Venezuela: elecciones inciertas
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Tras largas negociaciones, el gobierno del dictador Nicolás Maduro y la oposición acordaron en octubre último celebrar elecciones presidenciales durante el segundo semestre de 2024, con observadores internacionales como la Unión Europea (UE) y la ONU. Sin embargo acaba de cerrar una oficina de derechos humanos de la ONU y expulsó a 13 funcionarios.
Son pocos los avances que se registran. La responsabilidad recae en el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el gobierno, que mantiene un silencio cómplice sobre la fecha de los comicios. Se presupone que Maduro buscará un tercer mandato a pesar de que las encuestas no lo favorecen.
En medio de esta incertidumbre, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), alineado con el régimen chavista, confirmó la inhabilitación de María Corina Machado para ejercer cargos públicos por 15 años, al rechazar la solicitud de amparo cautelar presentada por la dirigente opositora quien, a pesar del fallo, descartó abandonar su candidatura.
En su informe anual, la organización Human Rights Watch (HRW) advirtió que las elecciones planificadas para 2024 en Venezuela perderán legitimidad si no se rehabilita a Machado.
Las dudas sobre la legalidad y transparencia de esos comicios han sido una constante. Esas elecciones son quizás la última esperanza del pueblo venezolano para intentar librarse de Maduro, quien se entronizó en la presidencia tras la muerte de Hugo Chávez, en 2013. Es de esperar que las presiones internacionales contribuyan a que el proceso comicial efectivamente sea libre, con respeto por los resultados. Para la elección más trascendente en la historia del país, los venezolanos no saben aún ni dónde ni cuándo van a votar.