Amnistía: a pesar de la pandemia, 18 países mantuvieron las ejecuciones en 2020
La pena de muerte se aplicó a 483 personas, en un contexto donde la mayoría de los gobiernos abocaba sus esfuerzos a la lucha contra el coronavirus
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Mientras el mundo se esforzaba en proteger la vida de sus ciudadanos del Covid-19, un grupo de 18 países mantuvo las ejecuciones durante 2020, denunció este martes Amnistía Internacional en su informe anual sobre pena de muerte, que registró 483 decesos sancionados por esa vía.
China siguió como el mayor verdugo mundial, aunque se desconoce la verdadera magnitud del empleo de la pena de muerte en ese país, al estar clasificados los datos relacionados con ella como secreto de Estado.
La cifra oficial de 483 no incluye las miles de ejecuciones que se cree que tuvieron lugar en China. Detrás vienen Irán (246), Egipto (107), Irak (45) y Arabia Saudita (27). Estos cuatro países llevaron a cabo el 88% de todas las ejecuciones de las que se tuvo conocimiento.
Estados Unidos se mantuvo por 12° año consecutivo como el único país de América donde hubo ejecuciones, al aplicar la pena de muerte a 17 personas. El gobierno del expresidente Donald Trump la reanudó a nivel federal después de 17 años, con la alarmante cifra de diez en menos de seis meses. India, Omán, Qatar y Taiwán también las reanudaron.
Las restricciones por el Covid-19 tuvieron preocupantes repercusiones en el acceso a la asistencia legal y en el derecho a un juicio justo en varios países, señala Amnistía, entre ellos Estados Unidos, donde las defensas no podían realizar las debidas investigaciones o reunirse personalmente con sus clientes.
“La crueldad de ciertos Estados queda expuesta en el marco de un enorme esfuerzo colectivo por proteger la vida de las personas de un virus que ya mató a casi tres millones en el mundo. La pena de muerte es un castigo intolerable”, sostuvo Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Por escalofriante que resulten los casi 500 ejecutados a nivel mundial, el informe destaca que es el número más bajo registrado en al menos una década. Representa una baja del 26% respecto a 2019, y del 70% desde el máximo de 1634 alcanzado en 2015.
En Arabia Saudita bajaron un 85%, de 184 en 2019 a 27 en 2020, y se redujeron en más de la mitad en Irak, de 100 en 2019 a 45 en 2020. No se registraron en Bahréin, Bielorrusia, Japón, Pakistán, Singapur o Sudán, países que sí las tuvieron en 2019. El número de condenas a muerte (1477) disminuyó también respecto a 2019, en este caso un 36%. Amnistía registró bajas en 30 de 54 países, aunque parecerían estar relacionadas con retrasos de los procedimientos judiciales debidos a las restricciones por la pandemia.
Las excepciones notables fueron Indonesia, donde las condenas a muerte registradas (117) aumentaron un 46% respecto a 2019 (80), y Zambia, que en 2020 impuso 119 condenas a muerte, 18 más que en 2019 y la cifra más alta registrada en el África subsahariana.
En 2020, Chad y el estado norteamericano de Colorado abolieron la pena de muerte; Kazajistán se comprometió a abolirla, y Barbados concluyó las reformas para derogar la pena de muerte preceptiva, que no permite tener en cuenta las circunstancias en las que se cometió el delito.
Hasta hoy, 108 países abolieron la pena de muerte y 144 la anularon en la ley o en la práctica, señaló el informe en un balance de la situación.
“Instamos a los dirigentes de todos los países que aún no han derogado esta pena que conviertan 2021 en el año en que pongan fin para siempre a los homicidios autorizados por el Estado. Seguiremos haciendo campaña hasta que la pena de muerte quede abolida en todas partes, de una vez por todas”, concluyó Belski.
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