AMLO: el ícono progresista que está gobernando como un conservador
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando Andrés Manuel López Obrador alcanzó la presidencia de México tras años pidiendo un cambio, muchos esperaban un líder transformador que llevase al país hacia la izquierda en un momento en el que gran parte de Latinoamérica daba un giro a la derecha. Pero en muchos sentidos, López Obrador está gobernando como un conservador: recortes en el gasto, grandes inversiones en el desarrollo de combustibles fósiles y colaboración con Estados Unidos para frenar el flujo de migrantes que se dirigen hacia el norte.
Mientras el coronavirus se propaga por México, el presidente, conocido popularmente como AMLO, rechazó cuarentenas generalizadas y presionó para mantener la economía en marcha. Utilizó la pandemia para justificar el debilitamiento de las protecciones ambientales y promocionó proyectos de infraestructura centrados en el petróleo a pesar del colapso de los precios del crudo. Se resistió tanto a los programas de estímulo económico como a la expansión de las pruebas diagnósticas y del seguimiento de los contagios.
Ahora, López Obrador está retomando sus característicos viajes por las zonas rurales del país a pesar del récord de contagios y decesos por el virus. Tras un freno de dos meses, el dirigente retomó el lunes las visitas a las provincias. En Cancún e Isla Mujeres, visitó una base de la Marina y presidió una ceremonia que marcó el inicio de la construcción de un tren turístico que unirá los balnearios en la playa con las ruinas en la península del Yucatán. Su única concesión a la pandemia es que ya no camina por entre las multitudes de seguidores, besando a los niños y recibiendo abrazos.
Cuando no está de gira, López Obrador emplea las redes sociales y sus conferencias de prensa diarias para dominar el ciclo informativo y calificar cualquier posible crítica como parte de una conspiración. Muchos observadores ven similitudes con la estrategia de comunicación de su homólogo estadounidense Donald Trump. "Son muy parecidos", dijo Federico Estévez, profesor de ciencias políticas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
Cuando a López Obrador no le gusta lo que muestran las estadísticas, no tiene reparos en cambiarlas. Recientemente sugirió sustituir el Producto Interno Bruto, que no registró crecimiento alguno en más de un año, por un índice de "bienestar" que mida la "felicidad". "Vamos a preguntarle a la gente sobre no sólo la cuestión material, sino sobre otros factores (como) el bienestar del alma y no solo el bienestar material", expresó el dirigente la semana pasada.
El Estado debe tener como propósito principal garantizar el bienestar del pueblo. Conferencia matutina. https://t.co/RtAuw6tuNZ&— Andrés Manuel (@lopezobrador_) May 28, 2020
Sobre el coronavirus, México aseguró que está realizando muy pocas pruebas diagnosticas de forma deliberada. Se realizaron apenas 250.000 tests en un país de más de 125 millones de habitantes, menos de dos por cada 1000 personas, lo que lleva a los críticos a afirmar que las cifras del Covid-19 que informan las autoridades están muy lejos de la realidad.
"El gobierno mexicano, quizá a diferencia de muchos otros, acaso la mayoría, ha dicho que no tiene como propósito de la vigilancia epidemiológica el contar todos y cada uno de los casos'', dijo Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y la cara visible del gobierno en la lucha contra el virus. ''No nos interesa porque es inútil, costoso e inviable", defendió.
Ante la duda de elegir entre una costosa y probablemente imposible de obtener, cantidad de pruebas o la rápida ampliación de las camas hospitalarias, la elección para AMLO era evidente: las camas. Su único objetivo declarado en la pandemia es "que no nos rebasara, que no se saturaran los hospitales, que no pudiésemos atender a todos los enfermemos, que no contáramos con espacios de hospitalización, de terapia intensiva".
Lo más revelador es la información que México esconde: cifras de "exceso de fallecidos" o patrones de decesos de años anteriores que podrían servir para determinar cuánta gente murió este año en comparación con los anteriores por causas como neumonía. En el reporte de esos datos hay una demora de dos años.
Cuando @lopezobrador_ llegó al poder en México, muchos esperaban un líder transformador. Pero en muchos aspectos, gobierna como un conservador https://t.co/RAEuhQFwxN&— AP Noticias (@AP_Noticias) June 2, 2020
El grupo cívico Mexicanos contra la corrupción y la impunidad dijo que la estrategia de realizar pocas pruebas "limita la posibilidad de identificar a los supercontagiadores, individuos asintomáticos que dispersan masivamente al virus", lo que podría suponer un desastre a medida que la economía comenzó a reactivarse el 1 de junio.
En el frente económico, López Obrador ve la pandemia como una oportunidad de profundizar su giro hacia un movimiento nacionalista centrado en el estado que no esté sujeto al escrutinio internacional. Y, como Trump, el presidente mexicano utilizó el coronavirus para debilitar algunas políticas ambientales. López Obrador sigue adelante con la construcción de una nueva refinería, pese al exceso de capacidad en todo el mundo.
Su amor por el petróleo canceló la compra de electricidad de nuevos proyectos de energía eólica y solar en parte para salvar a las plantas petroleras estatales de la competencia. Como responsables de los asuntos de los indígenas, recurrió a la estatal Pemex para ayudar a solucionar la falta de tierras de cultivo en la región de los chontal. Hizo que Pemex le prestase una barcaza para dragar los humedales y acumular esa tierra en zonas de terreno más fino.
López Obrador resalta recuperación de la economía pese a crisis por pandemia https://t.co/Sr9SNcjWwl·&— Banca y Negocios (@bancaynegocios) May 31, 2020
Sin embargo, mientras el resto del mundo adoptó medidas en las que se aumentó el gasto público, AMLO hizo todo lo posible por recortarlo pidiendo a las universidades públicas que devuelvan parte de sus presupuestos, a los científicos que donen parte de sus salarios y a las autoridades federales que se rebajen el sueldo.
El presidente no concedió ampliaciones en el pago de impuestos y, en su lugar, recurrió a préstamos pequeños para pequeñas empresas y micronegocios. Prometió no solicitar préstamos ni tener déficit presupuestario, una posición bastante inflexible dado que México enfrenta una caída del 10% en el PIB y la pérdida de un millón de empleos este año.
Pero López Obrador tiene un talón de Aquiles: sigue siendo muy sensible a las críticas y califica cada llamado a reevaluar sus políticas como una conspiración contra su persona. Recientemente comparó a sus críticos con "buitres", acusándolos de utilizar a las víctimas del coronavirus para desacreditarlo.
"Empezaron inventando fallecimientos, luego apostaron a que estábamos ocultando difuntos, luego con escenas de hornos crematorios; todavía hasta hace tres, cuatro días, un periódico habló de que estaban llenos los crematorios", expresó el mandatario. Y exclamó: "(Esto es) muy perverso, de poca ética".
Agencia AP
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