2018, un año que se anticipa agitado
Habrá elecciones claves en todo el mundo, como las legislativas en EE.UU. y las presidenciales en Brasil; el desafío norcoreano y la disputa por Jerusalén prometen nuevos capítulos, mientras varios líderes tendrán un protagonismo central
Las principales elecciones
1 Una prueba de fuego para Trump
Los demócratas intentarán dar el batacazo. Donald Trump y los republicanos, retener el poder. En juego estará mucho más que el futuro de la agenda presidencial: el resultado de las elecciones legislativas en Estados Unidos, el 6 de noviembre, podría abrir la puerta para un juicio político al mandatario, y así poner en jaque a su gobierno y a su proyecto de reelección.
Los comicios volverán a poner sobre la mesa el equilibrio de poder en Washington: se elegirán los 435 representantes de la Cámara baja y 33 de los 100 senadores. También se pondrán en juego 36 gobernaciones. Las encuestas y la historia marcan que el clima político está del lado de la oposición. La coalición demócrata está “encendida”, y enfrenta a un presidente impopular. Pero los republicanos cuentan con dos ventajas estructurales: más distritos “delineados” a su favor en la Cámara de Representantes y menos senadores en juego. De las 33 bancas, ocho son republicanas y 25, demócratas, diez de ellas en estados donde Trump ganó en 2016.
2 Brasil busca superar las turbulencias
Las elecciones del 7 de octubre (segunda vuelta prevista para el 28) representan la oportunidad de dar vuelta la página a un período de crisis, marcado por el escándalo de corrupción en Petrobras que reveló la operación Lava Jato y por la peor recesión económica en la historia del país. Estos agitados últimos años dejaron como consecuencia una sociedad polarizada que se enfrenta a los comicios más atomizados desde 1989, en los que está en juego no sólo el liderazgo político, sino también las chances de que la recuperación económica se consolide.
La gran incógnita es si el candidato que lidera las encuestas, Luiz Lula da Silva, podrá competir debido a su condena por corrupción; el 24 de enero, una corte de apelaciones despejaría esa duda clave. En segundo puesto está el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, pero enfrenta problemas para encontrar partido. Ya se sumaron a la contienda el gobernador del estado de San Pablo, Geraldo Alckmin (socialdemócrata); la ecologista Marina Silva, y el laborista Ciro Gomes.
3 En Italia merodea la ingobernabilidad
Unas elecciones sin ganadores. Eso es lo que se espera de los comicios en Italia del 4 de marzo, en los que se teme que, una vez más, triunfe la ingobernabilidad. A la luz de una controvertida nueva ley electoral y en un panorama político ya no bipolar (centroizquierda vs. centroderecha), sino con el agregado del Movimiento 5 Estrellas (M5E), los sondeos indican que ninguna formación obtendrá el número necesario para gobernar.
En elecciones marcadas por un clima de resignación y la reaparición de Silvio Berlusconi –que no puede ser candidato por una condena por fraude fiscal–, la coalición de derecha que apadrina y reúne a su partido, Forza Italia, con la Liga Norte y otros, ganaría la contienda, con el 35,8% de los votos. Pero sería insuficiente: para gobernar hay que superar el 40%. El M5E se confirmaría como la primera fuerza (27,5%). Le seguiría el Partido Democrático (24,1%), que al frente de una alianza de centroizquierda obtendría un desastroso 27,9 %. Aunque aún faltan tres meses, una eternidad.
4 Maduro va por la reelección
Venezuela termina su año maldito convencida de que 2018 será aún peor. Así lo piensan el 68% de los encuestados por Datincorp y uno de cada tres venezolanos que sopesa sumarse a la gran diáspora. No es para menos: la hiperinflación pulveriza sus bolsillos, la escasez de alimentos y el desabastecimiento de medicinas los asfixia, la economía persiste en recesión (caída del 12% del PBI) y se mantiene como el segundo país más violento del planeta. La sensación de que casi todo falla y de que todo puede fallar.
Cualquier gobernante en otro país no tendría ninguna posibilidad de ser reelecto en unos comicios previstos para fin del año próximo, pero que ante la fractura de la oposición, Nicolás Maduro, que buscará un nuevo mandato, estudia adelantar a principios de 2018. Al menos esa era la intención hasta que la crisis navideña percutió directamente contra Maduro y sus promesas. “Se celebrarán sólo si tienen posibilidades de ganarlas. Si no se pospondrán”, vaticina el politólogo Piero Trepiccione. La oposición se despidió el año prometiendo un candidato unitario.
