Rusia, en diálogo con Ucrania
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De modo amenazador, Rusia centra su poder militar sobre todo en Ucrania y sus alrededores, pero también en el Báltico y en la anexada Crimea, así como en torno de la ciudad de Sebastopol, recientemente anexada de modo ilegal.
No obstante, su reciente anuncio del retiro de 10 mil efectivos militares dispuestos en Ucrania es un paso importante en dirección a disminuir tensiones, especialmente por el enorme poderío embarcado y aerotransportado allí desplegado a modo de directa advertencia.
Para el asediado gobierno de la inestable Ucrania, hoy a cargo de Volodymyr Zelensky, en combate contra los separatistas pro rusos desde 2014, el diálogo con Moscú felizmente se ha reabierto. Esto es naturalmente tranquilizador respecto de un conflicto que, desde aquel año, ha acumulado ya unos 13.000 muertos y que debiera poder resolverse pacíficamente.
Moscú, no obstante, ha limitado específicamente la navegación militar en el estrecho de Kertch, conexión entre el Mar de Azov y el Mar Negro, lo que, como era de esperar, dio lugar a inmediatas protestas por parte de algunas naciones occidentales que, naturalmente, defienden la libertad de desplazamiento en las aguas de esa convulsionada zona del este europeo.