Testamento infantil y trasplantes de órganos
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La cantidad de pacientes en espera de órganos para ser trasplantados nos obliga a continuar insistiendo sobre la importancia de crear conciencia y de apelar a todos los medios posibles para mejorar nuestra performance local y salvar más vidas.
Desde la ciencia, las contribuciones en este plano merecen celebrarse. Órganos que podrían ser descartados por distintos motivos hoy van camino de aprovecharse. Tomemos por caso el hígado. Si hasta aquí debía almacenarse en hielo y ser trasplantado dentro de las 12 horas, la revista Nature Biotechnology difundió recientemente que las investigaciones del Hospital Universitario de Zúrich permitieron conservarlo por tres días. La máquina utilizada realiza lo que se denomina una perfusión normométrica ex situ de órganos dentro de un rango de temperaturas que mantienen activas las funciones metabólicas hasta el trasplante. Un importante avance.
La ley no permite que menores de 18 años donen sus órganos. Mucho menos que las personas puedan venderlos, considerándolo una mercancía más, como livianamente propuso días atrás el diputado Javier Milei. Afortunadamente, también está expresamente prohibida por nuestra legislación cualquier contraprestación u otros beneficios por la donación de órganos, tejidos o células.
Sería bueno que algunos exponentes de la política pusieran sus derroches de creatividad al servicio de mejores fines. Gracias a la ley Justina, todos somos donantes de órganos a menos que manifestemos lo contrario. Lamentablemente, los órganos de los adultos no sirven para ser trasplantados a un niño y, de la larga lista del Incucai que requieren un órgano al día de hoy, unos 170 son niños. Siempre es un adulto quien decide donar los órganos de un menor de edad.
La Casa Justina, la Sociedad Argentina de Trasplantes, el Consejo Publicitario Argentino y Grey Argentina se unieron para difundir una campaña que denominaron “Testamento Infantil”, cuyo objetivo es que los chicos puedan hablar de su voluntad de donar como una forma de instalar el tema de la donación pediátrica de órganos en la sociedad. Parten de considerar que un joven de 16 años puede conducir un vehículo y elegir un presidente, pero no puede registrarse como donante de órganos. Algo no está bien. O podría estar mejor.
Si en lugar de proponer alocadas iniciativas como instituir el Día Provincial del Heavy Metal en el Chaco nuestros legisladores trabajaran en resolver algunas de las muchas incongruencias que rigen nuestras vidas, como la que desnuda esta inteligente campaña sobre donación de órganos pediátricos, seguramente los ciudadanos se lo agradeceríamos, y muchos niños también.