Angela Merkel, la líder austera y centrada en el G20 de los ególatras
Casi todo está listo. Los líderes del G20 están en Buenos Aires y desde esta mañana están reunidos en el Centro Costa Salguero, sede de la cumbre. La única ausente es la canciller alemana, Angela Merkel, que ayer debió cambiar de planes por un problema técnico en su avión. Pasó la noche en Bonn, voló hasta Madrid y junto a una delegación reducida abordaron un vuelo comercial hacia Buenos Aires. Está en camino.
Merkel volaba hacia la Argentina ayer a la noche cuando su avión, de la fuerza aérea alemana, tuvo que dar la vuelta mientras sobrevolaba Holanda por un problema técnico. Según explicaron fuentes militares alemanas a la prensa internacional, se trató de una falla eléctrica que podría haber afectado a los sistemas de radio y de combustible. La canciller pasó la noche en Bonn (oeste), y viajó rumbo a la capital española en un avión oficial. En Madrid, la canciller abordó el vuelo 6849 de Iberia rumbo a Buenos Aires, que despegó a las 9.01 (hora de España).
A pesar de que hubo especulaciones en los medios sobre un eventual sabotaje en el avión de la canciller, la fuerza aérea alemana descartó esa posibilidad. "No tenemos la más mínima sospecha de que haya habido sabotaje", dijo un vocero de la fuerza aérea de Alemania a la agencia EFE.
Está previsto que Merkel aterrice en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (Ezeiza) a las 18.05. Tras perderse la inauguración de la cumbre y las deliberaciones de la primera jornada, hoy solo podría participar de la cena de gala en el Teatro Colón con los demás mandatarios.
Mañana, la canciller intentará -con agendas completas y voluntades difíciles- mantener reuniones bilaterales clave entre las sesiones de la cumbre. Martina Fietz, vocera del gobierno alemán, confirmó hoy que Merkel se reunirá mañana con el presidente ruso, Vladimir Putin. El resto de los encuentros serán confirmados una vez que la canciller esté en Buenos Aires.
Antes de que la falla del avión alterara sus planes, Merkel tenía previsto reunirse con el presidente norteamericano, Donald Trump; con el mandatario chino, Xi Jinping, y con el anfitrión, Mauricio Macri.
En una cumbre marcada por tensiones, el impredecible e intempestivo Trump, la "guerra comercial" entre Estados Unidos y China, la hostilidad latente entre Turquía y Arabia Saudita por la muerte del periodista Jamal Khashoggi; el agravamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania por el estratégico estrecho de Kerch, que conecta el Mar Negro con el Mar de Azov; la intención del presidente francés, Emmanuel Macron, de incluir en la agenda del G20 compromisos respecto al cambio climático -que Trump nunca aceptaría-, es probable que Merkel se destaque. Pragmática, sobria y propensa al diálogo, la canciller alemana podría tener un rol de equilibrista y contribuir a limar asperezas.
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