América del Sur: los contagios ceden y alivian a la región, pero la alarma crece por la variante delta
A tres meses de ser el epicentro de la pandemia, ahora tiene tasas de contagios similares a las de Europa y América del Norte; sin embargo, los expertos advierten sobre el avance de la variante
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En mayo pasado, mientras la mayoría de los países de Europa planificaban el lanzamiento del “pase sanitario” para incentivar la reapertura del turismo, y en paralelo Estados Unidos alcanzaba el 50% de su población adulta completamente vacunada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba sobre la delicada situación epidemiológica de América del Sur: “Es el nuevo epicentro de la pandemia del coronavirus”.
Solo tres meses después, el escenario de la pandemia cambió: las curvas de casos en las naciones sudamericanas evidencian un descenso sostenido de los contagios de Covid-19 desde fines de junio, dejando atrás el devastador pico producto de una segunda ola que llevó al límite a los sistemas sanitarios de varios países, en especial de Brasil y Perú, donde las camas libres de terapia intensiva y los suministros de oxígeno eran difíciles de conseguir.
A la par, se empezaron a disparar los casos positivos en América del Norte y en Europa, a tal punto que en la última semana los gráficos epidemiológicos convergieron. Según las cifras de Our World in Data, el promedio diario de casos positivos por millón de habitantes de los últimos siete días lo encabeza América del Norte, con un 188,3, seguida de Europa, con 166,4, y de América del Sur, con 149,2.
Los datos del informe diario de situación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) arrojaron que diez países de América del Sur experimentaron variaciones negativas en el promedio de siete días de casos confirmados en comparación con la semana anterior. Por el contrario, Estados Unidos registró su mayor salto en la semana el martes, con un 120%, al igual que México y Canadá, con un aumento del 25% y 57%, respectivamente, este viernes.
En Europa, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) anunció poco tiempo atrás que prevé para la semana del 8 de agosto una multiplicación de hasta cinco veces en las nuevas infecciones de coronavirus, con el promedio de contagios alcanzando los 620 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, lo que podría generar un retroceso en la vuelta a la normalidad que ya estaban experimentando muchos países europeos.
¿A qué se debe este cambio en la tasa de infecciones? Los expertos consultados por LA NACION lo atribuyen a tres ejes: la vacunación, el impacto de la variante delta y la conducta social.
“Los casos en América del Sur están bajando porque se nota el impacto evidente de la vacunación”, señaló Christovam Barcellos, investigador senior del Laboratorio de Información de Salud del Instituto de Comunicación e Información Científica y Tecnológica en Salud (Icict) de Brasil.
Uruguay y Chile son los países que dominan la vacunación en la región, con un 63,9% y 63,7% de la población –respectivamente– con ambas dosis.
La nación gobernada por el presidente Sebastián Piñera logró esta semana su cifra más baja de contagios desde abril de 2020: 753 nuevos casos diarios, con una tasa de positividad a nivel nacional del 2,17%.
Por su parte, los departamentos uruguayos están pintados en el índice de Harvard de amarillo y verde, los menores niveles de contagio, e inclusive algunos rozan el cero en el promedio semanal en relación a la población, luego de que este año Uruguay fuera durante varias semanas el país con las tasas más altas del mundo.
No obstante, América Latina en su totalidad sigue muy por detrás en la carrera de vacunación respecto de otras regiones. “La cobertura de la vacunación es alta en países como Estados Unidos, Chile y Uruguay, pero sigue encontrándose por debajo de 20% en más de la mitad de los países y territorios de nuestra región”, advirtió en la conferencia de prensa semanal Carissa Etienne, la directora de la OPS.
Barcellos detalló que la inmunización es en gran parte responsable del descenso de las muertes en todo el mundo y de las hospitalizaciones por casos graves de coronavirus. Es por eso que América del Sur, rezagada en la inmunización en comparación con el resto de los casos mencionados, aún continúa liderando ampliamente las curvas de mortalidad. Pero hay otros factores que, a pesar de las elevadas tasas de inmunización, hicieron que repuntaran los casos, principalmente en Estados Unidos y en Europa.
