Redes sociales: peligrosa adicción
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Con un meteórico avance de la tecnología, las redes sociales pueden proporcionar una limitada forma de conexión y apoyo para los jóvenes, especialmente para aquellos que están marginados. Más de la mitad de los adolescentes informan que las redes sociales los ayudan a sentirse más aceptados y apoyados, y el 80% refiere también que los conecta mejor con sus amigos.
Lamentablemente, los datos también demuestran que pueden dañar su salud mental. Un estudio de casi 7000 jóvenes de 12 a 15 años encontró que los adolescentes que pasaban más de tres horas al día en las redes sociales duplicaban su riesgo de experimentar malos resultados de salud mental, incluida la depresión y la ansiedad.
Utilizar WhatsApp como medio de comunicación, publicar una foto en Instagram con la esperanza de recibir un like o jugar a las cartas un rato en línea no tiene nada de malo. El problema se plantea cuando estas situaciones devienen en adicción; esto es, una compulsión enfermiza vinculada a la hiperconexión y que en numerosos casos se asocian también al juego online.
Los especialistas alertan sobre el tremendo potencial adictivo de las pantallas para todas las edades, a la vez que afirman que nos encontramos frente a una pandemia silenciosa. En líneas generales, como ante cualquier hábito o sustancia, se considera que alguien es adicto a las redes cuando su consumo le provoca un daño a él mismo o a su entorno, destacan los especialistas.
El doctor Vivek H. Murthy, cirujano general de Estados Unidos, la máxima autoridad en materia de salud pública, emitió una advertencia pública en la que alerta sobre los riesgos que el uso de las redes sociales tiene para los no tan jóvenes. En un informe de 19 páginas, Murthy señala que las redes sociales pueden ser beneficiosas para algunos usuarios, pero que hay abundantes indicadores de que también pueden tener un grave riesgo de daño para la salud mental y el bienestar de niños y adolescentes.
En Estados Unidos, fiscales de 41 Estados (demócratas y republicanos) han logrado abrir una gran causa contra Meta, la compañía comercializadora de Instagram y Facebook. La fiscal general de Nueva York, Leticia James, he dicho que «Meta se ha aprovechado del dolor de los niños diseñando intencionadamente sus plataformas con características que los manipulan y convierten en adictos», una gravísima acusación que tendrá consecuencias de todo tipo.
Recientemente Nueva York demandó a las redes por adictivas y peligrosas. La medida es contra las grandes empresas tecnológicas que gestionan las principales redes sociales, como Facebook, Instagram, Tik Tok, Snapchat y YouTube. La demanda se presentó ante la Corte Suprema de California, donde está la sede de la mayoría de ellas.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, manifestó que este tipo de empresas alimentan una crisis de salud mental con el diseño de sus plataformas. Según informó la oficina del alcalde, gastan más de 100 millones de dólares en programas y servicios de salud mental destinados a los jóvenes cada año. El informe en el que se apoyó Adams recoge que un 77% de los alumnos de secundaria pasan tres horas o más al día delante de una pantalla en su tiempo de ocio y, aunque no trazó una causa directa, recordó que en 2021 un estudio demostró que el 38 % de alumnos de secundaria atravesó sentimientos de desesperación al punto de cesar sus actividades habituales.
La presidenta de la Subcomisión de Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) de la Sociedad Argentina de Pediatría, Silvina Pedrouzo, señaló que los pediatras están viendo las consecuencias del uso inapropiado de las redes sociales en todas las edades. En los más pequeños, advierten síntomas asociados a la falta de control de las emociones y la conducta por sobreestimulación, síntomas de hiperactividad, alteraciones en la interacción social, la comunicación y el desarrollo del lenguaje. En edad escolar, alteraciones en relación a la falta de memoria y atención y bajo rendimiento académico. En preadolescentes y adolescentes se agregan síntomas de ansiedad, aislamiento social y/o síntomas de depresión. En todas las edades, síntomas generales como alteraciones posturales y del sueño, irritabilidad, cefaleas, sedentarismo, sobrepeso u obesidad.
Ante tan contundentes resultados no cabe más que esperar una categórica reacción de padres, familias y escuelas alertando sobre estos peligros. Instalar conversaciones sobre estas cuestiones es fundamental, tanto como fijar límite de cantidad de horas para estar conectado, determinar el acceso a contenidos según rangos etarios y campañas de información son algunas de las medidas que deberían implementarse para dar seguridad a los usuarios de redes, especialmente a los más vulnerables.