Antes de que la Corte defina la suerte de Lula, un mensaje militar genera intranquilidad en Brasil
RIO DE JANEIRO.- Luego de una noche de manifestaciones a favor y en contra por todo el país, a pocas horas de que esta tarde el Supremo Tribunal Federal (STF) juzgue el pedido de habeas corpus que podría evitar que el expresidente Luiz Inacio Lula da Silvasea pronto encarcelado por su condena por corrupción, un mensaje del comandante del Ejército aumentó la tensión en Brasil.
Anoche, en su cuenta de Twitter, el general-comandante Eduardo Villas Boas escribió que el Ejército "comparte el anhelo de todos los ciudadanos de bien en repudio a la impunidad y el respeto a la Constitución, a la paz social y a la democracia, así como se mantiene atento a sus misiones institucionales". Sus palabras, que recibieron de inmediato muchísimas muestras de apoyo y rechazo, generaron un fuerte debate sobre el rol de los militares en momentos de crisis política y agitaron el fantasma de la última dictadura (1964-1985).
"En esta situación que vive Brasil resta preguntar a las instituciones y al pueblo quién realmente está pensando en el bien del país y de las generaciones futuras y quién está preocupado con intereses personales", agregó Villas Boas.
A partir de las 14, los once jueces del STF analizarán el recurso presentado por la defensa de Lula para evitar que el máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT), favorito para las elecciones de octubre, vaya a prisión. El año pasado, en el marco de la Operación Lava Jato, el juez federal Sergio Moro, en Curitiba, halló culpable al exmandatario de haber recibido como soborno en especie de la constructora OAS un departamento tríplex a cambio de garantizarle contratos con Petrobras durante su gobierno (2003-2010). Los abogados de Lula apelaron el fallo, pero en enero el Tribunal Regional Federal, en Porto Alegre, confirmó la sentencia y aumentó la pena a 12 años y un mes de prisión.
Tras la ratificación de la condena, el expresidente debería ya ir a la cárcel, pero su defensa interpuso ante la Corte un habeas corpus que le permita mantenerse en libertad hasta que se agoten los recursos ante las instancias superiores, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y el propio STF. Si el habeas corpus es hoy rechazado, el juez Moro podría dar la orden de detención en cualquier momento.
En este contexto jurídico cada vez más complicado y con numerosas manifestaciones de simpatizantes y opositores a Lula en los últimos días, el críptico recado del general-comandante Villas Boas encendió las alarmas. Sobre todo luego de que varios militares en retiro habían hecho declaraciones en las que advirtieron que si la Corte deja en libertad a Lula haría falta una intervención militar. Ante la diseminación de temores, el gobierno del presidente Michel Temer salió esta mañana a intentar llevar tranquilidad a la población y subrayó que Villas Boas está "aferrado a la legalidad".
Según el ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungmann –ex titular de Defensa-, Villas Boas "hizo un llamado al sentido común, a la serenidad, al respeto a las instituciones".
Por su parte, el Ministerio de Defensa, interinamente a cargo de otro militar, el general Joaquim Silva e Lula, emitió un comunicado que buscó explicar las palabras de Villas Boas pero sembró más dudas. "El comandante del Ejército mantiene la coherencia y equilibrio demostrados en toda su gestión, reafirmando el compromiso de la fuerza terrestre con los preceptos constitucionales, sin jamás olvidar el origen de sus cuadros que es el pueblo brasileño. Y manifiesta su preocupación con los valores y con el legado que queremos dejar para futuras generaciones. Es un mensaje de confianza y estímulo a la concordia", señaló la nota.
Desde el ámbito político, las reacciones fueron dispares. Mientras el líder del bloque de diputados del opositor Partido Socialismo y Libertad (PSOL) Iván Valente entendió las palabras de Villas Boas como "un mensaje intimidatorio contra los tribunales" y resaltó que el ejército no puede pronunciarse políticamente, la presidenta del PT, la senadora Gleissi Hoffmann, apuntó que "así como afirma Villas Boas, el partido defiende el combate a la impunidad y el respeto a la Constitución, inclusive en lo que se refiere al papel de las fuerzas armadas".
Hoffmann añadió que "el respeto a la Constitución implica la garantía de la presunción de inocencia", y por lo tanto defendió que el expresidente Lula pueda apelar en libertad hasta sus últimos recursos. En tanto, el vicepresidente del Senado, Cassio Cunha Lima, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), se limitó a señalar que el general-comandante "expresó un sentimiento de preocupación con los destinos del país".
El presidente de la Orden de Abogados de Brasil, Claudio Lamachia, reconoció que Brasil pasa por una fuerte crisis institucional, política y económica, pero subrayó que "para los males de la democracia, debe haber más democracia; ¡no podemos repetir los errores del pasado!". En el mismo sentido, el exprocurador general de la República, Rodrigo Janot, consideró que el mensaje de Villas Boas no fue positivo; "si es lo que parece, otro 1964 sería inaceptable; pero no creo en eso realmente".
El clima de alta polarización política que ha producido este juicio de Lula y su eventual salida de la contienda electoral (la legislación, a través de la llamada Ley de Ficha Limpia, no permite que una persona condenada en segundo grado sea candidato a un cargo electivo), llevó a que la presidenta de la Corte Suprema, Carmen Lucia Antunes Rocha, también emitiera un inusual mensaje en video exhortando a la serenidad al comienzo de la semana.
Y ante la posibilidad de que la sesión del STF hoy sea alterada por disturbios, pidió a la Policía Federal y a la Secretaría de Seguridad del Distrito Federal un refuerzo de las medidas de seguridad. Hoy, a la espera de manifestantes a favor y en contra de Lula, Brasilia amaneció con el Eje Monumental bloqueado y la sede del STF, frente a la Plaza de los Tres Poderes, vallado. Más de 4000 agentes policiales fueron desplegados en la zona céntrica de la capital.
Anoche hubo diversas manifestaciones callejeras en las principales ciudades de Brasil. Las mayores –en San Pablo y Río- fueron de opositores a Lula, convocados por los grupos cívicos de derecha Vem Pra Rua y Movimento Brasil Livre, que también habían organizado marchas a favor del impeachment de Dilma Rousseff en 2016. En los actos de ahora se vieron carteles con imágenes de Lula y leyendas como "STF, no nos defraude" y "¡Chau, querido!".
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