Uruguay le dice formalmente adiós a la Unasur
La idea de conformar la llamada Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) nació en 2008, de la mano de un grupo de mandatarios afines a posiciones populistas, conformado entonces por Hugo Chávez, Lula da Silva, Néstor Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales y José Mujica.
Los unía el deseo ideológico, no siempre explicitado, de eliminar a los Estados Unidos de las conversaciones y decisiones regionales. Para eso, creían que la Unasur debía eclipsar a la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, en la cual los Estados Unidos participan activamente, como un Estado miembro más.
El expresidente argentino Néstor Kirchner impulsó activamente ese proyecto y fue designado primer secretario general de la Unasur, aunque nunca llegó a asumir ese cargo.
Cumpliendo rápidamente con sus promesas electorales en materia de política exterior, el nuevo presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, ha anunciado formalmente el retiro de su país de la inactiva Unasur, que parecía ya estar ausente con presunción de fallecimiento. Esta decisión debe entonces entenderse como una suerte de demorada partida de defunción y desintegración de la fracasada Unasur. También, como una expresión clara de un deseo real de fortalecer a la OEA.
Al hacer pública su decisión, el gobierno uruguayo señaló, con toda justeza, que la Unasur ha sido ya abandonada por la mayoría de los países de la región, con las únicas y sugestivas excepciones de Guyana, Surinam y Venezuela, y que ella ni siquiera cuenta con una sede, ni con una secretaría general. Agregó que la Unasur era una organización sin base institucional, que estuvo basada en afinidades ideológicas, que fueron, por lo demás, muy evidentes.
Simultáneamente, Uruguay anunció que no se retirará, sino que permanecerá en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), del que había comenzado ya los trámites de desvinculación.
La Unasur estaba ya herida de muerte desde que había sido expresamente dejada de lado por la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú. Y Uruguay, con la decisión comentada, evidencia su voluntad de fortalecer el sistema interamericano edificado institucionalmente sobre la estructura tradicional de la OEA.