Máxima tensión entre Estados Unidos e Irán
El gobierno de Donald Trump tomó una gravísima decisión con su sorpresivo ataque en las inmediaciones del Aeropuerto de Bagdad con el logrado propósito de matar al influyente general Qassem Soleimani, a quien se consideraba el segundo de los hombres más importantes del gobierno teocrático de Irán, en un operativo que elevó al máximo la tensión de Medio Oriente. El líder iraní ejecutado era, desde fines de los años 90, el jefe de violentas milicias revolucionarias y encabezaba los grupos terroristas de elite denominados Quds, a los que utilizaba para planear y ejecutar toda suerte de atentados en el exterior.
Al momento de su muerte, Soleimani era el responsable directo de haber sitiado ilegalmente, con el concurso de milicias iraquíes chiitas, la embajada de los Estados Unidos en Bagdad, un episodio lamentable que trajo a la memoria lo sucedido en Teherán en noviembre de 1979, cuando se inició el sitio de la sede diplomática norteamericana, que derivó en una larga, repudiable y penosa toma de diplomáticos como rehenes.
Soleimani, entre otras cosas, conducía la relación entre su país y el cada vez más peligroso movimiento terrorista libanés Hezbollah, al que se considera responsable de los cruentos atentados terroristas cometidos en la Argentina contra la embajada israelí y la sede de la AMIA, con la probable participación de autoridades iraníes. Vivió sembrando violencia y murió claramente como consecuencia de ello.
Los iraníes lo despidieron con multitudinarios funerales en Teherán y en las ciudades santas musulmanas de Kerbala y Najaf. El gobierno de Irán ha prometido represalias violentas, al tiempo que muchos iraníes claman venganza, que podría apuntar no solo a Estados Unidos, sino también a Israel. El gobierno de Trump, por su lado, ha amenazado con un golpe rápido e incluso desproporcionado si Irán atacara objetivos norteamericanos. Entretanto, desde todos los rincones del mundo se aconseja la prudencia, para evitar una escalada mayor del conflicto.
Con la decisión aludida, el gobierno estadounidense parece estar ahora empantanado en el conflicto de Medio Oriente, del cual el presidente Trump había previamente decidido tratar de alejar a su país, y produjo ahora un dramático aumento de las peligrosas y complejas tensiones e inestabilidades regionales. Cabe esperar que la diplomacia internacional pueda encarrilar hacia márgenes previsibles un conflicto que de por sí no tendrá una fácil resolución.