Santa Cruz: se robaban hasta el agua
El actual gobernador santacruceño reconoció graves irregularidades en la empresa encargada del suministro de ese vital elemento en Caleta Olivia
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La provincia de Santa Cruz, cuna de los peores males que azotaron a este país, vuelve a ser el centro de las miradas. El sindicalista petrolero Claudio Vidal puso fin a 32 años de dominio kirchnerista al ganar la gobernación el año último, tras haber sido él mismo aliado estratégico de dicha fuerza hasta julio de 2021.
La localidad patagónica de Caleta Olivia, cercana al límite con Chubut, es la segunda más poblada detrás de Río Gallegos. Desde el descubrimiento de petróleo en la región en 1944, su movimiento comercial y petrolífero la hermana con Comodoro Rivadavia, con la que comparte su condición de manantial de oro negro. Pero donde sobra el petróleo y el azul intenso del océano es una invitación, falta históricamente el agua potable.
“Acá hubo negocios con el agua toda la vida”, declaró el gobernador Vidal
La primera planta de ósmosis inversa para desalinizar el agua de mar para abastecimiento de los habitantes de la ciudad se inauguró en 2015. Sin avisar, Vidal se hizo presente en los cargaderos de agua de Caleta Olivia y encontró en tres escuelas las válvulas de agua estranguladas. Denunció estas irregularidades públicamente y pidió la renuncia de altos funcionarios de la empresa de Servicios Públicos Sociedad del Estado (SPSE). Afirmó que existen fundadas sospechas de que se buscó afectar el normal suministro de agua en la ciudad con el fin de cargarla en camiones para su posterior venta particular. “Hubo constantes acciones de boicot para afectar el normal suministro de agua en la ciudad. Esos sabotajes consistían en cerrar las llaves de los centros de distribución, para robar el agua potable que se distribuye entre los vecinos residenciales”, denunció, fogoneando un escándalo político que involucra a su antecesora en el cargo, Alicia Kirchner.
Las maniobras de boicot tendrían varios años de antigüedad, como surge de informes del Tribunal de Cuentas difundidos ya en 2019, con detalle de pagos documentados por contrataciones directas. “Acá hubo negocios con el agua toda la vida. Basta de tapar las cosas. La planta de ósmosis de Caleta Olivia es el claro ejemplo de lo que pasó en la provincia durante tantos años: corrupción”, declaró el gobernador, quien ordenó a los funcionarios en cuestión que hicieran la correspondiente denuncia ante la Justicia.
El gerente de SPSE zona norte, Alejandro Mamani, máximo responsable de conducir desde hace seis meses la empresa en Caleta, sigue en funciones aun cuando es el personal a su cargo el acusado de las maniobras. Si la intención es terminar con la matriz de corrupción instalada en torno de la provisión de agua, se debería garantizar que no se proponga simplemente un pase de manos.
Si realmente el viento santacruceño ha cambiado de dirección, se deberá avanzar con las investigaciones que limpien a la provincia de tanta corrupción
El mandatario ordenó a la policía regional el control total y la custodia de las llaves y válvulas de los acueductos, por encima de los trabajadores de la empresa. Asimismo, pidió un estudio de las inversiones para mejorar el servicio.
Los funcionarios tienen la potestad de denunciar cualquier irregularidad en sus áreas. El gobernador Vidal, en seis meses de gestión, ha promovido más denuncias que el kirchnerismo a lo largo de tres décadas. No es algo menor considerando que en Santa Cruz nunca había ocurrido que un funcionario se presentase a denunciar corrupción en su propio ámbito, pero cuando los funcionarios fueron a hacer la denuncia en Caleta Olivia se encontraron con que no había fiscal.
Quienes han jugado por años con las necesidades de los caletenses deben ser penalizados. Si realmente el viento santacruceño ha cambiado de dirección, se deberá avanzar con las investigaciones y denuncias que limpien a la provincia de tanta corrupción enquistada por años.