A pesar de la ira y el dolor, las víctimas respaldaron el premio
Aunque están divididas respecto del acuerdo de paz, coincidieron en apoyar su gestión
Las víctimas de 52 años de guerra con las FARC en Colombia, que se habían mostrado divididas respecto del apoyo o rechazo del acuerdo con la guerrilla, respaldaron ayer unánimemente la decisión de entregarle al presidente Juan Manuel Santos el premio Nobel de la Paz.
"Santos mostró mucha inteligencia en el manejo de todo el proceso y fue una persona consecuente en pensar más en la paz que en sus propios beneficios políticos", comentó vía telefónica a LA NACION Pablo Emilio Moncayo, el rehén que pasó más años secuestrado por las FARC.
Moncayo, que fue capturado en la selva cuando era un soldado de apenas 18 años y estuvo cautivo hasta los 30, un total de 12 años, dijo también que, "pese a que la guerrilla ha hecho algunas concesiones, no merecía ni siquiera que se la mencionara como eventual candidata al Nobel".
En este sentido agregó que "por más que el acuerdo de paz le dé a las FARC una especie de perdón, no se puede borrar de la historia lo que han hecho".
Moncayo es el rehén que pasó más tiempo en poder de la guerrilla, pero es sólo una de las 30.000 personas secuestradas en medio siglo de conflicto. A esas víctimas hay que sumarle más de 220.000 muertos, 25.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
El ex embajador colombiano en Venezuela Luis Eladio Pérez, que estuvo siete años secuestrado en la selva y que votó por el sí en el plebiscito "tapándose la nariz", según confesó, coincidió en que a la luz de la historia del conflicto, el Comité del Premio Nobel no debía entregar el galardón a los líderes guerrilleros.
"Es el presidente Santos quien en verdad encarna las aspiraciones de paz de todo el pueblo colombiano", dijo Pérez a LA NACION.
"Los que más hubiéramos merecido el premio además de él somos las víctimas, que sufrimos tantos años y en su gran mayoría dimos nuestro sí al acuerdo", agregó.
Efectivamente, el mapa de los resultados del plebiscito del domingo muestra que los departamentos que más sufrieron el conflicto, la parte rural del país, votaron mayoritariamente a favor del sí, mientras que en los departamentos urbanos, que no han sufrido tan directamente la violencia, triunfó ampliamente el no.
"Acá sigue habiendo un rechazo masivo de la gente contra las FARC", dijo Pérez. "Va a ser difícil superar los efectos de tantos años de guerra."
Entre las víctimas de la guerrilla, el ex brigadier general Luis Mendieta, el oficial de mayor rango secuestrado por las FARC, fue uno de los que habló más claramente sobre su rechazo a los acuerdos de La Habana.
Sin embargo ayer manifestó a LA NACION su pleno respaldo a la decisión de entregarle el Nobel a Santos.
"Él lleva seis años buscando consensos con mucho esfuerzo. Incluso después del triunfo del no, siempre tuvo declaraciones a favor de la paz", precisó.
Mendieta diferenció esa actitud de la que tiene la guerrilla. "Es cierto que en los últimos meses no hay asaltos ni asesinatos, pero las declaraciones de las FARC siguen siendo a veces explosivas", dijo el militar retirado.
Mendieta recordó actitudes agresivas de los líderes guerrilleros, como cuando el comandante Jesús Santrich, al ser consultado por la prensa sobre si estaría dispuesto a pedir perdón a las víctimas, se río y entonó el estribillo de la canción que dice: "Quizás, quizás, quizás".
"Todavía falta mucho tiempo para que la guerrilla aprenda las normas de convivencia política", afirmó Mendieta. "Y este premio es un mensaje también para ellos sobre las concesiones que aún deben hacer para alcanzar la paz."