Taiwán y su ingreso a la OMS
Por cuestiones de índole política que se remontan a 1949 y que aún se mantienen, Taiwán se separó de la que es hoy la República Popular China cuando las fuerzas comunistas se hicieron cargo de su gobierno. Debido a las presiones ejercidas por Pekín en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Taiwán quedó excluido de su seno y de sus diversas ramas, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desde hace varios años, el gobierno de Taiwán solicita su incorporación a la OMS, y alega la necesidad de que se haga justicia con los millones de chinos taiwaneses y extranjeros que allí viven, incorporándolos para que puedan beneficiarse de las campañas del organismo en materia de salud y, por otro lado, el gran apoyo que la ciencia médica taiwanesa puede brindar a la humanidad a través de sus investigaciones y éxitos en diversos campos de la salud.
El cuidado de la salud no conoce fronteras, porque es un patrimonio de la humanidad, y ningún país debe ser excluido. Sin embargo, año tras año, la OMS esquiva su ingreso, contrariando uno de sus objetivos, como alcanzar el grado máximo posible de salud para la humanidad. Este principio es universal y no solo reconoce el derecho de cualquier país al acceso de estrategias de salud, sino que también encierra el mandato irreversible de que, al ser universal, prohíbe expresamente la exclusión.
La salud de todos los pueblos es una condición fundamental para lograr la paz y la seguridad, y depende de la más amplia cooperación de las personas y de los Estados para garantizar una respuesta óptima a las amenazas y los desafíos de la salud pública. Una crisis en cualquier lugar se puede convertir fácilmente en un problema en todas partes, circunstancia que estamos atravesando en la actualidad a partir del Covid-19 que surgió por primera vez en Wuhan, China, a fines de 2019 y que la OMS declaró pandemia mundial.
El sistema de salud de Taiwán es sumamente avanzado tanto en su aspecto tecnológico como en el aspecto de capacitación de todos sus profesionales. Las inestimables lecciones aprendidas desde la pandemia del SARS de 2003 permitieron que tomara medidas previas de prevención y respuesta proactiva de forma inmediata contra el Covid-19, lo que ha minimizado su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Es de esperar que la comunidad internacional reconozca las contribuciones de Taiwán en las esferas de la salud pública, la prevención de enfermedades y el derecho humano a la salud, y admita su inclusión en la OMS, toda vez que, de acuerdo con el lema de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, nadie debe quedar atrás.