Alemania: la pulseada entre dos hombres para heredar el liderazgo de Merkel
La CDU, el partido de la canciller, anunció su respaldo a Armin Laschet; pero su socia bávara, la CSU, apuesta por Markus Söder
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PARÍS.– La dirección de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller alemana Angela Merkel decidió hoy respaldar a su presidente, Armin Laschet, como candidato para las elecciones generales del 26 de septiembre.
Esa decisión, filtrada a la prensa alemana por varios participantes en el encuentro de la cúpula partidaria reunida en Berlín, era un paso predecible pero no definitivo, porque la CDU concurre a los comicios conjuntamente con su socia bávara, la Unión Social Cristiana (CSU), con la que debe pactar el candidato común.
El presidente de la CSU y jefe de gobierno de Baviera, Markus Söder, también aspira a la candidatura. De modo que la decisión final, prevista para las próximas semanas, estará entre ambos líderes y partidos. Hasta el domingo, ninguno de ellos había manifestado públicamente su ambición. Ayer, ambos declararon finalmente sus deseos de suceder a Merkel para dirigir el país.
A solo cinco meses y medio de las elecciones legislativas del 26 de septiembre, el duelo entre los líderes de esos “partidos hermanos” de la derecha alemana coloca a la formación en una difícil situación: aun cuando ambos aseguren que el nombre del candidato común CDU-CSU para la cancillería será anunciado en pocas semanas, su enfrentamiento es un claro signo de la crisis de liderazgo que atraviesa el campo conservador, ya en dificultades debido a la mala gestión de la crisis sanitaria por parte del gobierno y las sospechas de corrupción que pesan sobre varios representantes del partido, acusados de haber recibido jugosas comisiones para servir como intermediarios entre fabricantes de barbijos y gobierno.
Ambos candidatos anunciaron el domingo en conferencia de prensa conjunta su intensión de presentarse, después de una reunión del grupo CDU-CSU en el Bundestag. La decisión de Laschet no fue una sorpresa: para él siempre fue claro que su partido, representado en 15 de los 16 Lander alemanes, tiene —debido a su peso específico— más derecho de dirigir el gobierno federal que la “pequeña” CSU, que solo existe en Baviera.
La declaración de Söder, por el contrario, era más inesperada. Porque durante varios meses repitió que “su lugar estaba en Baviera” y no en Berlín. Y porque nadie había imaginado que anunciara su candidatura públicamente junto a Laschet, agregando además —como una suerte de desafío— “si la CDU está dispuesta a apoyarme, estoy listo”.
En eso reside la apuesta de Söder. Cultivando una imagen de hombre de carácter, sobre todo desde el comienzo de la pandemia, no cesó de pedir restricciones draconianas, acorde con las expectativas de la opinión pública. Así, el ministro-presidente de Baviera supo forjarse con el tiempo una incontestable estatura de potencial canciller.
Según la cadena pública ARD, el 54% de los electores estiman que Söder tiene las competencias para acceder a la función, mientras que son apenas 16% los que piensan lo mismo de Laschet.
Con posiciones mucho más ambiguas que su rival de la CSU durante la crisis sanitaria, Laschet vio su imagen degradarse sensiblemente en estos últimos meses, incluso en su feudo de Renania del Norte Westfalia, el Land más poblado de Alemania, donde dirige el gobierno desde 2017. Según un sondeo realizado entre el 6 y el 8 de abril, solo 26% de los electores de su región se declaran satisfechos con su trabajo. Es decir, 34% menos que en enero pasado.
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