Valiosa ley sin reglamentar
Desperdicio de comida y cifras de pobreza son dos caras de una misma moneda. Los últimos informes del Observatorio de la Deuda Social de la UCA reportan que la llamada pobreza multidimensional urbana trepó del 26,6 al 31,3% entre 2017 y 2018, una cifra encarnada en más de 12 millones de compatriotas que no cubren la canasta básica total.
Casualmente, también son más de 12 los millones de kilos de alimentos rescatados y distribuidos por la Red Argentina de Bancos de Alimentos (Redbda), organización activa en 13 provincias que surgió a instancias de los propios bancos de alimentos para potenciar el trabajo conjunto. La referida cantidad de alimentos superó en un 30% lo aprovechado en 2017. Por simple división matemática, hablamos hipotéticamente de 1 kg de comida por cada argentino pobre por año. Aun cuando valga la pena celebrar el incremento de donaciones, no deja de ser una ecuación tan injusta como indignante que refleja la dolorosa situación que cotidianamente atraviesan millones de personas que sufren el escándalo del hambre.
Por todo esto nos unimos a la Redbda, en la celebración de 15 años de aplicación de un modelo virtuoso de reducción de hambre y desperdicio de alimentos en buen estado. En esos años, las alianzas con productores y distribuidores de alimentos, supermercados y mercados concentradores, rescató del descarte 90 millones de kilos de alimentos en condiciones de ser consumidos. Los 12 millones de kilos de alimentos aprovechados en el último año se distribuyeron entre 380 mil personas, niños en un 75%.
Hasta aquí, la sanción de la ansiada ley del buen samaritano o ley donal -que finalmente se concretó en 2018- sirvió para abrir nuevos espacios de encuentro al servicio de potenciar el trabajo y las sinergias. Con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la Red trabaja en la difusión del modelo entre sus cámaras asociadas y con Nilus avanzan por el camino de desarrollar soluciones tecnológicas dirigidas a aumentar el aprovechamiento del desperdicio en lugares donde hoy no se realiza a partir de la activación de "Bancos Virtuales".
La citada ley acotó finalmente la cuestión de la responsabilidad civil y penal de los donantes por los daños y perjuicios que pudiesen provocar por la mercadería entregada, abriendo la puerta a que mayor número de empresas productoras y distribuidoras dejen de destruir o desechar alimentos y puedan donarlos. Lamentablemente, la ley aún no se ha reglamentado y, en la práctica, no se ha visto todavía el incremento de donaciones que se propone generar.
Hay una demanda acuciante de alimenos que no entiende de partido políticos, ideologías,internas, burocracias o de simple desidia. Una vez más, instamos al Poder Ejecutivo a no demorar la urgente reglamentación de esta importante ley. El escándalo moral del hambre requiere atención y no hay tiempo que perder.