Vacían las arcas de San Luis
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Si bien a Alberto Rodríguez Saá no le queda más remedio que aceptar el juego democrático y entregar en diciembre el gobierno de San Luis a la oposición, la transición que está imponiendo es propia de un señor feudal. Entre los artilugios que viene ejecutando desde el 11 de junio pasado, cuando perdió las elecciones ante Claudio Poggi, hay uno que parece desvelarlo: condenar al futuro mandatario a recibir un gobierno con las arcas vacías.
Poggi denunció que el actual gobernador retiró los últimos 88 millones de dólares de las reservas que el gobierno provincial conservaba en cajas de seguridad del Banco Nación con el objetivo de pagar a nuevos empleados y comprometer futuras obras públicas, como una forma de dejar sin respaldo financiero a la nueva gestión.
El futuro mandatario había denunciado que Rodríguez Saá intentaba crear un “Estado paralelo” al impulsar y lograr que fuera aprobada una ley “para nombrar a 53 funcionarios políticos con sueldos de 800 mil pesos” convirtiendo a la legislatura provincial en un “aguantadero de los actuales funcionarios” una vez que concluya el actual mandato. Otra idea, también denunciada por Poggi, pasa por establecer que la Universidad Provincial de Oficios sea convertida en un organismo autárquico con asignación específica de recursos, lo que implicaría sextuplicarle el presupuesto actual.
Poggi envío una carta documento a Rodríguez Saá algunas semanas después de ser elegido, intimándolo a que se abstuviera “de llamar a licitaciones, adjudicar o contratar obras públicas cuya ejecución exceda el vencimiento del presente mandato gubernamental” y de adoptar medidas que comprometieran o condicionen presupuestos futuros.
En los últimos días, Poggi denunció a los ministros firmantes de las nuevas obras y designaciones para que respondan de modo personal ante la Justicia porque no está permitido por la Constitución provincial adjudicar obras sin respaldo presupuestario comprometiendo los fondos públicos del próximo período.
Claudio Poggi conoce muy bien el poder de daño de Alberto porque creció bajo su ala y llegó a gobernador en el período 2011-2015 como su delfín. La transición en San Luis no se realiza en condiciones republicanas ni democráticas sino en términos feudales y discrecionales, porque Alberto Rodríguez Saá está decidido a entregar el gobierno pero no el poder, está embarcado en transferir el mandato pero no la gestión. En definitiva, quiere demostrarle a su sucesor que el delfín puede llegar a morder al tiburón, pero que siempre el tiburón termina por comerse al delfín.