos; en el segundo, el miércoles por la noche, no acudió Díaz Ayuso y fue reemplazada por su compañera de fórmula), estas elecciones han sido signada con un tono más vehemente que en ocasiones pasadas. Los spots de campaña para TV han sido menos relevantes en estos comicios para las estrategias de los equipos de comunicación que apostaron a brindarle visibilidad a los candidatos a través de las redes sociales, la vía pública y al envío por correo de las propuestas a los ciudadanos. Así, es común recibir en los domicilios, a sobre cerrado, las propuestas del PP y del PSOE.
La sospecha de fraude electoral (llamado popularmente “pucherazo”), plausible de realizarse a través del voto por correo, sobrevuela los comicios españoles hace varias elecciones, pero en esta ocasión ha habido denuncias concretas y la Justicia investiga varios casos (en Melilla y en un municipio de Andalucía, entre otros) donde se habría exigido el voto a cambio de dinero o incluso a cambio de droga.
El domingo último un empresario argentino radicado desde hace cuatro años en la capital española decía en un acto de campaña del Partido Popular: “Los argentinos hemos logrado algo impensado. Ni Elon Musk lo ha podido conseguir. Hemos creado la máquina del tiempo: venimos del futuro”. Quizá sea cierto. Comparar dos escenarios tan distintos siempre acarrea sus riesgos. Pero hay algo que es indudable y es que los políticos españoles han advertido que sus campañas se dirigen cada vez a un electorado más amplio, un electorado no solo español, y que buscan sus alianzas y que su voz llegue más allá de España.
Por Laura Ventura
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