Donald Trump no termina de entender por qué su popularidad no es tan alta como la del científico jefe del equipo especial contra el coronavirus de la Casa Blanca, Anthony Fauci.
"Él tiene esta alta aprobación, entonces ¿por qué yo no la tengo? Es llamativo", llegó a decir el presidente esta semana.
No era el primer dardo que le llegaba a Fauci desde el gobierno, pero el mayor experto en enfermedades infecciosas en el país y principal epidemiólogo de la Casa Blanca trata de mantenerse alejado de ese tipo de controversias a las que califica de una distracción del real problema: la pandemia de Covid-19.
"Solo me enfoco en mi trabajo", le dijo a la BBC en más de una oportunidad en esta entrevista en la que evitó polemizar con la Casa Blanca.
Y sin ánimo de entrar en controversia con nadie, explicó los motivos que, según él, llevaron a Estados Unidos a un repunte en sus contagios confirmados por día y enumeró cinco elementos fundamentales que la población debe cumplir para que empiece a aplanarse la curva de infecciones.
Esta es la entrevista de Fauci con Razia Iqbal, del programa del Servicio Mundial de la BBC Newshour.
-Podemos empezar comentando acerca de las cifras de contagios y muertes en Estados Unidos.
-Cuando miras la dinámica de las curvas de infección en nuestro país, nosotros subimos mucho cuando el área metropolitana de Nueva York era el epicentro del brote.
Luego las curvas comenzaron a descender de vuelta, pero no como sucedió en otros países, particularmente de la Unión Europea e incluso Reino Unido. Nunca llegamos a descender a un punto realmente bajo, nosotros nos mantuvimos alrededor de 20.000 casos por día. Y nos mantuvimos así por algunas semanas.
Lo que pasó después, cuando levantamos algunas restricciones con el objetivo de reactivar la economía, en ciertas regiones del país como algunos estados del sur como Florida, Texas, Arizona o el sur de California empezaron a sufrir contagios. Entonces la base pasó de 20.000 casos diarios, a 30.000, 40.000, 50.000, 60.000 e incluso 70.000 pacientes diarios.
Las muertes, que habían bajado, comenzaron a subir y ahora tenemos 1.000 fallecimientos por día aproximadamente.
Todavía tenemos un número muy considerable de nuevos casos, entonces estamos tratando de controlar esto, empezando a aplanar la curva. Pero nuestra preocupación es que otros estados en otras regiones parecen empezar a atravesar lo que pasaron los estados del sur.
-Son 12 estados en EE.UU. reportan más de 100.000 casos al momento. Claramente es un balance muy difícil, además la emergencia de salud es global. Me pregunto qué es lo que cree que se pudo haber hecho diferente.
-Lo que intentamos hacer, y tengo esperanza de que tengamos éxito finalmente, es agrupar lineamientos que trabajamos con el equipo especial de coronavirus de la Casa Blanca. Estos lineamientos, que tendrían que ser utilizados por los estados, esencialmente una guía paso a paso para una apertura cuidadosa y prudente de las restricciones.
Uno de los problemas que sucedió que algunos estados, no los voy a mencionar, no hicieron esta apertura paso a paso cuando vieron un descenso en el número de casos consistente en cierto periodo de días.
Si esto se hace de manera exitosa, vas a la fase 1 por un tiempo, luego pasas a la segunda y la tercera. Lo que pasó en algunos estados es que saltaron algunos de los hitos de control y pasaron a la siguiente fase, lo que produjo en los hechos un rebrote de los casos.
En otros lugares, los estados intentaron realizar este proceso adecuadamente, sin embargo hubo poblaciones que no siguieron las recomendaciones de evitar aglomeraciones, usar máscaras y mantener el distanciamiento social y eso produjo también brotes nuevos.
-¿Y no es una causa de lo que pasó en esos lugares que hubo problemas con el mensaje que se mandaba? Ustedes prepararon este modelo sobre cómo los estados debieron realizar la apertura, pero en los hechos el mensaje que enviaba el presidente de Estados Unidos en particular sugiriendo que estaba perfectamente bien abrir las economías.
-No voy a tener un diálogo con usted contra el presidente de EE.UU., solo le señalo cuáles son los hechos en terreno y la situación que vive Estados Unidos. A diferencia de otros países, tradicionalmente en nuestra historia, los estados reciben mucha responsabilidad.
