Salud y cigarrillos electrónicos
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Cada vez son más los estudios que vinculan a los cigarrillos electrónicos con efectos nocivos y encuentran que no son tan seguros como se pensaba. La Organización Mundial de la Salud advierte que, además de ser adictivos por la presencia de nicotina, el vapeo conlleva numerosos riesgos tanto por daños en los pulmones como en el cerebro, y que estos efectos son aun peores en adolescentes cuando el cerebro está en desarrollo. Las lesiones son comparativamente mayores por vapeo ya que se manifiestan a edades más tempranas.
También se alerta respecto de que el consumo temprano de estos dispositivos puede empujar a adolescentes y niños a convertirse en fumadores tradicionales en el futuro, por lo que amenazan la lucha para frenar el consumo del tabaco en el mundo.
Una investigación de la ONG MedStar Health en Baltimore determinó que las personas que vapeaban tenían un 19% más de probabilidades de recibir un diagnóstico de insuficiencia cardíaca que las que no lo hacían. Especialistas de la Federación Argentina de Cardiología refieren que la idea de que los cigarrillos electrónicos son una opción inofensiva y hasta una alternativa para abandonar el tabaquismo se ha instalado aun cuando la evidencia científica contradice tal afirmación.
El cigarrillo electrónico supone una amenaza para la salud pública y las pruebas existentes son insuficientes para afirmar que estos dispositivos sean de ayuda para dejar de fumar o disminuir el riesgo del tabaco. Por ello resulta necesario insistir en la implementación de medidas que adviertan sobre su peligrosidad.
No menos importante será la realización de campañas de prevención que sean tan claras como las que se han utilizado, exitosamente, para disminuir el consumo de tabaco. No se puede jugar con la salud de los jóvenes y adolescentes disfrazando los nocivos efectos que los cigarrillos electrónicos han demostrado tener.