Dos héroes argentinos, entre los mejores del mundo
Cuando en plena crisis de 2001 Martín Salvetti comenzó a advertir el creciente ausentismo de sus alumnos, supo que debía hacer algo rápidamente para que éste no se convirtiera en deserción. Con largos años de experiencia al frente de las aulas de la Escuela Técnica 2 de Abril de Temperley –donde estudió, fue preceptor y luego docente de Mecánica de los Motores, de Conocimiento de los Materiales y de Dibujo Técnico–, el profesor Salvetti se propuso motivar a sus alumnos mediante el montaje de una radio escolar en la que todos participaran. El proyecto empezó con un grabador doble casetera y un micrófono, y en poco tiempo transmitía las 24 horas. Salvetti sabía que los alumnos de las escuelas técnicas tienen inclinación por el arte ya que son incentivados a crear con sus manos, pero su proyecto se volvió integrador de diferentes disciplinas ya que abarcaba aspectos tan diversos como el mantenimiento y la operación técnica de una radio como la expresión oral y el desarrollo de una programación para los 365 días del año.
Salvetti logró así evitar que sus alumnos abandonaran la escuela y la radio lleva 19 años en el aire. Pero lo que este docente bonaerense nunca imaginó fue que la emisora iba a llegar a oídos del Global Teacher Prize, el "Nobel de educación", que lo iba a considerar finalista de su premio al "mejor maestro del mundo", que la Fundación Varkey estableció en 2014. Para ello, Salvetti fue seleccionado entre diez mil candidatos de 179 países. No fue el único docente argentino en disputar la distinción. María Cristina Gómez da clases de Historia, Formación Ética y Ciudadanía y Sociología en el Colegio Santa Margarita y en la Escuela El Ceibo, de Rosario. Tiene dos hijos con capacidades especiales, pero logró, a pesar del diagnóstico de los médicos, que ambos pudieran ingresar en la Universidad. Además de haber atravesado todos los estamentos de la carrera docente, mayoritariamente en escuelas de alta vulnerabilidad, es máster en Economía y en Ciencia Política. Su objetivo al frente de las aulas siempre fue que la educación sirviera para integrar más allá de todas las dificultades y ofrecerle a los alumnos un futuro con oportunidades. Al igual que Salvetti, María Cristina fue seleccionada entre los 50 finalistas al Global Teacher Prize.
Aunque el máximo premio, entregado semanas atrás en Dubái, fue recibido finalmente por el maestro keniata Peter Tabichi –a quien entrevistamos para esta edición de LA NACION revista días antes de su visita a Buenos Aires–, el reconocimiento a ambos docentes argentinos es tanto un motivo de orgullo como de esperanza. Es la confirmación de que en la educación se construye cada día un futuro mejor para millones de chicos vulnerables gracias al trabajo de docentes como Salvetti y Gómez, héroes para sus alumnos y para todos los argentinos.