Un espejo que vaticina el futuro
Reposo, como Espinosa en Santa Cruz, son muestras claras de un poder político que insiste en sostener lo inexplicable
Como repetidas veces se ha advertido desde estas páginas, las lamentables experiencias sociales, económicas y políticas que ha atravesado y atraviesa la provincia de Santa Cruz nos señalan claramente que éstas se reproducen a nivel nacional.
El patético vodevil del ahora ex candidato a procurador general de la Nación, Daniel Reposo, cuyo nombramiento asombró al mundo jurídico, académico y, luego de la audiencia pública realizada en el Congreso, a la ciudadanía, nos recuerda la singular apuesta elucubrada por el gobierno kirchnerista de la provincia sureña para reemplazar al reconocido por su independencia procurador fiscal Eduardo Sosa.
Como es sabido, Sosa había iniciado una investigación relacionada con los millonarios fondos provenientes del pago de regalías petroleras que desaparecieron de Santa Cruz y eso motivó su inconstitucional despido. Seis sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenaron su reposición, órdenes que fueron flagrantemente desobedecidas.
Estaba claro que su insólita remoción había sido manifiestamente ilegal; sin embargo, el abogado Claudio Espinosa, entonces juez en Río Turbio, se apresuró a aceptar el ofrecimiento que se le formuló para reemplazarlo.
¿Qué antecedentes ostentaba el flamante funcionario para ser designado jefe de los fiscales?
Se sabía que, en sus anteriores actuaciones judiciales, había sido durísimamente reprendido por el Tribunal Superior de Justicia, que le imputó un supino desconocimiento del derecho. En ámbitos judiciales, también eran conocidas sus intromisiones en causas ajenas, rayanas en figuras delictivas.
Sin embargo, existían otros méritos de valor extrajurídicos. Como Espinosa mismo comentaba orgullosamente en reuniones públicas, había tenido la oportunidad de socorrer en la ruta a la señora de Kirchner, cambiándole el neumático pinchado de su automóvil y enviándole más tarde un ramo de flores.
Como Reposo, que lucía hasta hace poco tiempo en su Twitter su filiación kirchnerista, Espinosa, para no ser menos, recientemente agregó a su currículum el haber participado activamente de un acto político del Frente para la Victoria, portando un cartel de dimensiones considerables con el que posó para ser fotografiado.
El espejo de la historia parece decidido a vaticinar el futuro.