Ante el Capitolio, Petraeus pidió disculpas
Habló ante una comisión de legisladores; la central de inteligencia abrirá una investigación sobre el affaire
WASHINGTON.- El ex director de la CIA , David Petraeus, sigue rodeado de peligros, como quizá nunca lo estuvo durante su larga carrera militar. Lideró las fuerzas norteamericanas en Irak y Afganistán y se lo reconoce como uno de los más destacados generales de las últimas décadas . Pero, desde hace una semana, lo que lo atormenta es su affaire extramatrimonial.
Ayer se vio forzado a pedir disculpas en el Congreso por su relación con su biógrafa Paula Broadwell , que sacudió a la comunidad de inteligencia y a las fuerzas armadas de los Estados Unidos.
Horas antes, la CIA había anunciado la apertura de una investigación que se suma a la ya realizada por el FBI y a la que está en curso en el Pentágono. Además esta trama de espías y amantes de la vida real llegaría al cine en los próximos meses, según comenzó a rumorearse en Hollywood.
Petraeus se disculpó frente a los legisladores durante una interpelación en el Congreso a la que había sido convocado por otra investigación, el ataque contra el consulado en Benghazi, Libia, el 11 de septiembre pasado, que les costó la vida al embajador Chris Stevens y a otros tres funcionarios norteamericanos cuando él estaba al frente de la CIA.
También a eso había sobrevivido Petraeus, pues su cargo en la agencia no fue puesto en entredicho en los días que siguieron al ataque, a pesar de las fallas de seguridad en la delegación diplomática que permitieron la brutal acción.
De hecho, el mismo Petraeus reiteró que su renuncia a la central de inteligencia, la semana pasada, fue por el romance con Broadwell y no por el fiasco de Benghazi.
El escándalo de Petraeus llevó ayer al Congreso a una multitud de periodistas, en una cantidad sin duda superior a la que suele cubrir los asuntos legislativos de Washington, por lo que el ex militar debió entrar a la audiencia ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes por una puerta lateral. Fue su primera salida oficial tras su renuncia a la CIA el 9 de noviembre.
Aunque la reunión transcurrió a puertas cerradas, el congresista republicano Peter King reprodujo más tarde, en rueda de prensa, las disculpas de Petraeus. King aclaró, sin embargo, que la sesión estuvo dedicada por completo al ataque islamista contra el consulado en Libia.
En el centro de interés estaba dilucidar si la CIA había informado correctamente sobre la naturaleza del ataque. En los días posteriores al asalto, el gobierno había informado que se trató de una multitud descontrolada de islamistas enfurecidos por un video, realizado en Estados Unidos, que denigraba al profeta Mahoma. Pero luego se supo que los autores de la masacre eran en realidad activistas vinculados a la red terrorista Al-Qaeda.
Asuntos internos
Sobre el affaire de Petraeus con Broadwell, un vocero de la CIA informó anteanoche que la agencia conducirá su propia pesquisa.
"La investigación es exploratoria y no presupone ningún resultado particular" y será dirigida por el inspector general de la agencia, declaró el vocero Preston Golson. "Si hay lecciones que aprender de este caso, lo haremos para mejorar", agregó.
El caso Petraeus también afectó al general John Allen, comandante de las fuerzas de la coalición internacional en Afganistán, después de que se descubriera que éste intercambió correos electrónicos con Jill Kelley, amiga de ambos militares y la mujer que destapó el escándalo.
Kelley, una mujer de 37 años de Tampa, Florida, habitual organizadora de eventos sociales para los altos mandos de una cercana base militar, denunció meses atrás que recibía mensajes amenazantes de quien después se supo que era Broadwell, celosa de una supuesta relación entre ella y su amante.
En un nueva página del caso, ayer se supo que Kelley visitó la Casa Blanca tres veces en los últimos meses. Ella y su hermana asistieron a comidas "de cortesía" con un miembro del personal de la Casa Blanca no identificado en dos de esas tres ocasiones, de acuerdo con el sitio Politico.
El 28 de septiembre y el 24 de octubre las hermanas estuvieron desayunando en el comedor del personal de la Casa Blanca. Además, el 4 de noviembre, cinco días antes de que saliera a la luz el escándalo, Kelley, su marido, su hermana y otros familiares hicieron una visita guiada abierta al público por los jardines de la Casa Blanca.
En tanto, en Hollywood, ejecutivos de los estudios están enfrascados en reuniones desde el lunes en busca de potenciales guiones que se puedan adaptar. Los agentes están recibiendo llamadas y los autores reciben correos electrónicos. "Esto va a crear una gran película y un libro de interés", dijo la agente literaria Judi Farkas.
Agencias ANSA, EFE y Reuters
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