Al ritmo de la crisis, la petrodiplomacia chavista se deteriora
CARACAS.- El sueño del fallecido presidente Hugo Chávez de aprovechar la influencia de la riqueza petrolera de Venezuela para propagar su revolución en toda América latina se está esfumando bajo el peso de una crisis económica que fuerza a su sucesor, Nicolás Maduro, a reducir la generosa ayuda exterior.
Los indicios de la decreciente influencia del país se están evidenciando. A principios de noviembre, Guatemala se retiró de la alianza de Petrocaribe lanzada por Chávez al aducir que no recibió las tasas de financiación ultrarreducidas que le había prometido Venezuela cuando buscó unirse al pacto de 18 naciones en 2008. Y, recientemente, representantes de Brasil y Colombia mantuvieron reuniones con sus colegas venezolanos para recaudar pagos pendientes por alimentos, artículos de manufactura y otras importaciones.
Aunque no es la primera vez que Venezuela se atrasa en sus pagos, la nueva demora es más grave y el panorama económico más incierto que nunca antes en los 15 años de gobierno socialista.
El motivo es la dependencia del petróleo, que representa el 95% de las exportaciones. Aunque Venezuela tiene las mayores reservas del mundo, la producción declinó paulatinamente en años recientes. Los precios mundiales del crudo también bajan a medida que la técnica de fractura hidráulica aumenta los suministros en Estados Unidos, Europa padece trastornos económicos y el menor crecimiento económico de China limita la demanda mundial. El resultado es una erosión de las reservas venezolanas de divisas, que bajaron un 27% este año, según cifras oficiales.
Para cumplir con sus obligaciones, Maduro está reduciendo los subsidios, inversiones y programas de ayuda, que eran la piedra fundamental del plan de Chávez para controlar la influencia de Estados Unidos en América latina y que totalizó unos 100.000 millones de dólares desde 1999.
Aunque el gobierno todavía no reconoció la transición a la austeridad, datos del Banco Central de Venezuela revelan que los créditos comerciales extranjeros bajaron a 1700 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2013, tres veces por debajo de lo registrado en el mismo período del año pasado.
"Es mucho más fácil reducir la ayuda exterior que rebajar salarios o despedir trabajadores", señaló Francisco Rodríguez, un economista del Bank of America-Merrill Lynch, en Nueva York.
El país más perjudicado por la retracción económica es Nicaragua, que recibe 600 millones de dólares en transferencias anuales de Caracas. En tanto, a partir del próximo año, el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega empezará a financiar con sus propios medios los subsidios a las clases más desfavorecidas, algo que hasta ahora se hacía gracias a la ayuda venezolana.
La construcción de la mayor refinería petrolera de América Central también se paralizó después de que se agotara la inversión venezolana.
Enfrentado con demandas crecientes impulsadas por una inflación del 54%, el gobierno restringió el acceso a divisas fuertes para pagar a los abastecedores del exterior. Eso impulsó el valor del dólar en el mercado negro a diez veces su valor oficial y generó una escasez récord de todo tipo de productos, desde papel higiénico hasta aceite.
La preocupación creció entre los socios comerciales de Venezuela después de que el gobierno propusiera pagar las importaciones con bonos emitidos por la empresa petrolera estatal Pdvsa. El ministro de Comercio de Brasil, Fernando Pimentel, se reunió con Maduro, en octubre pasado, para discutir las cuentas impagas, según un funcionario brasileño.
Las demoras en los pagos constituyen un riesgo mucho mayor para Panamá y Colombia. Los negocios en la Zona Libre de Colón adyacente al Canal de Panamá bajaron un 10% este año debido a las declinantes compras venezolanas, dijo Severo Sousa, que representa a los exportadores de la zona en las gestiones ante el gobierno venezolano. Según Sousa, Caracas debe a las compañías panameñas unos 1000 millones de dólares, suma de la que se recuperó apenas el 10%.
Pero no es sólo el menor empuje económico lo que complica a Venezuela, según Carlos Romero, experto en relaciones internacionales en la Universidad Central de Venezuela. "La incapacidad de Maduro para replicar el carisma de Chávez y una reaproximación a Occidente por parte de Irán y Siria, cuyas posiciones intransigentes previas eran secundadas por Chávez, están socavando la política de enfrentamiento que estimulaba el fallecido líder venezolano", explicó Romero.
Las políticas intervencionistas, como la toma de los comercios de electrodomésticos, también están a la baja en gran parte de América latina. Incluso Cuba, principal aliado de Venezuela, está abriéndose a más inversiones privadas.
Maduro tiene, sin embargo, algunos motivos de esperanza. La caída de la producción petrolera podría frenarse pronto a medida que el gobierno otorgue mayor libertad a las compañías extranjeras.
Medidas
La semana pasada, el gobierno obtuvo un préstamo de 1000 millones de dólares de la empresa estatal rusa Gazprom, que eleva a 10.000 millones la cantidad que recaudó este año de socios extranjeros. Los economistas también anticipan que Maduro devaluará el bolívar de forma inminente, una medida que reduciría sustancialmente un déficit calculado por el Bank of America en un 11,5% del PBI.
Una crisis de deuda también parece improbable en momentos en que los bancos de Wall Street están ávidos por extender préstamos. Aunque Maduro acusa a Estados Unidos de conspirar para desestabilizar a su gobierno, su banco central al parecer está negociando una línea de crédito con Goldman Sachs, utilizando como garantía sus considerables reservas de oro.
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