Andreas Lubitz tomaba antidepresivos y tranquilizantes contra la ansiedad y los ataques de pánico
Según el diario alemán Bild, el copiloto de Germanwings seguía un tratamiento al momento de subirse al avión que estrelló deliberadamente; además, les había ocultado a sus médicos que seguía volando pese a sus problemas de salud
BERLIN.- Siguen surgiendo novedades sobre el estado de salud de Andreas Lubitz , el copiloto de Germanwings que hace nueva días habría estrellado adrede un Airbus 320 con 150 personas en los Alpes franceses. Según informa hoy el diario alemán Bild citando a fuentes judiciales, el joven tomaba fármacos contra la depresión, los ataques de pánico y la ansiedad cuando se subió al avión.
La publicación sensacionalista alemana afirma que Lubitz, de 27 años, tomaba antidepresivos y el tranquilizantes Lorazepam, una droga prescrita para quienes tienen problemas de sueño y usado también contra ataques de pánico y ansiedad.
Según nuevos detalles de la investigación, además, Lubitz sufría de un problema en la vista que habría sido provocado por un accidente de tráfico que tuvo en 2014. En ese momento, el impacto del airbag en su cara le habría provocado la dolencia. Desde entonces, el joven veía "oscuridad en torno a él" con frecuencia, según Bild.
El fin de semana pasado, el mismo diario afirmó que Lubitz temía haber sufrido un desprendimiento de retina, y ayer, fuentes de la investigación alemana dijeron que la reacción extrema del joven durante el vuelo habría sido provocada por el temor a perder su licencia para volar por ese problema.
El diario insiste en que Lubitz estaba de baja médica y afirma que, si bien los galenos que lo atendieron sabían que era piloto de Germanwings, él les ocultó que seguía volando pese a sus problemas. También le ocultó a la empresa esta información.
La matriz de Germanwings, Lufthansa, dijo el martes último que cuando Lubitz retomó su formación como piloto en el 2009 dio a la escuela de pilotos documentos médicos que mostraban que había pasado por un "episodio previo de depresión grave".
Alemania revisa los exámenes de los pilotos
El Gobierno alemán revisará los sistemas de cierre de las cabinas de vuelo de los aviones y los exámenes médicos y psicológicos de los pilotos, tras la tragedia del vuelo que cubría el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf.
Así lo anunció hoy el ministro alemán de Transportes, Alexander Dobrindt, tras una reunión con representantes de la Federación Alemana de la Industria de la Aviación.
En esa reunión se acordó crear una comisión de expertos que analice estas cuestiones y presente un catálogo de propuestas, tanto en lo relativo a los sistemas de seguridad de los aviones como a las pruebas de aptitud de los pilotos.
"Nuestro objetivo es optimizar la seguridad aérea y revisar los estándares actuales, a la luz de la terrible tragedia de Gemanwings", indicó el ministro Dobrindt.
El grupo de expertos analizará, entre otros aspectos, los mecanismos de cierre de las cabinas de pilotaje, implementadas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 de Nueva York para impedir el acceso de intrusos en ese espacio.
Las investigaciones realizadas por la fiscalía francesa, basadas principalmente en las grabaciones de una de las cajas negras del Airbus A320, apuntan a que Andreas Lubitz bloqueó la puerta por dentro al quedarse solo en la cabina, en ausencia del capitán, y luego impidió que éste pudiera entrar de nuevo.
Según reveló la Fiscalía de Düsseldorf, el día de la catástrofe el joven, que antes de obtener su licencia como piloto recibió tratamiento psicoterapéutico por "tendencias suicidas", tenía una baja médica, que aparentemente no comunicó a Germanwings.
La comisión de expertos estará integrada tanto por técnicos, como por evaluadores médicos y psicólogos, con el fin de optimizar los exámenes a los que se somete a los aspirantes a piloto, indicó el presidente de la Federación Alemana de la Industria de la Aviación, Klaus-Peter Siegloch.
El representante de la industria del sector hizo hincapié en las conversaciones que "prácticamente a diario" se mantienen con el gobierno desde la catástrofe de los Alpes.
Siegloch recordó que, prácticamente de forma inmediata, las principales aerolíneas alemanas adoptaron la norma de que en la cabina no puede quedarse una persona sola y que, en caso de que el piloto o el copiloto se ausenten, su puesto sea ocupado hasta su regreso por otro miembro de la tripulación.
Agencias Reuters, ANSA y EFE
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