Coronavirus en Brasil: Agotados, los médicos reclaman que "no hay instrucciones claras"
Desde Médicos Sin Fronteras advierten que hay mucho estrés por la falta de un protocolo unificado para enfrentar la emergencia
Mientras muchos países de Asia y Europa comienzan a retomar sus actividades, Brasil escala posiciones en elranking de los países con más infectados y muertos alrededor del mundo a causa del nuevo coronavirus.
Ya es el sexto entre los países más afectados por la pandemia a nivel global y el más golpeado en América Latina. Superó a Francia en el número de infectados al registrar más de 218.000 contagios, mientras que la cantidad de fallecidos supera los 15.000,
En Brasil hay una mezcla de factores que confluyen para llegar a la situación actual. El primero tiene que ver con quién toma las decisiones, ya que, ante la falta de acción del gobierno federal, los gobernadores y las autoridades municipales deben definir sus propias medidas para contener el virus, algo que provoca confusión entre los residentes y el personal sanitario.
"En Brasil no hay instrucciones claras sobre el distanciamiento social ni el confinamiento y finalmente el manejo queda a discreción de cada estado", explicó Marcela Allheimen, directora de la Unidad Médica de Brasil de Médicos Sin Fronteras (MSF), en diálogo con LA NACION. "En momentos como este, es fundamental tener una orientación clara, pero, lamentablemente, hemos sido testigos de la difusión de directrices contradictorias que dificultan el cumplimiento de las medidas necesarias", completó Ana de Lemos, directora ejecutiva de MSF-Brasil.
La preocupación para el personal sanitario reside en la falta de un protocolo único para combatir la pandemia. "Hay mucha incertidumbre y muchísimas preguntas sin respuesta. Hay que poner protocolos únicos para que los médicos sientan que tienen una guía y que no quede a discreción de ellos buscar las respuestas. Eso genera muchísimo estrés", continuó Allheimen.
Pero eso no es todo. El nuevo coronavirus también destapó en Brasil una serie de dificultades que, si bien ya se encontraban allí antes de la pandemia, ahora se ven agravadas. "El norte [del país] ya era un problema con o sin Covid-19 en cuanto a los recursos y las estructuras de salud. En países tropicales y con la extensión que tiene Brasil hay epidemias simultáneas durante todo el año, como la fiebre amarilla, la chikungunya, el dengue, y, por lo tanto, muchos de los sistemas de salud ya estaban debilitados tras haber respondido a otras epidemias", ejemplificó Allheimen.
Sumado a eso, existen "espacios de vulnerabilidad" que también se encuentran más expuestos al virus, como las favelas, las cárceles o las residencias de ancianos.
"Son poblaciones encerradas voluntaria o involuntariamente. Ahora intentamos ayudar a los asilos porque la dificultad es que hay que evitar que se contagien, porque una vez contagiados el pronóstico es muy malo", dijo Allheimen.
Y agregó: "También hay muchas grandes favelas en Río de Janeiro que están muy bien organizadas en su estructura social, pero no hay agua y casi parece cruel no poder cumplir con la recomendación de lavarse las manos".
El panorama no es alentador y frente al vertiginoso avance del coronavirus uno de los interrogantes que resuenan con más fuerza es si el país puede convertirse en el nuevo foco de contagios a nivel global. Para Allheimen, esa inquietud todavía no está resuelta.
"Nadie podría saber realmente si Brasil se va a convertir o no en el nuevo foco del mundo. Foco de noticias, seguramente, porque ya no tenemos tantas infecciones en Asia ni Europa, pero en esta parte del sur se van a ver grandes números", advirtió la directora de MSF.
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