Amor en tiempos de pandemia: los argentinos que se casaron en Zoom desde Nueva York
"Te recibo a ti como mi esposo, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todo los días de mi vida". Esos son los votos matrimoniales que solían escucharse a diario en el registro civil, pero ya no más.
La pandemia del coronavirus ha puesto en pausa la vida como se la conocía. El enemigo invisible ha roto los tejidos de la vida cotidiana, y también alteró las ocasiones especiales en el mundo como los casamientos. Pero desde hace unos días, en el estado de Nueva York , la gente puede celebrar la unión de dos personas por videollamada.
En medio de un panorama cargado de falta de certezas y angustias, el gobernador Andrew Cuomo firmó una orden ejecutiva que autoriza a personas a casarse a través de una aplicación del teléfono o la computadora. La noticia llegó como un alivio para muchas parejas que habían visto sus sueños congelados por tiempo indeterminado. Entre ellos, Nicolás Usandivaras y Matías Regenhardt, dos argentinos que viven en la Gran Manzana, quienes finalmente pudieron celebrar su matrimonio con sus amigos y familiares vía Zoom.
Se conocieron por Instagram y se casaron gracias a una aplicación de videollamadas. Los millenials Usandivaras y Regenhardt -ambos de 30 años- se ríen en una conversación telefónica con LA NACION al pensar en eso. Están felices. Pudieron dar el sí frente a todos sus seres queridos, aún en tiempos de dolor y distancia.
"La verdad es que estamos super contentos; poder compartir un poco de amor con todos fue muy lindo", dicen los dos desde su departamento en Brooklyn, donde viven desde hace más de un año.
Regenhardt le propuso casamiento a Usandivaras en Los Ángeles, en un viaje que inició por trabajo pero que culminó con una romántica escapada en San Valentín. En la playa, la pareja vivió el momento y comenzaron con los planes para celebrar a mediados de abril con una pequeña ceremonia en Nueva York para luego tener una fiesta más grande en la Argentina. El avance del coronavirus complicó todo.
Los casamientos en el estado de Nueva York tienen dos pasos: primero se debe tramitar lo que se llama la licencia de matrimonio, y después se hace la ceremonia, dentro o fuera del registro civil. Desde que se emite la licencia hasta la ceremonia hay dos meses para presentar la documentación por correo para oficializar el casamiento.
Los chicos habían podido conseguir la licencia para casarse antes de que empezara la cuarentena en Nueva York, pero estaban casi al límite de su expiración. Fue entonces cuando recibieron el llamado del ministro oficiante -el hombre que habían contactado semanas antes para casarlos- con la propuesta de hacerlo vía videollamada.
"Fue todo muy rápido. En el momento en el que decidimos hacerlo, enviamos el link con el ID del encuentro en Zoom a todos nuestros amigos y familias un par de días antes del casamiento", contó la pareja. "Para todos fue una enorme sorpresa porque si bien todos sabían que se venía un casamiento, nadie se imaginó que nos íbamos a casar ahora en el medio de todo esto. Nuestra sorpresa para todo el mundo fue una alegría enorme, todos se coparon con la propuesta", dijo Usandivaras.
Alianzas, torta y champagne. Todos los preparativos se hicieron en menos de una semana, con pedidos por teléfono y entregas por correo. "Llamamos a Tiffany’s para ver si nos podían hacer llegar la alianza a tiempo, pero ellos nos decían que se demoraban entre 7 y 10 días en procesar la solicitud. Insistimos mucho y por suerte llegó el martes, dos días antes del casamiento", remarcaron. A distancia, sus amigos encargaron como regalos la torta y el champagne.
El casamiento de Usandivaras y Regenhardt reunió a más de cien personas en living de su casa. Todos vestidos de gala y con algo para brindar -como habían solicitado los novios en la invitación- celebraron el feliz evento.
"Todos acompañaron y la verdad es que para todos que hace más de un mes que están encerrados en su casa tener un motivo para evitar ponerse un pijama, la verdad es que estaban todos muy contentos", dijeron entre risas.
Usandivaras, de Salta, y Regenhardt, de Santa Fe, se conocieron hace tres años en Buenos Aires y desde entonces nunca se separaron. Comenzaron a trazar su camino juntos, y ambos coincidían en la idea de pasar algún tiempo viviendo afuera. La oportunidad no tardó en llegar. Matías consiguió su traslado desde la empresa cervecera multinacional para la que trabaja, y Nicolás entró en la universidad de Fordham para hacer una maestría en Derecho.
"Para nosotros fue super fácil tomar esta decisión porque nos sentimos muy tranquilos con lo que estamos haciendo", dijeron, y concluyeron: "Desde que nos conocimos que construimos nuestra vida juntos; estamos muy contentos y muy seguros de lo que se viene, todo lo que hagamos juntos va a estar bien".
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