A 40 años de la desaparición de Emanuela Orlandi, el Vaticano reveló que hay nuevas “pistas”
El promotor de justicia le pasó toda la documentación recopilada a la fiscalía de Roma, que también reabrió este año una investigación; escepticismo generalizado
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ROMA.- Al cumplirse este jueves el 40 aniversario de la desaparición de Emanuela Orlandi -la hija adolescente de un empleado de la Santa Sede-, uno de los grandes misterios irresueltos a la sombra de la cúpula de San Pedro y de Italia, el Vaticano reveló que surgieron algunas “pistas dignas de ulterior estudio”.
Emanuela Orlandi desapareció el 22 de junio de 1983, a los 15 años, después de haber salido de su casa -ubicada adentro de los muros del Vaticano-, para ir a tomar una clase de flauta traversa en un instituto que quedaba pegado a una iglesia del Opus Dei cercana a Piazza Navona, en el centro de Roma.
Quienes investigaron la desaparición, marcada por idas y venidas, falsos testimonios y despistajes, fueron siguiendo líneas de todo tipo. Una internacional, conectada con el atentado contra Juan Pablo II de 1981 cometido por el turco Ali Agca, que desde la cárcel comenzó a decir cosas; otra con los servicios de espionaje, otra con la banda criminal romana de la Magliana, otra con la mafia que quería que el Vaticano le devolviera dinero, sin contar que hasta se habló de orgías de altos prelados, presuntos abusos, masonería y demás.
Aunque en enero de este año, en vista de este emblemático 40 aniversario y en medio del renovado interés alrededor de este caso gracias a la exitosa docuserie de Netflix -Vatican Girl-, las cosas dieron un vuelco. Por voluntad del papa Francisco, por primera vez el Vaticano decidió abrir una investigación sobre el caso, de la mano de su promotor de Justicia (fiscal), el abogado penalista Alessandro Diddi.
Es en este marco que un comunicado de su oficina -difundido justo en el día exacto en el que la chica se esfumó, hace cuarenta años-, aseguró que “en los meses pasados fueron recopiladas todas las pruebas disponibles en las estructuras del Vaticano y de la Santa Sede, también buscando verificarlas a través de conversaciones con personas responsables de algunas oficinas en la época de los hechos”.
“He procedido al examen del material, confirmando algunas pistas dignas de ulterior estudio”, aseguró Diddi, que precisó que semanas atrás le pasó toda esta documentación a la fiscalía de Roma, que también reabrió este año una tercera investigación, después de haber archivado dos, “para que pudiera proceder en la dirección más oportuna”.
“El promotor continuará su actividad en este sentido en los próximos meses”, también destacó Diddi, que manifestó asimismo su “cercanía” a los familiares de Emanuela, con quienes las relaciones se han enfriado bastante en los últimos meses.
Su hermano Pietro -que nunca bajó la guardia-, en efecto, en abril pasado abrió una grieta y creó gran escándalo al vincular la desaparición de Emanuela con san Juan Pablo II, que en su momento se preocupó por el caso, visitó la familia y hasta pidió su liberación en un Angelus. “Me dicen que Wojtyla cada tanto de noche salía con dos monseñores polacos y no iba claramente a bendecir casas”, dijo Orlandi en un programa televisivo en el cual también se escuchó el audio de un llamado telefónico en el cual un exmiembro de la banda criminal del barrio romano de la Magliana implicaba al papa polaco en lo que habrían sido fiestas sexuales con menores.
Su frase “shock” creó gran indignación en todo el mundo e irritación en el Vaticano. Y hasta el papa Francisco salió a defender a su predecesor, a quien proclamó santo en 2014. “Seguro de interpretar los sentimientos de fieles de todo el mundo, dedico un pensamiento de gratitud a la memoria de san Juan Pablo II, en estos días objeto de ilaciones ofensivas e infundadas”, dijo Francisco el 16 de abril pasado, en su tradicional aparición dominical.
El domingo que viene la familia Orlandi hará una enésima manifestación para reclamar el esclarecimiento del caso, en ocasión de este 40 aniversario de la desaparición de Emanuela, que concluirá en la Plaza San Pedro. Algunos esperan que el Papa, en el Angelus dominical, recuerde este terrible caso.
En un artículo en el diario La Stampa publicado este jueves, el periodista Gian Luigi Nuzzi, autor de varios libros sobre el Vaticano, no ocultó su escepticismo en cuanto a una posible resolución del misterio. Aunque destacó la voluntad de Francisco de abrir una investigación, por primera vez en la historia, en el Vaticano, acusó a su promotor de Justicia, el fiscal Diddi, de haber hecho naufragar una comisión parlamentaria que, semanas atrás, quiso sumarse a las nuevas investigaciones en curso. Diddi consideró “una intromisión” dicha comisión parlamentaria, pese a que, como recordó Nuzzi, la desaparición de Emanuela ocurrió en Italia.
En medio de la lluvia de falsedades y mentiras que hubo en las últimas cuatro décadas, Nuzzi también aseguró que para él “la pista de fondo sexual” sigue siendo la más creíble, porque en ese mismo período de la desaparición de Emanuela, desaparecieron varias otras chicas, en casos que, también, jamás lograron esclarecerse. “Pero la palabra fin, la palabra justicia, probablemente no la escribiremos ni nosotros ni nuestros hijos ni nuestros nietos”, concluyó, resumiendo lo que piensan mucho.
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