Informe sobre el transporte público: ¿por qué se creé que es el principal diseminador de coronavirus?
NUEVA YORK. - Un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas inglés) sugiere que el subte de la ciudad de Nueva York actuó como principal diseminador del coronavirus en la Gran Manzana. Los datos llegan cuando el presidente de la Nación Alberto Fernández remarcó la necesidad de evitar el transporte público para minimizar contagios.
Cuando los números en Nueva York por fin empiezan a mostrar una tendencia a la baja, un manuscrito publicado por el profesor de economía y médico Jeffrey Harris señala un paralelismo entre la cantidad de pasajeros diarios "y el rápido aumento exponencial de las infecciones" en las primeras dos semanas de marzo, cuando los vagones del metro de Nueva York todavía transportaban 5 millones de viajeros por día.
El documento publicado por la prestigiosa casa de estudios norteamericana, presenta un escenario en el que la correlación de datos entre quienes fueron detectados como pacientes Covid-19 positivos y quienes viajaban a diario en el subte neoyorquino coinciden. "El sistema de metro de la ciudad de Nueva york fue un importante diseminador -si no el principal vehículo de transmisión- de coronavirus durante el despliegue inicial de la epidemia masiva", argumenta Harris.
Si bien el estudio reconoce que los datos por sí solos no pueden responder a la cuestión de causalidad, Harris entiende que las condiciones típicas de un vagón de subte s coinciden con la comprensión actual de cómo se propaga el virus. "Sabemos que el contacto cercano en el metro es totalmente consistente con la propagación del coronavirus, ya sea por gotitas inhalables o fómites residuales que quedan en las barandas, manijas de agarre y postes metálicos que todos comparten", indica en su documento.
El manuscrito, sin embargo, recibió críticas. Pat Foye, presidente de la Autoridad de Tránsito Metropolitano de Nueva York (MTA, por sus siglas en inglés) -quien ha sido testeado Covid-19 positivo- indicó que el estudio es defectuoso porque, según él, la densidad social fue el resultado de muchos factores. "Restaurantes, bares, estadios deportivos, conciertos, las cosas que hacen que Nueva York suceda", apuntó.
Por su parte, Joshua Santarbia, profesor adjunto de patologías y microbiología en la Universidad de Nebraska consideró el artículo confuso. En diálogo con Vice, el científico señaló: "La premisa es razonable y, en general, estoy de acuerdo con la idea de que el uso de subtes superpoblados durante el brote de una enfermedad infecciosa incrementará los riesgos individuales, y potenciará su propagación. No obstante, no veo en el manuscrito ninguna evidencia definitiva para la relación directa".
Contra el escepticismo
En una entrevista telefónica con LA NACION, Harris subrayó: "Esto no es un estudio experimental, sino uno de observación". En este contexto, al ser consultado por los dichos quienes critican su manuscrito, el especialista sostuvo: "No puedo discontinuar el servicio en una línea y ver qué sucede en términos de tasas de infecciones para así compararla con otra línea sin cambios. Simplemente no se puede".
Con esto en mente, la respuesta de Harris a los que él llamó escépticos está en lo que hace a Nueva York un caso tan único. El número de infectados en el estado -que ya asciende a más de 288 mil- representa dos veces más lo que cualquier otro centro urbano del país. La gente va a restaurantes, bares y teatros en todo el mundo: ¿qué es lo que hizo que este virus se propagara tanto y tan rápido en la Gran Manzana? El especialista considera que el subte fue la clave.
El subte de la ciudad de Nueva York tiene 472 estaciones que alimentan a 27 líneas. Su extensión aproximada es de más de mil kilómetros, y a diario -pre pandemia- un promedio de 5 millones de viajeros se subían a los vagones que combinan distintos puntos de la Gran Manzana. El nivel de exposición a contagios se vio exponenciado porque la movilidad de la mayoría de los vecinos -en especial de la clase trabajadora- se da en subtes, algo que no sucede con la misma magnitud en otras urbes estadounidenses. "La eficiencia de la transmisión de una infección es mucho mayor que la que se puede ver en un bar o un restaurante", remarca Harris.
