A 100 años de la Revolución Bolchevique: así fue la cobertura de LA NACION del suceso que cambió el mundo
Mirá todo lo que se publicó en los primeros cinco días en los que los soviets tomaron el control
Los medios de comunicación (radio y diario), sufrieron una enorme transformación durante todo el proceso de la Primera Guerra Mundial. En los países que participaron del conflicto se comenzó a utilizar esa vía informativa de masas como propaganda. Los corresponsales dependían mayormente de los comunicados oficiales y la utilización de la telegrafía era considera vital en el desarrollo bélico.
Ese es uno de los contextos que debe conocerse antes de recorrer la cobertura periodística de un suceso que cambió el mundo: la Revolución Bolchevique, ocurrida hace cien años.
Otro punto para tener en cuenta es el tecnológico. El diario LA NACION realizó una enorme cobertura sobre la guerra. Los despachos internacionales llegaban, en algunos casos, con dos y hasta tres días de demora. Por eso se aclaraba en cada una de las informaciones las fechas en las que se escribió el texto, ya que los distintos envíos podían ser, a veces, contradictorios.
En la primera página se concentraba la principal información recibida durante el día y en la segunda se reservaba uno o dos espacios para los telegramas recibidos de último momento. En esos casos, se aclaraba el horario en el titular que, por ejemplo, podía decir así: “4.45 a.m. Los sucesos de Rusia”.
Aunque la serie de eventos que desembocaron en la toma de poder por parte de los soviets comenzó varios meses antes, al levantamiento se lo conoce como la Revolución de Octubre porque el 25 de ese mes (según el calendario juliano que se utilizaba en Rusia), se produjo el asalto final sobre el gobierno provisional. Los soviets y los bolcheviques tomaron el control definitivo en la fecha que, para el calendario gregoriano, corresponde al 7 de noviembre.
A continuación, un recorrido por las publicaciones de aquellos primeros cinco días en los que el poder cambió de mando en Rusia.
Jueves 8 de noviembre de 1917
Fue la primera vez que se mencionó el estallido, bajo el título “Los acontecimientos en Rusia”. Se publicaron dos telegramas. El primero, desde Londres, recibido a las 2.20, dejaba en claro quién tendría el control de la información: “A causa de la situación creada en Petrogrado por el golpe revolucionario de los maximalistas, las noticias de la capital rusa quedarán sujetas a la más rigurosa censura”, se avisaba.
El segundo, desde Petrogrado, contaba: “La agencia oficial telegráfica que han ocupado los maximalistas revolucionarios es una institución del gobierno, agregada al ministerio de relaciones exteriores. Los socialistas deseaban desde hace mucho tiempo ejercer fiscalización sobre esa agencia. Esta ha sido la primera vez que los maximalistas se hayan apoderado de edificios de gobierno”.
Viernes 9 de noviembre
Un telegrama de las 3.40 AM que citaba al diario The Times, indicó: “Los acontecimientos en Rusia no pueden sorprender a nadie que haya seguido con alguna atención los últimos sucesos de aquel país. Cuando se constituyó el gobierno provisional pudo verse bien pronto que sus autoridades carecían de la fuerza necesaria para apoyar las palabras sobre los hechos. Así fue creciendo día por día la anarquía rusa, agravada por la tolerancia con que se autorizaba la distribución de armas entre las turbas […] La tolerancia del gobierno de Kersnski llevaría a los extremos más peligrosos, los que hoy deploramos”.
“[…] Al parecer, el partido de los Soviets es actualmente dueño de la situación. Hay que recordar, sin embargo, que están momentáneamente en posesión de los cables y que pueden enviar noticias a su antojo. Poco podemos hacer los aliados en esta emergencia, como no sea contemplar con angustia la agonía rusa”.
Además, se citó al diario Daily Mail: “Lenin, el jefe del golpe de estado ruso estaba señalado hasta hace poco por la policía de su país como agente al servicio del gobierno alemán. Su mano derecha es Trotski, un anarquista”.
Por último, un despacho datado en Petrogrado y recibido a las 5.15 AM, indicó: “Se informa que el ex jefe del gobierno provisional, señor Kerenski, partió para el frente el miércoles. Allí inspeccionó los servicios y revistó las tropas, recibiendo un llamado urgente para regresar a la capital. En Petrogrado y a pesar del manifiesto publicado por el Soviet el mismo miércoles, deponiendo al gobierno, Kerenski continuó reuniéndose con sus ministros en el palacio de Invierno.
“El jueves a las 9 de la mañana desapareció de la capital el Sr. Kerenski, después de haber conferenciado con el Sr. Manikovsky y con el presidente del parlamento. Los miembros del Soviet prepararon el golpe con toda clase de precauciones. Empezaron por apoderarse del telégrafo y en vista de que no se les oponía resistencia alguna, continuaron la ocupación sistemática de la capital”.