5 En México, una posible sorpresa
En México se podría producir una gran sorpresa si en las elecciones del 1° de julio ganara el izquierdista ex alcalde de la Ciudad de México Andrés Manuel López Obrador (Movimiento Regeneración Nacional), hoy cómodo al frente de las encuestas. Tras dos frustradas campañas en 2006 y 2012, moderó su discurso radical y se acercó al empresariado. Pero hay quienes temen los eventuales choques con otro líder populista-nacionalista como Donald Trump al otro lado del río Bravo.
Desgastado, el oficialista PRI ofrece como alternativa de continuidad al ex secretario de Hacienda José Meade, mientras que el derechista PAN y el PRD (izquierda moderada) buscan formar un inusual frente común. Por fuera de los partidos tradicionales, la ex primera dama Margarita Zavala (esposa de Felipe Calderón) se aventura como candidata independiente. El debate electoral se centrará en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico; el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; la defensa de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, y la reciente reforma energética.
Los conflictos latentes
1 La amenaza nuclear de Corea del Norte
Kim Jong-un ordenó este año más lanzamientos de misiles que su padre durante toda su vida. Desde que asumió, a los 27 años, duplicó –y más– las pruebas que realizaron su padre y su abuelo. Y nada, por el momento, sugiere que el año próximo moderará el paso.
La tensión nuclear emanada del régimen de Pyongyang, el más aislado del mundo, dominó la agenda internacional este año. Estados Unidos, Rusia, China y las potencias occidentales eligieron un camino: atenazar con sanciones económicas a Kim para forzarlo a una negociación que ponga fin al conflicto y dejar en claro que cualquier ataque será respondido con “furia y fuego”, en palabras del presidente Donald Trump.
Pero Kim respondió a cada paquete de sanciones con una nueva prueba. La ácida retórica entre Washington y Pyongyang mantuvo latente el temor a una guerra nuclear. Y aunque funcionarios, expertos y diplomáticos confían en que ese escenario nunca llegará, todo indica que el temor perdurará en 2018.
2 La tensión por el estatus de Jerusalén
El mundo vive una época de transición. La dinámica que define la evolución de Medio Oriente parece indicar que también allí hay cambios que se avecinan. Entre ellos, la probable disminución de influencia de Estados Unidos.
Desde la fundación de Israel, el conflicto con los palestinos dominó la geopolítica regional. Pero la invasión de Irak por Estados Unidos en 2003 consiguió que el enfrentamiento perdiera su papel central. Así fue hasta que Donald Trump decidiera reconocer a Jerusalén como capital israelí, a pesar de que la anexión unilateral de la ciudad después de 1967 nunca fue reconocida por la comunidad internacional.
¿Por qué lo hizo? ¿Responde a su irracionalidad habitual o a la política nacional? ¿Planea una nueva solución territorial que vaya más allá del conflicto israelí-palestino, en el marco de la lucha que libran Arabia Saudita e Irán por el control regional? La alianza emergente entre Riad e Israel, antes inimaginable, podría convertirse en una de las fuerzas motrices del nuevo Medio Oriente.
3 El repliegue de EI en Filipinas
Después de recuperar Raqqa y Mosul, los líderes de Medio Oriente y Occidente proclaman victoria en la guerra contra Estado Islámico (EI). Pero todo indica que el grupo decidió reagruparse en Filipinas, lo que lo transforma en un nuevo foco de conflicto para 2018.
Filipinas tiene una larga historia de militancia islamista, aunque EI es un recién llegado. En octubre de 2016, 1600 combatientes asiáticos ocuparon Marawi, la mayor ciudad de la región autónoma de Mindanao (200.000 habitantes). El ejército filipino demoró un año en desalojarlos, a pesar de que contaba con el apoyo de las fuerzas antiterroristas de Estados Unidos. La presencia de ese cuerpo de elite –y la ausencia de escrúpulos del presidente filipino, Rodrigo Duterte, cuando se trata de reprimir– introduce un matiz sustancial con la situación que prevalecía en Medio Oriente en 2013, cuando los jihadistas empezaron su gran ofensiva. A diferencia de Siria e Irak, EI encontrará la fuerte oposición armada con especialistas entrenados en lucha anti guerrillera.
4 Disputa en el Mar del Sur de China
El Mar del Sur de China será una de las marmitas geopolíticas del planeta en 2018. China, Brunei, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam reivindican las islas de ese mar interno del Pacífico, sobre todo los archipiélagos Paracelso y Spratly.
Esas dos posiciones controlan la navegación en sus 3,5 millones de km2 de superficie –un tercio más que el Mediterráneo–, por el cual circulan 5 billones de dólares en mercancías por año (casi 40% del comercio marítimo mundial). Sobre ese total, 1,5 billones se dirigen o provienen de Estados Unidos. Sus aguas producen 12% de las capturas mundiales de pesca y cobijan reservas de gas y petróleo de vital importancia para los 620 millones de habitantes del sudeste asiático.
