América Latina en 2019: entre la "ola conservadora", la influencia de las potencias y la tensión por Venezuela
En los discursos del día de su investidura, Jair Bolsonaro dijo que sacaría el "sesgo ideológico" de las relaciones internacionales de Brasil y afirmó que la política exterior "retomará su papel en la defensa de la soberanía, en la construcción de la grandeza y en el fomento al desarrollo" del país. Fueron las únicas palabras que el flamante mandatario de la mayor economía de la región dedicó a sus objetivos en relación con el mundo. No habló de América Latina ni del Mercosur ni de los BRICS.
El 1 de enero de 2019 Bolsonaro dio el puntapié a un año de incertidumbre y probable volatilidad en América Latina. Tras un 2018 con elecciones en Costa Rica, Cuba, Paraguay, Venezuela, Colombia, México y Brasil, hay una reconfiguración política que tendrá implicancias en la región. Según coincidieron analistas y expertos consultados por LA NACION, hay una "ola conservadora", aún no consolidada, y se avecinan meses de cambios debido a la competencia por inversiones, los crecientes intereses geoestratégicos de potencias como Estados Unidos, China y Rusia, y las posiciones disímiles respecto a la crisis en Venezuela. Además, este año se votará en El Salvador, Panamá, Guatemala, Bolivia, Uruguay y la Argentina.
El superciclo electoral de 2018 tuvo varias particularidades: un hombre que no se apellida Castro, Miguel Díaz-Canel, quedó al mando de Cuba por primera vez desde 1959; Nicolás Maduro fue reelecto en Venezuela en un proceso no reconocido en la región; hubo alternancia de poder en Colombia, México y Brasil; y América Latina se quedó sin presidentas. En 2018 también hubo elecciones de medio término en Estados Unidos: el impredecible Donald Trump mantuvo el control del Senado, pero perdió la mayoría en la Cámara de Representantes.
"La región está entrando en una zona de sombras debido a dos grandes tendencias: el ascenso de nuevos liderazgos democráticos aunque poco afectos a las formas liberales tanto en un formato conservador -Bolsonaro- como progresista -López Obrador-; y el impacto de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y las potencias euroasiáticas tanto en el plano económico -por la guerra comercial con China-, como en el plano estratégico, con la Federación Rusa frente a su intención de desplegar una base militar en Venezuela", señaló a LA NACION Ariel González Levaggi, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Para Andrei Serbin Pont, director de Investigaciones de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (Cries), los "grandes cambios de 2018 en el mapa ideológico regional" tendrán "repercusiones" en el funcionamiento de las organizaciones regionales y en la vinculación de los países de América Latina con el mundo.
El cambio en Brasil y el impacto en la región
Al comenzar su gobierno ultraderechista, Bolsonaro prometió que encabezaría un "arduo trabajo" para que Brasil "escriba un capítulo nuevo de su historia" como un país "fuerte, pujante, confiado y audaz". Aunque todavía no está claro qué alianzas forjará ni cómo será su relación con la Argentina, con los demás países de la región y con Estados Unidos, el presidente brasileño mostró sintonía con Mauricio Macri en su primera reunión con un mandatario extranjero, la semana última en Brasilia. Los presidentes se comprometieron a avanzar en una agenda conjunta, especialmente para lograr una relación comercial "más dinámica", y acordaron una "mayor apertura" en el Mercosur. Su indiferencia hacia al bloque regional durante la campaña tenía en alerta a sus socios.
"La elección de Bolsonaro augura un cambio muy profundo en la política exterior de Brasil, un país que durante mucho tiempo apostó a su proyección internacional usando la integración latinoamericana como parte de su plataforma internacional. Es probable que a partir de este año tenga menos presencia en espacios multilaterales mientras apuesta a acuerdos bilaterales y vínculos fuertemente ideologizados", subrayó Serbin Pont.
Diana Tussie, a cargo de la unidad académica de Relaciones Internacionales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), pronosticó que la economía del Mercosur "va a ser más parecida a los 90 que a los últimos 10 o 15 años", con una carrera por las inversiones, sobre todo entre Brasil y la Argentina.
