A 30 años del atentado contra Juan Pablo II, aún siguen los misterios
El 13 de mayo de 1981, el turco Alí Agca, ahora en libertad, disparó contra el Pontífice; todavía se desconoce el autor intelectual del ataque
CIUDAD DEL VATICANO (EFE).- El atentado que a punto estuvo de costarle la vida a Juan Pablo II, del que hoy se cumplen 30 años, sigue envuelto en cierto halo de misterio sobre quien había detrás del turco Mehmet Ali Agca, que disparó varios tiros contra el papa Wojtyla en la plaza San Pedro el 13 de mayo de 1981, por lo que fue condenado a cadena perpetua, aunque tras pasar 30 años en la cárcel quedó en libertad a comienzos del año pasado.
El vespertino vaticano L'Osservatore Romano dice que este atentado, junto con el asesinato de John F.Kennedy, representa el "nivel más alto" al que el terrorismo llegó en el pasado siglo. "Fueron atacados los dos principales símbolo del poder mundial: el político y el religioso. El atentado contra Juan Pablo II demuestra la importancia alcanzada por el jefe de la Iglesia católica en el último siglo", señala el diario.
El diario agrega que el papa Wojtyla "sabía bien quien lo quería muerto" y que siempre supo que corría peligro y que el desinterés que siempre mostró por las investigaciones está relacionado con la interpretación espiritual que daba al mismo.
"El misterio sin resolver referente a los cerebros del atentado, cuya solución, como escribió en su testamento, estaba a la vista de todos y la evidente intervención de tipo milagroso que desvió los disparos de un asesino muy hábil, han cargado este acontecimiento de un fuerte significado espiritual, confirmado con la coincidencia de que ese día era el de la primera aparición de la Virgen de Fátima, cuyo mensaje se refería al comunismo", afirma el diario.
El atentado se produjo a las 17.17 del 13 de mayo ed 1981, cuando Karol Wojtyla celebraba la audiencia general de los miércoles. El terrorista Ali Agca, que se encontraba en la plaza, le disparó cuatro tiros, de los cuales dos lo alcanzaron. Uno le hirió en la mano izquierda, le perforó el bajo vientre, atravesó el hueso sacro y se incrustó en el piso del "papamóvil". El proyectil pasó a pocos milímetros de la arteria aorta y rozó la espina dorsal del papa. El otro proyectil le rozó un codo e hirió a dos mujeres.
Cuando Juan Pablo II visitó a Agca en la cárcel, éste le preguntó por qué no había muerto si él era un buen tirador y había apuntado al pecho. "Porque usted no tuvo en cuenta a la Virgen de Fátima", le respondió Karol Wojtyla.
Al cabo de 30 años, sigue sin saberse quién indujo el atentado. Se aseguró que Agca fue reclutado por los servicios secretos búlgaros, por orden de la KGB soviética. El turco, que fue detenido inmediatamente y condenado a cadena perpetua en Italia, hizo a lo largo de los años declaraciones contradictorias.
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