Sábado 10 de noviembre
Bajo el título “El régimen maximalista en Rusia”, se mencionó a las nuevas autoridades y la persecución a los miembros del gobierno.
“PETROGRADO.- El presidente del Soviet, Sr. Trotsky, ha informado que se ha conseguido impedir que se cometan excesos en esta capital.
“Las tropas que sostienen a los maximalistas han instalado ametralladoras en los techos de las casas.
“Los regimientos que se encuentran en las cercanías de la capital han recibido la orden de impedir que las tropas de Kerenski penetren en la capital”.
[…] “El Sr. Trotsky explicó que el arresto de ciertos miembros del gobierno de Kerenski no se debe a un acto de venganza o de represión política.
“Agregó que todos los miembros del gobierno de Kerenski serán juzgados por complicidad en el movimiento del general Korniloff. Los partidos políticos a que pertenecen los ex ministros socialistas decidieron que estos últimos sean también juzgados como los demás. Mientras tanto, permanecerán detenidos en sus domicilios”.
Domingo 11 de noviembre
El nuevo gobierno hace un llamamiento a obreros, soldados y campesinos. El pedido público se conoció a través del siguiente despacho internacional:
“El congreso de los soviets ha publicado el siguiente llamamiento […]:
Y continúa: “El manifiesto […] apela a los soldados que se encuentran todavía en las trincheras para que se mantengan vigilantes y firmes, y dice que […] el ejército revolucionario sabrá defender la revolución contra los esfuerzos imperialistas hasta que el nuevo gobierno haya obtenido la paz democrática que será propuesta directamente a todos los pueblos”.
Y a las 4.15 a.m., en las noticias de último momento, un despacho desde Washington confirmó: “El departamento de estado ha recibido un telegrama que confirma que la unión de las guarniciones militares de Moscú con los maximalistas.
“Los nuevos afiliados al movimiento subversivo de los han cerrado las oficinas de dos diarios conservadores y se ocupan de custodiar los caminos y telégrafos”.
Luego agrega: “[…] Ni el gobierno de los Estados Unidos ni los aliados reconocerán ningún gobierno hasta que las circunstancias actuales no hayan mejorado”.
Y se cita a una fuente de “alta autoridad”, que dijo: “No hay nadie con quién ahora podamos tratar. No podemos disponer que se retire nuestro apoyo por la simple causa de que se haya presentado una contrarevolución. Los EE.UU. tienen conciencia de que no deben perder su fe en Rusia ni siquiera al extremo de lo que podría aparecer como una necedad en lo que se refiere al punto de vista financiero”.
Además, un despacho de Estocolmo al diario “Utro Ruski”, menciona a Lenin como primer ministro y a Trotsky como director general de finanzas del país.
Por último, una nota de análisis de la situación señala: “Uno de los primeros efectos de la revolución rusa fue la elimnación de los partidos reaccionarios y de extrema derecha como factores políticos de acción efectiva […]
“No es posible apreciar en toda la magnitud los perjuicios que a la potencialidad militar de la Entente puede causar el desistimiento ruso de continuar la lucha. Si se tratara de una paz impuesta por la negativa de las tropas a continuar combatiendo, el beneficio para los imperios centrales sería poder disponer de gran parte de las 130 divisiones que vigilan actualmente el frente occidental y reforzar además, sus efectivos con el millón y medio de prisioneros austro-húngaros y alemanes tomados por Rusia durante los tres años de guerra. No hay para qué insistir mayormente sobre las graves consecuencias que puede acarrear la equívoca determinación de los revolucionarios moscovitas”.
Lunes 12 de noviembre
Los intentos del gobierno minimalista por recuperar el poder, generaron incertidumbre y hasta informes contradictorios. Un despacho desde Inglaterra, indicaba:
“LONDRES.- Informaciones radiotelegráficas recibidas de Haparanda hacen saber que Kerenski, al frente de 200.000 hombres, resolvió avanzar hacia Moscú para establecer allí su gobierno y seguir después hacia Petrogrado.
“Una sangrienta batalla librada en aquella capital entre los cosacos y las tropas minimalistas contra las fuerzas que acuadilla Lenin, y que dio por resultado la derrota de las últimas, hizo innecesario el viaje de Kerenski”.
Mientras tanto, otro envío desde Francia daba cuenta del avance del nuevo régimen: “El congreso de los Soviets ha aprobado un decreto por el que se transfiere la propiedad de las tierras a los campesinos y son abolidos al mismo tiempo los derechos de los terratenientes y los monasterios, cuyas propiedades pasarán a manos de los comités de agricultura hasta que se reúna la asamblea constituyente.
“Los productos del subsuelo, tales como petróleo, carbón y demás minerales se consideran de pertenencia del estado.
“Se declara que todo ciudadano tiene derecho a poseer tierras, pero solamente la cantidad limitada a la extensión que puede cultivar él mismo sin ayuda de trabajo retribuido”.
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