Recrudece la violencia armada en Colombia
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En el último informe de Human Rights Watch, del 13 del mes último, el organismo alertó que la violencia vinculada al conflicto armado en Colombia ha venido adoptando nuevas formas luego de la firma del Acuerdo Final de Paz entre el Estado colombiano y la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
A pesar de que se había registrado una disminución de los hechos violentos después de la firma de ese acuerdo, la organización defensora de derechos humanos advirtió que la tendencia se revirtió al confirmarse un incremento de abusos cometidos por parte de grupos armados ilegales en las zonas más apartadas del territorio nacional, entre los que destacan asesinatos y desplazamientos masivos forzados.
Denunció, además, que grupos armados ilegales como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo, entre otros, continuaron cometiendo crímenes de guerra y violando derechos de la población, dejando una dolorosa secuencia de homicidios, secuestros, y desplazamientos además del reclutamiento de menores de edad.
El nuevo año tampoco trajo noticias tranquilizadoras, ya que la violencia se ha hecho nuevamente presente no solo en el estado de Arauca, sino a lo largo de toda la frontera colombo-venezolana donde se libra una lucha por el control territorial y el dominio de las múltiples fuentes de una economía ilegal cuya base es el narcotráfico. La guerra es por el dominio de los corredores de tránsito de las drogas, el tráfico de armas, el contrabando de gasolina y, en general, por cualquier negocio vinculado con la violencia.
Una serie de estudios realizados en los últimos diez años da cuenta de cómo los grupos violentos, y especialmente los paramilitares en el último lustro, han condicionado el comportamiento de los electores para los comicios a cargos públicos en algunas regiones colombianas. La Fundación Paz y Reconciliación (Pares) ha sostenido que, “tradicionalmente, la violencia es un mecanismo más de competencia electoral en el país”.
Colombia celebrará el 13 del mes próximo elecciones de miembros del Senado y de la Cámara de Representantes, mientras que la primera vuelta de las presidenciales será el 29 de mayo. La segunda, en caso de ser necesaria, será el 19 de junio.
Dada la cercanía del calendario electoral, Pares prevé que, “como viene siendo tradicional”, enero y febrero del corriente año pueden ser los más violentos.
Es de esperar que el Estado, a través de sus políticas de seguridad, pueda frenar definitivamente esta guerra entre grupos armados para brindar seguridad a todos los ciudadanos y evitar un regreso a los peores días del conflicto que, durante décadas, asoló a Colombia.