Venezuela: territorio forajido
CARACAS.- Las instituciones no son más que capítulos ruinosos de la corrupción, y las violaciones de los derechos humanos son la más frecuente de las realidades imperantes en Venezuela. No hay sistema de salud que atienda a los enfermos. No hay agua. Tampoco hay servicio eléctrico constante. Ahora no hay combustibles. Ni transporte público suficiente y confiable.
¿Y qué hay entonces en Venezuela? Hay bandas organizadas. Donde había una nación, ahora pululan estructuras criminales que se han repartido el devenir venezolano.
Estas bandas apenas atienden a las órdenes del régimen, salvo en un ámbito: asediar y reprimir a personas y comunidades que protestan. De hecho, los forajidos ahora van todavía más lejos: detienen, aprisionan y torturan a los que se quejan o simplemente comentan lo que está ocurriendo. Las que eran instituciones han devenido en mafias que se disputan los menguados ingresos de la producción petrolera, pero, sobre todo, los todavía más precarios bolsillos de las familias venezolanas.
En los estados de Zulia, Táchira, Apure y Amazonas hay zonas enteras bajo el control del Ejército de Liberación Nacional (ELN), de las ex-FARC, y de otros grupos de traficantes de droga. ¿Se puede hablar de soberanía cuando también en las operaciones mineras ilegales en Bolívar, así como en otros 12 estados, hay grupos armados que viven y realizan operaciones bajo la protección de bandas, en este caso uniformados pertenecientes a cuerpos policiales y militares?
El Nacional - Venezuela