La situación se agravó en los últimos años cuando China extendió artificialmente el arrecife Mischief, en las Spratly, para instalar una base militar de primera importancia, defendida con misiles, helicópteros y una flota de 31 unidades. La tensión permanente que vive esa zona puede precipitar una explosión política.
5 En Afganistán,el desafío talibán
La jihad se recalienta en Afganistán. Durante su gestión, Barack Obama acordó el retiro de las tropas de combate norteamericanas del país. Pero su sucesor, Donald Trump, no sólo las mantiene, sino que promete aumentarlas ante el avance talibán, que controla ya una cuarta parte del territorio y multiplicó sus atentados.
El castigado país asiático sufrió todo tipo de violencia durante este año. En abril, Estados Unidos arrojó la llamada “madre de todas las bombas” sobre lo que se suponía era un bastión de Estado Islámico (EI). “Fue un éxito y estoy orgulloso”, dijo Trump. Un mes después llegó la réplica con el peor atentado terrorista en 15 años, que se cobró la vida de más de 100 personas en la llamada “zona de seguridad” de Kabul.
Los intentos del gobierno afgano por llegar a un acuerdo de paz con los talibanes fracasaron. En un futuro próximo les presentará un programa de negociaciones, pero la crisis se extiende. Trump anuncia para el año próximo una nueva estrategia con mayor presencia militar y una guerra que promete recrudecer.
Los protagonistas
Abdel Fatah Al-Sisi, Presidente egipcio
Egipto vivió un 2017 convulso, con el atentado más sangriento en su historia, penuria económica y un régimen autoritario, el de Abdel Fatah al-Sisi. El militar llegó al poder en 2013 con un golpe, pero un año más tarde revalidó su posición en elecciones. Ahora buscará otro mandato con una propuesta de “mano dura y fuerza bruta” contra el terrorismo en la estratégica península del Sinaí. Cada vez más apoyado en Rusia y crítico con la posición de Trump hacia Medio Oriente, representa el avance del poder militar en el país.
Carles Puigdemont, ex presidente catalán
Nacido en Girona, Carles Puigdemont sacudió el mapa político español y puso su posible desmembramiento en la agenda de este año. Declaró la independencia de Cataluña, fue destituido como presidente regional y, tras nuevas elecciones este mes, en 2018 está en condiciones de recuperar el poder y avanzar otra vez hacia el separatismo. Por ahora se lo impide su condición de prófugo y el temor a ser detenido si pisara España.
Vladimir Putin, presidente ruso
Putin seguramente se reconocería en las palabras de Dostoievski, que en Los demonios anota: “Hay que ser un gran hombre para resistir incluso al sentido común”. Él, que parece pensar que su destino y el de su país no deben doblegarse ante ningún obstáculo, piensa hacer de 2018 un año imperial. Antes de acoger el Mundial, este año será para el líder del Kremlin el de su cuarta coronación. Un acontecimiento sin ningún suspenso. Putin goza de una auténtica popularidad. Pero el paisaje político fue prolijamente limpiado, hasta el punto que sus únicos adversarios son los abstencionistas.
Miguel Díaz-Canel, vicepresidente cubano
El hermetismo en el seno del castrismo es absoluto, pero todas las apuestas recaen en Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente y llamado a ser el sucesor de Fidel y Raúl Castro al frente del Consejo de Estado y de Ministros en 2018. Muchos están convencido, en paralelo, de que el hombre que pasa por ser un gris funcionario llegado del interior gobernará bajo supervisión del propio Raúl, de su hijo Alejandro (jefe de la Inteligencia), de los comandantes de Sierra Maestra y del Partido Comunista de Cuba.
Sergio Fajardo, candidato colombiano
Llega a 2018 al frente del pelotón de candidatos para suceder a Juan Manuel Santos en las elecciones de mayo próximo en Colombia. El ex alcalde de Medellín, uno de los arquitectos de su transformación radical, está dispuesto a seducir con su revolución serena a los indignados colombianos, que parecen mayoría. La constante corrupción profundizó el sentimiento pesimista, lo que mitigó el efecto positivo de la histórica paz con las FARC. El ex gobernador de Antioquia está al frente de una coalición de outsiders (verdes, progresistas y ciudadanos). En frente estarán Álvaro Uribe y sus fuerzas conservadoras, y el vicepresidente Germán Vargas Lleras, enemigos muy poderosos y representantes de la política tradicional.
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