AMLO y la "transformación" de México
Durante la campaña presidencial en México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador había prometido una "transformación". Tras una victoria abrumadora, asumió la presidencia el 1 de diciembre de 2018 y debió enfrentar el desafío de la "carava de migrantes" centroamericanos que pasan por su país rumbo a Estados Unidos. Mientras Trump busca con insistencia la construcción de un muro fronterizo entre Estados Unidos y México, AMLO evitó confrontar y adjudicó las intenciones del estadounidense a "planteamientos que se generan por la situación interna" en ese país. "Nosotros queremos buscar una relación siempre de amistad con el gobierno de Estados Unidos y una relación de cooperación", dijo.
Respecto a los migrantes, el mexicano presentó un plan para desarrollar el sur de México y los países centroamericanos para "que haya actividad productiva, que haya empleos y que la migración se convierta en optativa". Aunque ese proyecto podría estar lejos de las pretensiones de Trump, el fantasma de la creciente influencia de China en la región podría facilitar el apoyo de la gran potencia.
"México es un país que ha funcionado como bisagra entre el norte y el sur de las Américas, pero la victoria de AMLO y las dificultades en la relación bilateral México-Estados Unidos pueden reactivar un ‘retorno de México’ a América Latina", aventuró Serbin Pont.
Aunque es muy pronto para ese giro en la política exterior mexicana respecto a la región, algo ya cambió: el vínculo con Venezuela. El 4 de enero, el Grupo de Lima anunció que no reconocerían "la legitimidad del nuevo período" de Maduro por considerar que los comicios en los que fue reelegido "no cumplieron con los requisitos democráticos mínimos". México fue el único miembro del gripo que adhirió a esa declaración.
Tensión por Venezuela
La grave crisis política y humanitaria en Venezuela, que generó un éxodo masivo de personas, ya era un motivo de discusión en la región, pero se exacerbó a lo largo de 2018 y con la jura de Maduro del último 10 de enero. En América Latina "había un compromiso histórico de no intromisión en asuntos internos" y la situación en Venezuela "está poniendo en cuestionamiento esto y es un foco de tensión muy fuerte", planteó Tussie.
"Hasta ahora había habido mayor consenso hacia el diálogo, pero hay un clima de opinión latinoamericano que cambió: ahora está más marcado por Bolsonaro y por [el colombiano] Iván Duque, quien está promoviendo una nueva Unasur, Prosur, que deja afuera a Venezuela", agregó la analista. "Maduro está solo en América del Sur, pero no internacionalmente; Rusia y China lo apoyan. Una intervención sería de mucha gravedad internacional, una situación casi como la Crisis de los Misiles de 1962", advirtió Tussie.
Serbin Pont coincidió en que Venezuela ocupó en 2018 un "lugar prioritario en la agenda de muchos de los gobiernos de la región" y en que la elección del conservador Duque en Colombia, si bien "no fue sorpresiva", sí "puede implicar un endurecimiento de la relación con Venezuela a medida que la emergencia humanitaria llega a dimensiones jamás vistas en América Latina y el Caribe". El jueves último, más de dos años después de la firma de los acuerdos de paz con la exguerrilla de las FARC, un ataque con un coche bomba mató a más de 20 personas en una academia de policías en Bogotá. Colombia responsabilizó al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y sospecha que varios guerrilleros "actúan desde territorio venezolano".
Cambios en toda la región
Díaz-Canel asumió como presidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba el 19 de abril de 2018, en reemplazo de Raúl Castro, y se convirtió en el primer dirigente nacido después de la Revolución Cubana en alcanzar ese cargo. Las protestas y la represión en Nicaragua se multiplicaron durante 2018 y no hay indicios de que la crisis cese en 2019. Este año hay elecciones en El Salvador, Panamá, Guatemala, Bolivia, Uruguay y la Argentina. En Guatemala, el presidente Jimmy Morales cerró la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) entre masivas protestas en reclamo de transparencia y se encamina a otro mandato a pesar de los pedidos de renuncia. En Bolivia, el Tribunal Supremo Electoral autorizó a fines del año pasado la cuarta candidatura de Evo Morales aunque un referéndum constitucional en 2016 había rechazado esa posibilidad.
"Es una época de muchos cambios, después de 25 años de una cierta estabilidad de la globalización, estamos en un momento de mucho cuestionamiento en todas partes: Trump, Brexit, [Viktor] Orbán, [Matteo] Salvini, los chalecos amarillos", argumentó Tussie. "Esto tiene reverberaciones en América Latina, que es actor y parte", concluyó.
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