Para Carlos Machado, investigador de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), una de las más destacadas instituciones de ciencia y tecnología de salud en América Latina, el escenario es paradójico. “Hay más personas vacunadas, pero a la vez hay más personas circulando, porque existe esta impresión de que la pandemia está bajo control cuando en realidad no lo está”, señaló a LA NACION.
Medidas
El relajamiento de las medidas sanitarias básicas que llegó con las reaperturas y la vuelta del turismo en ambos territorios contribuyó a que el virus se propagara con más facilidad. Esto se evidenció desde España, con incrementos alarmantes tras contagios en viajes de egresados, hasta en el estado norteamericano de Florida, donde los positivos principalmente en no vacunados lo convirtieron en el territorio de Estados Unidos con la mayor cantidad de casos (cerca del 20% del total nacional).
“El ejemplo para mí muy claro fue cuando en Estados Unidos el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dijo que no era más necesario utilizar mascarilla para las personas vacunadas, cuando la mitad de la población estaba vacunada, dando a entender que la pandemia estaba en una situación de control”, indicó Machado.
“Creyeron que la vacuna era una bala de plata, en el sentido de que los iba a liberar de todos los males. Pero hay ciertas medidas, como la distancia social, el uso del barbijo, la sanitización de manos, que vinieron para quedarse hasta tener inmunidad de rebaño y evitar mutación de cepas”, explicó a LA NACION Sebastián Tobar, asesor del Centro de Relaciones Internacionales de Salud (CRIS).
En este nuevo escenario, surgieron nuevas variantes, como la alarmante delta, identificada por primera vez en la India, que es mucho más transmisible, aunque no más grave, que la cepa original y las otras mutaciones.
Un nuevo estudio difundido este viernes por el CDC reveló que las infecciones en las personas con el esquema completo de vacunación pueden ser tan contagiosas con la variante delta como los no vacunados, por lo que recomendó a la población volver al uso del tapabocas.
“En América del Norte, Reino Unido, Israel y todo el hemisferio norte, la variante delta ya está circulando. Es lo que está provocando los nuevos brotes de coronavirus. En tanto, en América del Sur no tenemos tantos casos con delta. Cuando empiece a circular de forma comunitaria a mayor escala probablemente tengamos un rebrote”, advirtió a LA NACION Ricardo Teijeiro, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología.
Para los expertos, por ahora América del Sur está realizando un buen trabajo en contener la transmisión comunitaria de esta variante, pero es cuestión de tiempo para que esto suceda en más países (en algunos ya se anunció) y a mayor escala, y la situación en el hemisferio norte debería funcionar como advertencia para el sur.
Félix Rosenberg, investigador especializado en vigilancia genómica de Fiocruz, señaló que las dosis cumplen con los objetivos de evitar internaciones y muertes, pero que no evitan la infección. A juicio de algunos investigadores, sostuvo Rosenberg, se está llegando a un punto de convivencia con el virus. Por lo que la clave está tanto en la vacunación como en la adopción de las medidas higiénicas.
“Si no se hubiera vacunado, habría 10 veces más muertes. Pero si se liberara gran parte de las aglomeraciones, los casos volverían a aumentar, no hay forma de evitarlo. Hasta que no haya una cobertura de vacunas del 80% hay que controlar por lo menos medidas de prevención lógicas, evitar grandes aglomeraciones, porque sino no hay forma de controlar el contacto estrecho”, advirtió Rosenberg.
Además, no descarta la posibilidad de aparición de nuevas variantes. “La aparición de la variantes es una cuestión de probabilidad: cuanto más infección, más variantes, eso no depende de la gravedad de la enfermedad. Por lo tanto, cuanto más personas infectadas haya y sobre todo con inmunización parcial –o sea una vacuna que es hecha con otras variantes, como las originales, que tiene menor protección para variantes nuevas y por lo tanto filtra– cuanto menor la cobertura de vacunación, más chances habrá de que aparezcan nuevas variantes”.
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