El estudio de Harris toma los datos de entrada a las estaciones de subte para demostrar una correlación entre la caída del 65 por ciento de pasajeros en Manhattan y la reducción de las tasas de infección en el distrito. Esto, según el especialista, es evidencia de que el metro es responsable de la propagación del virus.
Para reforzar su teoría, Harris señala que las residencias ubicadas en los códigos postales que son atravesados por las líneas 7, M y R (líneas que mantuvieron alto su número de pasajeros) tienen tasas de infección más altas. Además, el especialista señaló a LA NACION: "Las líneas de subte que vieron reducido su caudal de pasajeros durante las primeras tres semanas de marzo tuvieron las tasas de infección más bajas de coronavirus a principios de abril". Y subrayó: "La relación fue estadísticamente significativa".
Tokio, capital de Japón, es conocida por tener uno de los más bestiales sistemas de transporte público en el mundo. Sin embargo, la ciudad no ha registrado hasta ahora tasas de contagio tan altas ni rápidas como la de la ciudad de Nueva York. Este medio consultó a Harris para saber si hay alguna forma que permita entender esta tendencia.
Según el especialista, los factores a tener en cuenta son varios. "Los sistemas de subte están diseñados de forma distinta: algunos tienen frecuencias más rápidas y otros más lentas; algunos tienen vagones que viajan de manera subterránea y otros de forma aérea", dijo, y remarcó: "Sólo puedo decir que en el caso de Tokio, las autoridades gubernamentales han comenzado a ver el problema ahora; todavía es muy pronto para decir si no les sucederá lo mismo".
Hacia una nueva normalidad
Después de semanas que han enfrentado a Nueva York a la peor crisis sanitaria de su historia, las tendencias en los índices de mortalidad y los de infecciones han comenzado a caer. Mientras el gobierno de Andrew Cuomo delinea estrategias para la reapertura de lo que llama una "nueva normalidad", la pregunta es cómo evitar un nuevo brote en la Gran Manzana y sus alrededores.
Harris explicó que en materia de transporte público es muy importante mantener ciertas medidas restrictivas para evitar la propagación del virus otra vez en los subtes. Entre ellas, el especialista destacó la necesidad de aumentar los niveles de ventilación y la imposición de un límite de pasajeros, tanto en los vagones como en las plataformas. Además, remarcó la necesidad de proveer a los trabajadores del metro con equipamientos para su protección, y la implementación de medidas sanitarias como el seguimiento de casos activos.
El transporte, en ciudad de Buenos Aires
En su última aparición televisiva, el presidente Alberto Fernández remarcó una vez más la importancia de evitar el uso del transporte público. "Les recomiendo a todos la no utilización de los servicios del transporte público; en la medida que lo minimicemos, minimizamos el riesgo", dijo el mandatario. Con el avance del coronavirus, las autoridades han resuelto la reducción del servicio de subtes en la ciudad de Buenos Aires, y se dispuso que todos los pasajeros sólo podrían viajar sentados.
Al respecto, Harris dijo: "Estará bien que se cierren estaciones siempre y cuando el número de pasajeros baje, si no tendrás mayor densidad y exposición". Y continuó: "Algún experto en transmisión del virus debería analizar ventilación de los vagones; de haber poco intercambio de aire, los niveles de transmisión podrían ser altos aún con pocas personas en los vagones".
Y concluyó: "La idea general es que si reducís servicios, incrementas la densidad y el riesgo".
La última semana, un trabajador de la línea E fue confirmado como un caso de Covid-19 positivo. La empresa concesionaria de la red de subterráneo de la Ciudad indicó que se tomaron medidas estipuladas para estos casos. Además, se aisló a otros seis trabajadores que compartían turno con el infectado.
En Nueva York, 68 trabajadores del subte han muerto en la batalla contra el coronavirus. Según cifras reveladas por MTA, 2400 operarios han sido confirmados como casos positivos, y otros 4000 trabajadores están en cuarentena por haber desarrollado síntomas del virus.
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