Venezuela y el Covid-19
La crisis desatada por el coronavirus no ha hecho más que desnudar el lado más inhumano del gobierno venezolano. Según organismos de monitoreo, el régimen de Maduro manipula las cifras de infectados y habla de "eficacia y gran capacidad de respuesta" cuando el sistema público de salud está postrado, sin recursos ni medicamentos.
La pandemia encuentra a Venezuela sumergida en una aguda crisis política con una economía devastada por seis años consecutivos de recesión, inflación galopante y una violenta depreciación de la moneda. El dictador Nicolás Maduro y sus generales se sirven cínicamente de la cuarentena para continuar afianzando la tiranía militar.
La situación sanitaria para responder a la pandemia es desoladora. En la mayoría de los 46 hospitales "centinela", elegidos para luchar contra el coronavirus, no hay agua, electricidad, insumos médicos, equipos de protección ni pruebas de detección del Covid-19. Solo cuentan con 80 camas de cuidados intensivos equipadas con respiradores.
Según lo manifestado por la subsecretaria del Departamento de Estado de los Estados Unidos para Cuba y Venezuela, Carrie Filipetti, el 44% de los hospitales no dispone de electricidad de manera continua y el 66% no tiene agua corriente las 24 horas. El 64% carece de equipamientos de rayos X y el 90% no tiene siquiera protocolos para cuidados respiratorios frente a un virus.
No obstante, la dictadura chavista se ufana de gobernar uno de los países en la región con más pruebas rápidas de diagnóstico realizadas, pese a que solo cuenta con un laboratorio autorizado en todo el país para realizar tests moleculares.
El 64% carece de equipamientos de rayos X y el 90% no tiene siquiera protocolos para cuidados respiratorios frente a un virus
Para el último informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de la pandemia en Venezuela, hasta el 21 del mes último las autoridades sanitarias reportaron haber realizado 697.691 pruebas de diagnóstico de Covid-19, de las cuales el 97,7% fueron efectuadas con sensibilidad limitada, es decir que fueron defectuosas. En tanto, 16.577 fueron pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés), que son las únicas mundialmente reconocidas para determinar si una persona está infectada con coronavirus. Es decir que solo el 2,3% de los tests realizados por el régimen de Maduro han sido confiables.
Para enfrentar y paliar los efectos del Covid-19, Maduro debería promover el diálogo sincero y sin condicionamientos –que todo indica que pretende continuar evitando– con la oposición, además de seguir la opinión y las recomendaciones de los epidemiólogos y especialistas más destacados en la materia, y aceptar la ayuda humanitaria de la comunidad internacional. En una emergencia de tal envergadura la única prioridad es la salud de la sociedad venezolana.
Las precarias condiciones de vida en el país caribeño auguran un panorama aún más doloroso, por el que la comunidad internacional deberá continuar insistiendo para que esa ayuda llegue eficazmente al castigado pueblo venezolano.