Alcatraz, la isla de donde nadie pudo escapar
Fue una de las prisiones más temidas de EE.UU.; albergó a presos famosos como Al Capone; hubo 14 intentos de fuga frustrados; hoy es uno de los mayores atractivos turísticos de San Francisco
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Basta asomar la cabeza por la pequeña puerta para sentir el frío que cala los huesos y desalienta hasta al más valiente. Bajando las escaleras, se vislumbra lo que queda de lo que alguna vez fue una especie de patio de recreación, con una abandonada cancha de beisbol en miniatura, y la muralla gris que hace juego con un cielo cubierto de niebla. Ese espacio era, hace más de 50 años, el recodo donde podían recrearse, si se portaban bien, los presos de una de las cárceles más temidas.
Por Alcatraz, o "La Roca", como se la conoce, pasaron más de 1500 presos, entre ellos, Al Capone. Fue construida como prisión de máxima seguridad, y lo era tanto que casi todos los intentos de fuga fracasaron y en la única oportunidad en que tres presos lograron salir de la isla, se desconoce si sobrevivieron a las aguas heladas de la bahía de San Francisco.
El edificio de la prisión está formado por cuatro bloques de celdas. Uno de ellos no estaba habilitado para los presos. Otros dos, con 336 celdas, eran para la población general. Y los presos considerados "revoltosos" eran alojados en el bloque D, que tenía 42 celdas.
La prisión nunca funcionó al máximo de su capacidad. El promedio de prisioneros fue de 260 y el máximo fue de 302.
Los prisioneros permanecían entre 8 y 10 años en Alcatraz, cuando dejaban de ser considerados "indisciplinados".
Se requerían 90 guardias para cubrir turnos de 8 horas para realizar la vigilancia, aunque el número debió reducirse hacia los años 50 por falta de presupuesto.
"Tienes derecho a alimentación, vestido, cobijo y asistencia sanitaria. Todo lo demás es un privilegio que deberás ganarte", era el lema principal de la cárcel. Las visitas eran bastante restringidas, aduciendo cuestiones de seguridad, por lo que poco se sabía de lo que acontecía en el interior de La Roca.
Presos "famosos"
Probablemente el preso más conocido que pasó por La Roca fue Al Capone, que estuvo en la isla cuatro años y medio. Si bien se desconoce con exactitud cuál era la celda que ocupaba, se sabe que la mayor parte del tiempo estuvo aislado en una celda del hospital de la prisión.
Otro interno conocido fue Robert Stroud. Se lo apodaba "el médico de los pájaros", porque en los años que pasó preso en otro penal norteamericano, se dedicaba a cuidar y estudiar aves. En Alcatraz, el "hombre pájaro" no pudo continuar con su tarea: difícilmente habría podido hacerlo en su pequeñísima celda en la que apenas cabía un catre, un lavabo, un inodoro y una mesita.
Intentos de fuga
Tal vez menos famoso fue Joseph Bowers, aunque su paso por Alcatraz dejó una marca: fue el primero en intentar fugarse de la isla. Bowers había sido condenado a 25 años de prisión por robar unos 16 dólares. ¿Qué hacía un ladrón de tan poca monta en una prisión de máxima seguridad? El error de Bowers fue que cometió el robo en un local que tenía además servicio de correo postal. Su delito fue considerado federal y de ahí la dureza del castigo.
Bowers intentó trepar uno de los cercos de la prisión y recibió un disparo de uno de los guardias, cayó 20 metros y murió. Muchos de sus compañeros aseguraron que el intento de fuga fue con el objetivo de suicidarse.
En total fueron 14 los intentos de escape que trascendieron. El más trágico ocurrió en mayo de 1946 en lo que se conoció como la "Batalla de Alcatraz". La rebelión causó la muerte de dos guardias y tres reclusos. A eso se sumaron las ejecuciones posteriores de los dos participantes del motín que sobrevivieron al enfrentamiento.
El único plan de fuga que podría considerarse exitoso, al menos en parte, es el ocurrido en 1962. Tres presos, que habían cincelado los bordes del respiradero de sus celdas con cucharas, lograron salir de la cárcel. En sus lugares dejaron cabezas hechas con papel maché y pelo humano que sacaron de la peluquería de la prisión.
El guardia que descubrió la fuga al día siguiente, en el momento del recuento, casi se infarta al ver como, con el golpe de su bastón, la cabeza del preso que yacía en la cama rodaba al piso. Cuando comprendió que se trataba de un muñeco dio el aviso. Ya era tarde, Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin habían abandonado la isla, o al menos eso se cree. La versión oficial sostiene que se ahogaron en la bahía, pero sus cuerpos nunca fueron encontrados.
La fuga fue inmortalizada en un film protagonizado por Clint Eastwood (Escape from Alcatraz).
La cárcel hoy
La historia oficial dice que la cárcel fue clausurada debido a los altos costos de mantenimiento edilicio. Sin embargo, circularon historias de malos tratos y miserables condiciones de vida de los internos.
Quien cerró la prisión de Alcatraz para siempre fue Robert f Kennedy, Procurador General de los EEUU, en 1963.
En la isla, después del cierre, sólo quedó un guardián. Tiempo después, y durante año y medio fue ocupada por nativos americanos, en nombre de los "indios de todas las tribus". Ofrecieron comprar Alcatraz al gobierno federal por 24 dólares en cuentas, trapos de colores y otros bienes. Mantuvieron la ocupación durante 19 meses.
Luego, la isla pasó a manos de la Administración de Servicios Generales que en principio comenzó a demoler algunos edificios, como las residencias de los guardias de la prisión. La demolición se detuvo cuando en 1972 la isla quedó a cargo del Servicio de Parques Nacionales.
Recién en 1973 comienzan a llegar los primeros visitantes a la isla. Hoy es uno de los principales atractivos turísticos de San Francisco. La cárcel, que ahora es museo, se puede recorrer con audiotours narrados por personajes de ficción pero que representan a presos y guardiacárceles que habitaron la Roca.
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