Ante el anuncio de nuevas leyes, los norteamericanos salen a comprar armas
Los trámites para adquirirlas crecieron casi un 60% en diciembre; Obama presenta hoy un proyecto
WASHINGTON.- Ante la inminente presentación de un proyecto de ley de la Casa Blanca para aumentar su control, los amantes de las armas de fuego en Estados Unidos salieron a vaciar las estanterías de los comercios especializados.
Los pedidos de antecedentes criminales para la compra crecieron en diciembre un 58,6%, respecto del mismo período del año anterior.
Y, por obra de la economía de mercado, los precios de los cargadores automáticos de 30 balas, como los usados hace un mes por el asesino de la escuela de Newtown, aumentaron su precio de 12 a 60 dólares. En muchos estados, incluso, están directamente agotados los fusiles de asalto AR-15, el modelo que usó el tirador Adam Lanza.
"Las estanterías están vacías. Es como si se acercara un huracán que lleva a la gente a acopiar papel higiénico y agua potable", dijo Leonard Kazanov, visitante de una feria de armas de Maryland que batió todos sus récords de asistencia.
"Cuanto más hable la gente en Washington, más larga será la fila de ingreso en las ferias y negocios de armas", dijo Kazanov.
Efectivamente, tanta ansiedad precede al anuncio que realizará hoy el presidente Barack Obama, con un paquete de medidas específicas para endurecer el control de armas, incluyendo la prohibición de armas de asalto, basado en las recomendaciones presentadas por el vicepresidente Joe Biden.
El objetivo, dijo ayer el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, es prevenir "futuras tragedias" como la ocurrida el pasado 14 de diciembre en la escuela Sandy Hook en Newtown (Connecticut), donde 20 chicos y seis adultos fueron masacrados.
Aunque no hay cifras concretas sobre el fenómeno desatado en las últimas semanas, los medios locales están seguros de que la propuesta de Obama de restringir el derecho a la tenencia de armas disparó la venta de fusiles, pistolas y municiones. Algunos incluso calificaron al presidente, socarronamente, como el "mejor vendedor de armas del país".
Según trascendió, el gobierno tiene intención de anunciar una prohibición "razonable" de armas de asalto y una radiografía minuciosa de todos los compradores de armas. Sin embargo, Obama matizó que les corresponde a los congresistas tomar después una decisión "de acuerdo con su propia conciencia".
Para el presidente, el furor de las compras es consecuencia del miedo sembrado por el lobby de los defensores de las armas. Afirmar que "se le quitarán las armas a todo el mundo obviamente es bueno para el negocio", dijo anteayer Obama. Al mismo tiempo, intentó calmar los ánimos: "Los dueños de armas responsables no tienen nada que temer".
La legislación norteamericana para la compra de armas de fuego de alto poder es una de las más laxas. Sólo se requiere tener 21 años, presentar licencia de conducir y llenar un formulario.
Con el respaldo de la Segunda Enmienda de la Constitución, cada ciudadano del país tiene derecho a comprar, portar y usar un arma de fuego, por lo que no sorprende que en un país donde habitan más de 308 millones de personas exista un estimado de 270 millones de armas de fuego en manos de los civiles. Esta cifra convierte a Estados Unidos en el país con mayor cantidad de armas de fuego per cápita.
A pesar de que existe una ley federal que regula la adquisición, transportación y restricciones a la tenencia de armas de fuego, llamada Acta Nacional de Armas, cada uno de los 50 estados tiene su propia legislación respecto de la venta, compra, portación y uso, por lo cual los requisitos varían según la región.
De hecho, el Senado del estado de Nueva York aprobó anteanoche una ley para endurecer el control de armas, considerada la más estricta de Estados Unidos.
El proyecto prevé una rigurosa prohibición de las armas de asalto y suma nuevas restricciones sobre las municiones y la venta de armamento. Además, reduce el tamaño de un cargador de 10 a 7 municiones y amplía los requisitos de chequeo de antecedentes.
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, apoyó la nueva norma. "En un momento hay que decir: «No más pérdida de vidas inocentes»", expresó.
Agencias AFP, ANSA y DPA
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