Voluntariado: oferta en alza
Los resultados de una encuesta de la consultora Voices! Research & Consultancy y WIN Internacional difundidos recientemente por Fundación LA NACION trajeron una bocanada de aire fresco y buenas noticias a nuestra convulsionada realidad.
Cuando el aumento de la cantidad de personas que sufren carencias de todo tipo nos alarma, muchos compatriotas han decidido tomar el toro por las astas y poner manos a la obra. Es así que la cantidad de voluntarios superaron en un 6% los valores alcanzados un año atrás: hoy se estima que tres de cada diez argentinos dedican tiempo y esfuerzo a realizar trabajos comunitarios. La crisis de 2001 había marcado un pico histórico en 2002 y este año nuevamente se activaron las movidas solidarias, subiendo el amperímetro del voluntariado a más elevados niveles.
Históricamente, el segmento joven es el que más participa y las mujeres han tenido una prevalencia casi absoluta respecto de los hombres en los últimos 20 años. Por eso, también sorprende y es motivo de celebración que estos últimos relevamientos reflejen un mayor involucramiento masculino, hasta el punto de registrarse niveles similares para ambos sexos.
Millones de argentinos demostramos nuestra solidaridad ante acontecimientos dramáticos o emergencias climáticas. Somos muchos menos los que estamos dispuestos a sostener la participación, la ayuda o la contribución en el tiempo.
Una sociedad civil que se organiza y aprovecha el soporte tecnológico permite hoy encontrar fácilmente innumerables alternativas para una generosa participación: www.quieroayudar.org; www.techo.org/voluntariado-y-convocatorias; www.rutassolidarias.org; www.lumencor.org; fundacionsi.org.ar/ser-voluntario; www.caritas.org.ar/voluntarios; www.servoluntario.org. Desde el gobierno de la ciudad también se promueven la participación y la capacitación ciudadanas, fortaleciendo el compromiso de la sociedad civil en tareas de voluntariado.
Cambiar el mundo o la cuadra del barrio puede ser mucho más que un ideal juvenil. Elegir colaborar con niños, con adultos mayores o enfermos, un abanico de enormes posibilidades. Una hora de nuestro tiempo puede marcar una gran diferencia para quienes transitan situaciones desgarradoras, con carencias básicas, muchas veces olvidados por todos. También en este terreno necesitamos ciudadanos activos, que asuman su protagonismo frente a una realidad en la que muchos sufren vulnerabilidad extrema. Son ellos quienes pueden elegir una causa y trabajar en pos de construir una sociedad más justa y equitativa en el marco de una cultura solidaria.
Que nunca dejemos de ser generosos. Que descubramos comprometidamente la profunda satisfacción y la alegría que en el acto de ayudar se potencian. Promovamos desde el voluntariado el valor de acercarse al otro y sortear generosamente la diferencia. Y preguntémonos qué puede hacer cada uno de nosotros.