Meloni se defiende tras ser acusada de imprimirle un “giro populista radical” a su gobierno
El gobierno decidió implementar una tasa especial para las ganancias extraordinarias, una movida fundamental para obligar a los bancos a aumentar la remuneración de los depósitos; la premier italiana explicó hoy que se trata de “un impuesto sobre un margen injusto”
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ROMA.- La premier italiana, Giorgia Meloni, defendió hoy la decisión de su gobierno de aplicar una tasa a las ganancias extraordinarias de los bancos, que ayer generó turbulencias en los mercados europeos. Bloomberg había considerado que su política económica había dado “un giro radicalmente populista al lanzar un asalto a las ganancias bancarias y reforzar su control sobre la Italia corporativa”.
En su mensaje habitual por las redes sociales, titulado “Los apuntes de Giorgia”, la premier afirmó: “La medida más importante que aprobamos es tributación de los márgenes injustos de ganancias de los bancos”.
“Vivimos una fase económica y financiera complicada por la inflación que se registra en toda Europa, y es fundamental que el sistema bancario se comporte de la forma más correcta posible. Estamos registrando ganancias récord y hemos decidido intervenir introduciendo un impuesto del 40% sobre la diferencia injusta en el margen de interés. Una tributación que no es un impuesto sobre un margen legítimo, sino un impuesto sobre un margen injusto”, explicó. Los recursos que generarán esos tributos se destinarán “a financiar las medidas de apoyo a las familias y empresas” que atraviesan “un momento de dificultad por el alto costo del dinero”, agregó la premier.
Los mercados abrieron en alza tras el tope en el impuesto bancario anunciado ayer en Italia, que sorprendió a sus bancos y conmocionó a todo el sector bancario europeo al aprobar un impuesto extraordinario por las subidas de los tipos de interés del 40% a los bancos para 2023, provocando un desplome del 3,5% de las acciones bancarias europeas. Sin embargo, más tarde anunció que la tasa no superará el 0,1% de los activos bancarios, lo que tranquilizó a los inversores, que esperaban un gravamen de hasta el 0,5%.
La suba de las tasas de interés llevó los beneficios de los bancos italianos a niveles récord en los últimos trimestres, ya que el coste de los préstamos se disparó mientras los bancos conseguían evitar pagar más por los depósitos. Países como España y Hungría ya han impuesto impuestos extraordinarios al sector, y otros podrían seguir su ejemplo.
#Extraprofitti banche, lotta alla mafia, misure contro i piromani, #redditodicittadinanza, #salariominimo e tanto altro.
— Giorgia Meloni (@GiorgiaMeloni) August 9, 2023
Vi racconto le norme approvate nell’ultimo Cdm e la posizione del Governo sui temi più discussi in questi giorni.#gliappuntidiGiorgia https://t.co/GPSwImFS0w
La disposición, que provocó el desplome de las acciones en bolsa ayer a la mañana, estipula que “en función de la evolución de los tipos de interés y del impacto social derivado del incremento de las cuotas hipotecarias, se instituye un impuesto extraordinario” para el año 2023, “que deberán pagar los intermediarios financieros, excluidas las sociedades gestoras de fondos de inversión y las sociedades de intermediación de valores según el texto refundido de disposiciones en materia de intermediación financiera”.
Como reacción a la medida, los valores bancarios se desplomaron ayer en la primera hora de negociación de la bolsa de Milán: Bper perdió un 11%, Banco Bpm un 9%, Intesa Sanpaolo un 7,2%, Unicredit un 5,9%, Mps un 6,4%, Finco un 5,49%, Mediolanum un 4,9%, y Banca Generali se desplomó un 2,84%.
El gobierno de Giorgia Meloni, había planteado la idea a principios de año, pero parecía que lo había dejado de lado. De hecho, un alto ejecutivo del sector bancario declaró que los bancos estaban preparados para “el matadero, aunque nunca llegó”.
Desde entonces, sin embargo, los excelentes resultados del primer semestre de los bancos han vuelto a poner el asunto sobre la mesa y han llevado al gobierno a actuar.
Según una fuente gubernamental, la decisión sorprendió incluso a algunos ministros en la reunión del Consejo de Ministros del lunes por la noche. Una segunda fuente dejó claro que el Gobierno pretendía “castigar el comportamiento desleal de los bancos”.
Las entidades financieras italianas han repercutido a los depositantes una media del 12% de la subida de tipos, frente al 22% de la zona euro, según cálculos de Jefferies.
“Sólo hay que mirar los beneficios de los bancos en el primer semestre para darse cuenta de que no estamos hablando de unos pocos millones, sino de miles de millones”, declaró el vice primer ministro y ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, en una rueda de prensa en Roma.
“Si [es cierto que] la carga derivada del coste del dinero se ha duplicado para los hogares y las empresas, lo que reciben los titulares de cuentas corrientes no se ha duplicado”, dijo Salvini, que añadió que había una gran diferencia entre los tipos aplicados a los préstamos y a los depósitos.
El índice de acciones bancarias de Italia se había desplomado un 7,7% hacia las 12, con el líder del sector, Intesa Sanpaolo, perdiendo un 8,4% y su rival, UniCredit, un 7%. Los bancos italianos arrastraron al índice europeo, que caía un 3,3%.
Por otra parte, la rebaja de la calificación de algunos bancos estadounidenses por parte de Moody’s también pesó.
Los bancos italianos subieron un 50% en el último año, superando la subida del 20% del sector europeo. El gobierno quiere utilizar los ingresos para ayudar a quienes tienen dificultades con el coste de la vida, como los titulares de hipotecas.
Beneficios extraordinarios para el Estado
Basándose en un borrador preliminar de la medida, los analistas de Citi calcularon que el impuesto podría eliminar casi una quinta parte de los ingresos netos de los bancos italianos en 2023. Bank of America estimó unos ingresos de entre 2000 y 3000 millones de euros para el gobierno.
Algunas fuentes dijeron que el Tesoro esperaba recaudar menos de 3000 millones de euros (3300 millones de dólares) con la medida. Esa cifra sería similar a los 2800 millones de euros recaudados por el impuesto extraordinario de este año a las empresas energéticas.
Italia no aplicará el impuesto hasta 2023, y los bancos pagarán las sumas antes del 30 de junio de 2024. La medida se aplica al margen de interés neto, una medida de los ingresos derivados de la diferencia entre los tipos de interés de los préstamos y los de los depósitos.
Italia gravará el 40% del margen de interés neto de los bancos obtenido en 2022 o 2023 según cuál de las dos sumas sea mayoría, fijando el incremento anual por encima de los umbrales en no menos del 5% para 2022 y del 10% para 2023. En el primer borrador, los umbrales eran del 3% y el 6%.
A finales del mes pasado, Intesa declaró que esperaba embolsarse más de 13.500 millones de euros este año basado sólo en el margen de interés neto.
Todos los principales bancos italianos presentaron unos resultados mucho mejores de lo esperado en el primer semestre y mejoraron sus perspectivas de beneficios gracias a la subida de las tasas. A diferencia de sus homólogos en otros países europeos, los bancos italianos nunca cobraron por los depósitos cuando las tasas oficiales cayeron por debajo de cero.
Desde que subieron las tasas, han recortado los costes de las cuentas corrientes, pero se han negado a recompensar el dinero en efectivo que tienen allí, alegando que el dinero es para uso diario y no una inversión.
Agencias ANSA y Reuters
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