A tres meses del ataque en Nueva York, las familias rosarinas recuerdan a sus víctimas
WASHINGTON.– Por una noche, Rosario estuvo más cerca que nunca de Nueva York y los argentinos que viven en Estados Unidos –y más allá también– brindaron otra muestra de su solidaridad y del arraigado valor que se le da a la amistad en la cultura argentina.
Tres meses después del atentado terrorista en el que perdieron la vida cinco rosarinos, la comunidad argentina se reunió, en el Consejo de las Américas, en una recepción en beneficio de las familias de las víctimas: Hernán Diego Mendoza, Diego Enrique Angelini, Alejandro Damián Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi.
“La energía positiva, el amor y el cariño de aquellos que piensan en nosotros, nos llega al alma y nos sostiene. Es un círculo de amor”, dijo contactada en la Argentina la viuda de Mendoza, Ana Evans.
“Cuando siento que estoy por aflojar, me levantan. Cuando no puedo respirar, me dan aire. Cuando mis lágrimas me ciegan, me limpian los ojos. Cuando siento mucho frío, me abrigan. Cuando siento oscuridad, me dan luz y así todos nos ayudan. Que personas que no nos conocen nos ayuden me conmueve hasta las lágrimas. La ayuda tiene muchas maneras. Un pensamiento. Una plegaria. Tiempo compartido. Energía, amor. Tengo mucho que aprender”, agregó.
La idea de la recepción surgió en Buenos Aires y se terminó de tejer en Nueva York. Nació en una conversación que tuvieron, a fines del año pasado, tres de los sobrevivientes, Iván Brajkovic, Guillermo Bianchini y Juan Pablo Trevisan con Brian Winter, autor de un artículo que se viralizó tras el atentado, titulado “Estos chicos representaban lo mejor de Argentina”.
Winter los conoció días después del atentado, y desde ahí tejieron un vínculo. Bianchini y Winter hablaron luego con el cónsul argentino en la ciudad, el embajador Mateo Estrémé, quien se sumó a la iniciativa. El fin: ayudar a las familias. “La reacción fue inmediata, y muy favorable”, dijo Estrémé.
Para una subasta silenciosa, que se realizó junto a la recepción, Lionel Messi mandó dos camisetas de la selección firmadas; Mario Kempes, un libro con su firma. Manu Ginóbili lo llamó a Estrémé para ofrecer, también, otra remera firmada. Ángel Di Maria y Giovani Lo Celso también quisieron aportar. Los clubes de la ciudad, Rosario Central y Newell’s, mandaron camisetas, y hasta Tom Brady, mariscal de campo de los New England Patriots, regaló una pelota con su autógrafo. Hubo unos 100 invitados. El restaurante Buenos Aires ofreció la comida para el catering.
“Me siento muy orgulloso de la comunidad argentina, tenemos que sentirnos orgullosos”, dijo Estrémé. “Hemos tenido una gran solidaridad”, agregó.
La recepción, en la cual la presidenta del Consejo, Susan Segal, ofició de anfitriona, marcó también la primera aparición pública de Martín Marro, el otro sobreviviente del grupo, quien vive en Boston, y estuvo internado varios días con múltiples fracturas luego del ataque.
“Es importante que sea una celebración de estos diez amigos de Rosario ”, dijo, en una charla telefónica con la nacion, Winter, quien afirmó que el mayor privilegio de su artículo fue haber llegado a entablar una amistad con los sobrevivientes.
La mañana siguiente al atentado, Winter amaneció con la foto de los diez amigos rosarinos en la tapa de los diarios. “Sentí que los conocía”, recordó. Se sentó a escribir y en 45 minutos terminó su artículo, un tributo a la amistad. Ahora, está comunicado con los rosarinos en un grupo de WhatsApp llamado “Caruso”, el apodo que recibió de su primer grupo de amigos argentinos.
“Ha sido increíblemente inspirador ver su reacción. Ha sido una reacción de fortaleza y coraje, y amor y amistad, y un rechazo a dejar que el hombre que hizo esto triunfe. Abrazaron un mensaje de amor y amistad”, afirmó Winter.
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