Alerta por el coronavirus: cómo se prepara la Argentina para un posible caso
En el primer piso del hospital Eurnekian, en Ezeiza, una mujer aparece por uno de los pasillos, se acerca a una puerta y coloca un cartel: "Zona de aislamiento Coronavirus ". La puerta separa las dos habitaciones reservadas para la eventual recepción de pacientes infectados con el patógeno que se originó en la ciudad china de Wuhan.
Si bien hasta el momento no hay casos confirmados en América del Sur, el Ministerio de Salud argentino estableció un sistema de alerta de alcance nacional, en línea con las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ayer declaró la emergencia sanitaria internacional por el brote que ya causó 213 muertes y afectó a cerca de 10.000 personas.
La primera línea de defensa es Sanidad de Fronteras, que depende del Ministerio de Salud y controla todas las enfermedades infecto-contagiosas de interés para la salud pública. Esta dependencia es la que se encarga del manejo de casos sospechosos detectados camino a la Argentina, por ejemplo, en un avión que llega a Ezeiza.
Según explicó a LA NACION la infectóloga Judit Díaz Bazán, subsecretaria de Calidad, Fiscalización y Sanidad de Fronteras, el pasajero es quien advierte a la tripulación de sus síntomas. Si estos son acordes al cuadro esperable del coronavirus -similares a los de la gripe- y el viajante en cuestión viene de China o tuvo contacto reciente con una persona que estuvo en ese país desde la aparición del brote, se lo considera un caso sospechoso.
A partir de ahí, se da la alerta a Sanidad de Fronteras y se le entrega un barbijo al pasajero en cuestión. Además, se toma contacto con los casos "expuestos": la tripulación y los pasajeros que estuvieran a dos metros alrededor del paciente sintomático. Finalmente, se traslada a todas esas personas al hospital correspondiente.
El Hospital Zonal General de Agudos Alberto Eurnekian está en Ezeiza, a unos 16 kilómetros del Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini. Junto con el Hospital Cetrángolo está listo para activar el protocolo hospitalario del coronavirus.
"El paciente que viene del aeropuerto llega con personal entrenado: desde el conductor hasta el enfermero y el médico. Se lo recibe como un cuadro de sospecha e ingresa con barbijo. Lo primero que se hace es la toma de las muestras, tanto de secreciones traqueobronquiales como de esputo, o bien hisopados de fauces", explica el doctor Juan Ciruzzi, director del Eurnekian, mientras sostiene la pipeta de plástico que contiene el hisopo. En el fondo del recipiente, hay un gel que conserva la muestra durante su traslado hacia el Instituto Malbrán, donde se realiza el testeo con un reactivo específico.
Por su parte, el Cetrángolo estableció esta semana el protocolo de atención para detectar posibles casos de coronavirus. El primer paso es la recepción del paciente por parte del personal administrativo, que le pregunta si tiene fiebre. Si es así, se le entrega un barbijo y se lo deriva a un consultorio especializado en el que el personal médico determina la posibilidad de que se trate de un caso de coronavirus. De ser necesario, se toma una muestra y se la envía al hospital Posadas para descartar la presencia del patógeno, mientras el paciente permanece aislado, bajo observación.
El establecimiento especializado en patologías neumonológicas cuenta con una capacidad total de 40 camas, dos de las cuales se encuentran en áreas de aislamiento ubicadas, respectivamente, en las zonas de guardia y terapia intensiva. Además, se implementó la colocación de respiradores artificiales, ante la posibilidad de que ingresen pacientes con síntomas severos.
Situación de bajo riesgo
"El riesgo de que [el coronavirus] llegue a la Argentina es muy bajo. Nunca uno puede decir que está tranquilo. Pero, yo veo el riesgo por hoy, lejano", dijo el ministro de Salud, Ginés González García, el martes por la mañana en conferencia de prensa luego de una reunión con el presidente, Alberto Fernández.
Por su parte, Ciruzzi no imagina que la cantidad de casos sospechosos llegue a superar las existencias de reactivos, aunque advierte: "Diez o cien casos, no pasa nada. Ahora, si estamos como China, sonamos, porque no alcanzan los reactivos, ni las ambulancias, ni los hospitales".
Una situación como la de China no parece de momento una posibilidad cercana, pero el Gobierno quiere evitar que se repita la crisis que produjo la llegada de la gripe H1N1 en 2009. En aquel momento, el brote de la llamada "gripe porcina", proveniente de México, sorprendió al sistema sanitario argentino, que no estaba preparado para dar una respuesta efectiva a la llegada de la primera emergencia global declarada por la OMS.
El doctor Celso Arabetti, director ejecutivo del hospital Cetrángolo, recuerda que el protocolo actual fue desarrollado en 2009 para responder a la crisis. Según él, el brote fue un "golpe muy fuerte" para la red sanitaria argentina. "El sistema no estaba listo, porque nunca nos había pasado algo así", cuenta y asegura que el suceso "alertó" a las autoridades, que aplican ante esta nueva amenaza las lecciones aprendidas.
Consultada sobre la probabilidad de que lleguen casos de coronavirus a la Argentina, Díaz Bazán dice no poder dar certezas, aunque remarca, como lo hizo ayer el ministro González García, que el país está preparado para esta situación. "Uno no puede garantizar que no vayamos a tener [casos]", reconoce la infectóloga, aunque agrega que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) considera que la Argentina "tiene un buen sistema de vigilancia en el tema de influenza" y que "hay un muy buen registro en el sistema".
Argentina tiene, asimismo, una ventaja sobre los países del hemisferio norte: la temporada cálida. "El virus se difunde con mucha más facilidad [en invierno], tenemos la suerte que nos tocó justo en el verano nuestro, entonces estamos más protegido", explica Ciruzzi.
Falsa alarma
El Hospital San José, ubicado en la localidad bonaerense de Pergamino, descartó hoy un posible caso de coronavirus que llevó a activar el protocolo de emergencia. Se trataba de una mujer de 46 años, de nacionalidad china, que ingresó a la guardia del hospital con fiebre y dolores musculares, días después de volver de un viaje que realizó a la ciudad de Xiamen, "lejos de la zona afectada por el coronavirus y sin casos", según la describió el director del hospital, Jorge Adame.
Es la segunda falsa alarma en pocos días. Esta semana, una mujer de 50 años con síntomas similares a los causados por el coronavirus fue aislada de los demás pacientes en una clínica privada del microcentro porteño. El protocolo se activó porque la paciente afirmó haber viajado al exterior en los últimos días. Para el momento en que aclaró que su viaje había sido a Uruguay, donde no se registran casos del virus, ya se había dado la alarma.
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