Obviamente funcionarios públicos de salud, como es mi caso y de mis colegas del equipo especial, somos muy explícitos en cuanto a qué es lo que se debe hacer y lo decimos continuamente. Y tenemos la esperanza de que los estados vean los resultados de no seguir las recomendaciones y que comiencen a aplicarlas, pero eso es algo que todavía es algo que debe pasar.
-Entiendo que usted no quiere entrar en una conversación en la que diga algo muy crítico contra el presidente de Estados Unidos, pero existe una ligazón clara entre ambos. De hecho, él recientemente comentó acerca del nivel de popularidad que usted tiene y que él no.
-Creo que hablar de este tipo de cosas de verdad son una distracción de lo que realmente estamos tratando de hacer. Yo prefiero no comentar al respecto y concentrarme en mi trabajo y mis responsabilidades como funcionario de salud pública.
-Entiendo, pero usted también ha sido una persona muy conocida por más de cuatro décadas como alguien interesado en la verdad y la transparencia. Entonces cuando el mensaje que llega desde el centro del poder político en Estados Unidos sugiere que usted está confundiendo a la gente creo que es algo que usted debe abordar.
-Lo hice y creo que el público no le presta atención a ese tema. He tenido la oportunidad de hablar de eso muchas veces. De nuevo, todas esas idas y venidas de críticas sobre quién tenía razón y quién esta equivocado es de verdad una distracción de la que quiero estar lejos. Yo trato de mantenerme enfocado en el mensaje que llevo de manera consistente.
-Entonces concentrémonos en los mensajes relacionados a salud pública: el uso de hidroxicloroquina. Esta es una droga que no solo fue mencionada por el presidente, es promovida en Twitter y videos de YouTube por doctores que la llaman la cura milagrosa. Qué es lo que sabemos sobre el uso de la hidroxicloroquina.
-Sabemos que los estudios buenos, y por estudio bueno me refiero a uno con control aleatorio en el que los datos sean creíbles, nos arrojan datos que muestran que el uso de la hidroxicloroquina no es efectivo en el tratamiento de la covid-19.
-¿Qué hay del uso de las máscaras? Hace unos meses cuando se decidió convertir en obligatorio el uso de tapabocas en Estados Unidos, el presidente Trump dijo varias veces que no era una falta por la que podrías ir a la cárcel o siquiera multado. Desde su punto de vista, ¿es absolutamente necesario que la gente use mascarilla?
-Es absolutamente necesario. Existen algunos elementos fundamentales que comunicamos de manera consistente y uno de ellos es el uso constante de máscara. Los otros cuatro son alejarse de las aglomeraciones, mantener el distanciamiento social de al menos seis pies (180 centímetros) y el cuarto es tratar de evitar bares y otros lugares que puedan que puedan ser focos de transmisión. El número cinco es mantener medidas de higiene como lavarse las manos con frecuencia.
Si se practican estas cinco recomendaciones, y es claro en qué estados se hizo esto, se puede aplanar la curva de contagios.
-Me pregunto por qué la pandemia se llegó a politizar tanto. ¿Es porque Estados Unidos está tan polarizado?
-Creo que cualquiera que presta algo de atención a EE.UU. puede advertir que existe un grado de división política en el país. Es algo que, desde luego, interfiere, pero es solo un hecho más de lo que sucede en nuestro país.
Como científico claramente me mantengo fuera del debate político y me enfoco por completo en los problemas de salud pública. Llevo haciendo eso más de 40 años y continuaré así. Mi mensaje siempre fue basado en los datos científicos que disponíamos hasta ese momento.
Una de las cosas que creo que confunde a las personas es que no se comprende que tenemos una situación en permanente evolución, como emergencia sanitaria apenas tiene seis meses. Tienes que continuar aprendiendo, seguir buscando evidencia. Y haces tus recomendaciones basadas en la información con la que cuentas y eso es lo que provoca que existan modificaciones en estos lineamientos a medida que consigues más datos.
-¿Cómo se puede despolitizar esta crisis médica para manejarla mejor? ¿Qué es lo que aprendió de lo que ha visto?
-Lo que aprendí es que cuando tratas de ingresar en el debate político, la gente lo recibe como una distracción del mensaje principal de salud pública. Lo que se debe tratar de hacer de manera individual y como sociedad es estar seguros de comprender que el enemigo aquí es el virus, no hay tiempo para peleas políticas.
Tenemos un enemigo común, un enemigo global común. Es una pandemia histórica, no hay tiempo para distraerse en cosas que no están relacionadas con la lucha contra el virus.
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