Alarmado por las pensiones y cuentas que no cierran, el papa Francisco anunció un drástico ajuste en el Vaticano
En vista de la “sostenibilidad económica de nuestra organización”, el Pontífice adelantó “medidas estructurales urgentes” y “decisiones no fáciles”; nombró al cardenal estadounidense Kevin Farrell como administrador único del Fondo Pensiones
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ROMA.- Alarmado por un déficit millonario y el tema de las futuras pensiones de los empleados del Vaticano, el papa Francisco anunció este jueves un drástico ajuste. A través de una inusual carta que le escribió al colegio cardenalicio, a los prefectos y a los responsables de las instituciones curiales en vista de la “sostenibilidad económica de nuestra organización”, adelantó “medidas estructurales urgentes” y “decisiones no fáciles”.
En este marco, también anunció que el cardenal estadounidense Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, pasará a ser el administrador único del Fondo de Pensiones. Farrell es una persona de máxima confianza de Francisco, que ya designó como “camarlengo”, es decir, la persona que deberá manejar la “sede vacante”, como se llama el período que se abre cuando un Papa muere o renuncia; como presidente del Comité de Inversiones creado para evitar maniobras oscuras; y presidente del Comité Materias Reservadas.
En su epístola a los cardenales, luego de destacar la importancia del concepto de “déficit cero”, un objetivo a perseguir, ya señalado en septiembre pasado, el Papa recordó que la cuestión del fondo de pensiones se arrastra desde hace mucho y que “corre el riesgo de empeorar si no se trata a tiempo”.
Luego subrayó que, tras diversos análisis y estudios, se llegó a la conclusión de que “la actual gestión de las pensiones, teniendo en cuenta el patrimonio disponible, genera un importante déficit”. “Desgraciadamente, el dato que emerge ahora, tras los últimos análisis realizados por expertos independientes, indica un grave desequilibrio prospectivo del Fondo, cuya dimensión tiende a ampliarse con el tiempo en ausencia de ajustes: en términos concretos, esto significa que el sistema actual no es capaz de garantizar el cumplimiento de la obligación de la pensión para las generaciones futuras”, advirtió. Aunque en la carta el Papa no dio cifras, fuentes consultadas por LA NACION dijeron que, teniendo en cuenta la edad promedio de los cerca de 4600 empleados de la Santa Sede y unos 1200 jubilados, algunos expertos calculan un déficit que podría rozar los 1000 millones de euros.
Por eso, “todos somos plenamente conscientes de que hacen falta medidas estructurales urgentes, no más postergables, para alcanzar la sostenibilidad del Fondo de Pensiones, dentro del contexto más general de limitados recursos disponibles de la entera organización y una apropiada cobertura previsional para los empleados presentes y futuros, en una perspectiva de justicia y equidad entre las distintas generaciones”, agregó. “Se trata de tomar decisiones que no son fáciles, que requerirán especial sensibilidad, generosidad y disponibilidad al sacrificio por parte de todos”, subrayó.
En octubre pasado, siempre debido a los números que no cierran, el papa Francisco decidió bajarle por segunda vez el sueldo a los cardenales que trabajan en la curia, a quienes ya les había subido el precio de los alquileres hace un año y medio y le había ajustado el sueldo en marzo de 2021.
Reacciones
Como era de esperar, el anuncio de medidas “urgentes” y nuevos sacrificios para equilibrar el Fondo de Pensiones causó reacciones. En un comunicado, la asociación de empleados laicos del Vaticano, que ya viene reclamando por los recortes que comenzaron a haber durante la pandemia, no ocultaron su preocupación por el ulterior ajuste que se avecina
Exigieron, además, que se publicaran las cifras del déficit: “a quien sugirió esta maniobra, le decimos que ni siquiera nosotros conocemos el balance del Fondo porque los datos no son públicos. No obstante, cuando se contribuye a una gestión financiera o de pensiones, visto que pagamos con nuestros aportes, las cuentas deberían ser consultables para todos”, dijeron.
Inquietos ante un nuevo ajuste de cinturón, los empleados cuestionaron las reformas económicas realizadas hasta ahora por el Vaticano. “¿Si quieren intervenir ahora sobre las pensiones, entonces qué resultados tuvo la reforma financiera puesta en marcha hace cuatro años? ¿Qué resultados alcanzaron quienes fueron tomados para eso, muchas veces con sueldos muy altos?”, se preguntaron, tirándole varios dardos a la Secretaría para la Economía.
“Los empleados, agotados por los recortes y, sobre todo, por la falta de respuesta a su legítima petición de ser oídos, creen haber contribuido ya, en la medida de sus posibilidades, a cubrir el déficit y permanecen atentos a posibles disposiciones futuras”, indicaron, finalmente, pidiendo una reunión.
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