Elecciones en España: Alberto Núñez Feijóo, el conservador “camaleónico” que no logró el triunfo que esperaba
Oriundo de Galicia, el candidato a presidente del PP es visto como un político “templado, paciente y pragmático” por su entorno, pero sus detractores lo acusan de mentir y difamar para llegar al poder
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SANTIAGO DE COMPOSTELA.- Los políticos de raza, aquellos que llegan a gobernar un país, suelen tener una vocación política temprana. Pero este no es el caso de Alberto Núñez Feijóo. De hecho, si no hubiera sido por un traspié familiar -el despido de su padre-, Feijóo sería hoy probablemente juez. Una situación económica precaria lo forzó a abandonar las difíciles oposiciones a la judicatura y optar por otras más fáciles de funcionario.
“Alberto tiene unos orígenes humildes. Y si llegó lejos, es por su gran capacidad de trabajo. Pero no olvidó sus raíces”, destaca Rosa Quintana, la que fuera Consejera de Mar y Medio Rural en el Gobierno de Galicia que él presidió 13 años. De hecho, Feijóo -candidato del Partido Popular para los comicios de este domingo, en los que finalmente no logró la mayoría- resaltó en campaña que podía ser el primer presidente de España originario de una pequeña aldea, en su caso, Os Peares, de solo 300 habitantes.
Tras entrar en el cuerpo superior de funcionarios de la Xunta de Galicia, sus superiores vieron en él madera de buen gestor. Por eso, llegó a dirigir el Instituto Nacional de Salud y Correos bajo la presidencia de José María Aznar. Pero tardó en manifestar un interés por la carrera política, y no se afilió al Partido Popular hasta 2002, pasados los 40 años. Así pues, no es de extrañar que, buscaba convertirse, a sus 61 años, en el presidente del gobierno de mayor edad de la historia reciente. De hecho, la política no es lo único que llegó de forma tardía en su vida: también lo fue su boda con Eva Cárdenas, directora de la línea Zara Hombre, y su paternidad, a los 55 años.
“Feijóo es un hombre paciente, que mide muy bien sus pasos”, comenta el politólogo gallego Antón Losada. Esa es una cualidad poco habitual en una era de tiempos acelerados. Quizás por ello, pocos entendieron que dejara pasar dos oportunidades para liderar el PP. A la tercera, en la primavera de 2022, dio el paso, y no tuvo ningún reparo en liquidar a su predecesor, Pablo Casado. En su momento, se especuló sobre el hecho de que sus dudas se debieran a la más oscura mancha en su expediente: su relación con el narcotraficante Marcial Dorado.
En 2013, el diario El País publicó una foto de Feijóo con el “narco” Dorado en su yate tomada a mediados de los años 90. El tema lo sacó relucir la vicepresidenta Yolanda Díaz en los estertores de la presente campaña, al argumentar que eso lo inhabilita para ser presidente. Feijóo se defendió y dijo que no conocía las actividades delictivas de Dorado porque “antes no había Internet ni Google”, aunque la noticia sí había salido en la prensa. En Galicia, no le pasó factura electoralmente, ya que siguió ganando mayorías absolutas, cuatro desde 2009.
Siempre ponemos la misma foto de Feijóo y el narco, pero ésta es aún más inquietante.
— Javier Durán (@tortondo) July 19, 2023
No eran dos amigos de veraneo, eran sus dos familias juntas.
Como dijo Marcial Dorado cuando Feijóo negó su amistad con él: “pero si duermes en mi casa, si mi mujer te hace el desayuno…” pic.twitter.com/8X5Uh6FhIQ
Desde el PP subrayan las cualidades de su líder. “Es un buen gestor, un político templado y pragmático. Lo definiría como un reformista liberal. Lo que más le preocupa es resolver los problemas concretos del país”, explica Pedro Puy, vocero del PP en el Parlamento de Galicia y candidato en las listas del partido conservador en Pontevedra. Esta imagen de moderación, labrada en contraposición a la otra gran baronesa del partido, Isabel Díaz Ayuso, le ha permitido ocupar el centro político y recabar el apoyo de cerca de un 10% de los votantes del PSOE en 2019, según las encuestas.
Críticas
Ana Pontón, candidata del Bloque Nacionalista Galego a presidir la Xunta de Galicia, ofrece un retrato radicalmente opuesto del que ha sido su gran adversario durante años. “No es para nada un buen gestor. Durante su gobierno, Galicia triplicó su deuda pública sin mejorar los servicios. Al contrario, cerró escuelas y aumentaron las listas de espera en la Sanidad”, espeta Pontón, que también discute su presunto talante moderado.
“En sus primeras elecciones, en 2009, no tuvo ningún escrúpulo en mentir y difamar para llegar al poder”, añade. De hecho, eso mismo le achacaron en el PSOE después de su brillante debate en su cara a cara con el presidente Sánchez. “Se ha dicho en los medios que mintió. Yo creo que ha tenido algún lapsus. Pero el presidente también dio información errónea”, replica Puy.
Estos contrastes sugieren que Feijóo es un político camaleónico, al menos eso cree Losada. “Se mimetiza muy bien con el entorno. Si un nacionalista gallego habla 15 minutos con él, sale convencido que también es nacionalista. Pero lo mismo le pasa a alguien de extrema derecha”, dice. Esta ductilidad le ha permitido mantener sin despeinarse algunos de los programas estrella del gobierno gallego que él derrotó, como el complemento autonómico a las pensiones.
“Feijóo dice que derogará las leyes del sanchismo. No cabe duda de que no solo mantendrá alguna de ellas, sino que logrará hacernos creer que fueron cosa suya”, concluye Losada.
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