A 40 años de su desaparición, el papa Francisco recordó a Emanuela Orlandi
“Deseo aprovechar esta circunstancia para expresar una vez más mi cercanía a los familiares”, afirmó el Sumo Pontífice
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ROMA.- Ante decenas de personas que manifestaron reclamando “verdad y justicia”, el papa Francisco recordó hoy el 40 aniversario de la desaparición de Emanuela Orlandi, la hija de un empleado de la Santa Sede que el 22 de junio de 1983, a los 15 años, nunca más regresó a su casa. La chica había salido para ir a tomar una clase de flauta traverso en un instituto que quedaba pegado a una iglesia del Opus Dei cercana a Piazza Navona. Su caso se tornó en cuatro décadas uno de los grandes misterios irresueltos del Vaticano e Italia, entre investigaciones varias, falsas pistas, idas y venidas y volvió a cosechar interés mundial gracias a una docuserie de Netflix, “Vatican girl” (La chica del Vaticano).
“En estos días se cumple el 40 aniversario de la desaparición de Emanuela Orlandi: deseo aprovechar esta circunstancia para expresar una vez más mi cercanía a los familiares, sobre todo, a la mamá y asegurar mi oración, que extiendo a las familias que viven con el dolor de un familiar desaparecido”, dijo Francisco, al final de la tradicional oración mariana del Angelus del mediodía romano, asomado de la ventana de su despacho del Palacio Apostólico.
Entonces, entre los 20.00 fieles presentes en la Plaza de San Pedro, se escuchó un fuerte aplauso de parte de un grupo de personas que llevaban pancartas, remeras y fotos con el nombre y el rostro de la joven desparecida. En una jornada de sol y calor agobiante, todos llegaron hasta allí después de asistir a una manifestación convocada horas antes frente al Castel Sant’Angelo por el hermano de la joven, Pietro Orlandi.
El reclamo fue “verdad y justicia” y “basta omertá”, es decir, basta de silencio cómplice. “Como todos los años, esperamos que sea el último sin la verdad. Nunca hubiera imaginado llegar a este 40 aniversario sin saber todavía nada del destino de mi hermana”, explicó Orlandi, que nunca bajó los brazos.
Orlandi, que es uno de los protagonistas de “La chica del Vaticano”, admitió que este año “parece haber un nuevo interés de parte de quien debería hacer justicia”. Aludió, así, al hecho de que, por voluntad de Francisco, en enero el Vaticano, en un giro más que trascendente, abrió por primera vez una investigación sobre el irresuelto caso, algo que luego decidió hacer también por tercera vez la fiscalía de Roma y que se espera que haga una comisión parlamentaria.
Antes de que el Papa recordara el aniversario, Orlandi no ocultó que se auguraba algo así. “Espero que el Papa pronuncie palabras de esperanza para llegar a la verdad, para recordar este 40 aniversario de la desaparición de una ciudadana vaticana”, dijo. “Sería un gesto positivo, querría decir tender una mano y llegar juntos a una solución”, agregó. Cuando se dio lo que esperaba, Orlandi, evidentemente contento, celebró: “Ha caído un tabú sobre Emanela, el Papa la ha recordado”.
El jueves pasado, 22 de junio, el día exacto de la desaparición de Emanuela, hace 40 años, el promotor de Justicia (fiscal) del Vaticano, el abogado penalista Alessandro Diddi, al frente de la investigación, reveló la existencia de “algunas pistas dignas de ulterior estudio”.
Entre las decenas de personas que reclamaron verdad y justicia, estaban Laura Sgró, la abogada de los familiares de Emanuela y la hermana de Mirella Gregori, una joven de la misma de la “chica del Vaticano”, pero ciudadana italiana, desparecida en la misma época sin que nunca más se supiera nada de ella. “Espero que se desbloquee la situación, nosotros sólo reclamamos saber qué pasó con nuestras hermanas”, dijo Maria Antonietta Gregori.
Quienes investigaron la desaparición de Orlandi en estos cuarenta años fueron siguiendo pistas de todo tipo. Una internacional, conectada con el atentado contra Juan Pablo II de 1981 cometido por el turco Ali Agca, que desde la cárcel comenzó a decir cosas; otra con los servicios de espionaje, otra más, con la banda criminal romana de la Magliana, otra con la mafia que quería que Vaticano le devolviera dinero, sin contar la pista de fondo sexual.
Para el periodista Gian Luigi Nuzzi, autor de varios libros sobre el Vaticano, es justamente esta última, la de fondo sexual, la más creíble, porque en ese mismo período de la desaparición de Emanuela, se esfumaron varias otras chicas, entre las cuales la ya mencionada Mirella Gregori, en casos que, también, jamás lograron esclarecerse.
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