Antes de la matanza, el extremista le envió su manifiesto a la premier de Nueva Zelanda
El mail fue recibido en una cuenta del gobierno, pero Jacinda Ardern no llegó a leerlo
CHRISTCHURCH, Nueva Zelanda.- El autor de la masacre en dos mezquitas en Christchurch le había enviado su manifiesto racista a la primera ministra, Jacinda Ardern, solo minutos antes de lanzarse con decisión al ataque, según señaló ayer el gobierno de Nueva Zelanda , que reveló detalles del mayor atentado de la historia del país.
El jefe de prensa de Ardern dijo que la oficina de la premier recibió un correo electrónico con el manifiesto en el que el australiano Brenton Tarrant, un militante ultraderechista de 28 años, exponía su lógica racista y revelaba sus tendencias criminales.
El vocero Andrew Campbell señaló, sin embargo, que el mensaje fue enviado a una cuenta de mail genérica del personal de la oficina, y que Ardern no lo había visto.
Tarrant subió su manifiesto de 74 páginas a las redes sociales al mismo tiempo que se lo enviaba a Ardern, pero nadie alcanzó a darse cuenta para alertar a las autoridades de la peligrosidad del sujeto.
Al comparecer ante la corte de Christchurch el extremista fue imputado de asesinato por la masacre que ayer sumaba 50 víctimas. Hasta anoche, 36 personas continuaban internadas por heridas de bala, 11 de ellas en terapia intensiva. La mayoría de los internados son personas de entre 30 y 40 años, pero hay un chico de 2 años y otro de 13.
Tarrant tenía dos fusiles semiautomáticos y dos escopetas con licencia en el momento del atentado, dijo Ardern a la prensa, y reiteró su compromiso a cambiar las leyes sobre tenencia de armas en el país, como anunció tras el ataque.
También reiteró que el asesino no figuraba en ninguna lista de sospechosos de extremismo entre la comunidad de inteligencia antiterrorista, en Nueva Zelanda o cualquier otro país. Otras dos personas que permanecían como sospechosos bajo custodia policial fueron dejadas en libertad tras comprobarse que no tuvieron ninguna participación en el atentado.
Con el criminal bajo custodia, las autoridades profundizaron la investigación y se enfocaron en las víctimas y las familias de los caídos.
"Nuestra otra prioridad clave es asegurarnos de que las personas tan terriblemente afectadas por estos hechos tengan el apoyo y el bienestar que necesitan", dijo la policía en un comunicado. Ardern, que llevaba un velo oscuro, se reunió ayer con sobrevivientes y familiares de las víctimas musulmanas en un colegio.
En las calles de Christchurch la desolación aún dominaba a los habitantes de la ciudad, que acudieron en grupo o en solitario a dejar flores en un semáforo cerca de la mezquita Al-Noor, uno de los dos blancos de Tarrant, cuyos alrededores estaban acordonados por la policía.
"El amor siempre derrota al odio. Mucho amor a nuestros hermanos musulmanes", decía una tarjeta escrita a mano que habían dejado sobre una ofrenda de flores en un sector histórico de la ciudad, que se extendía por una cuadra de largo.
En esa ciudad y el resto del país hubo múltiples señales de solidaridad de los neozelandeces hacia los inmigrantes musulmanes, con la determinación de mostrarse cercanos a una comunidad dolida, mediante simples gestos como ofrecerse a llevarlos en auto a hacer las compras o a caminar junto a ellos si no se sentían seguros.
Agencias AFP, AP y DPA
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