Recortes en ciencia
Los recortes presupuestarios en ciencia y técnica generaron en estos meses fuertes reclamos de científicos y de las instituciones donde investigan. Los bajos salarios indican la falta de estimulo a la excelencia científica, a pesar de que el sector es pequeño y sus conocimientos aportan alto valor a la economía. Aunque resulta paradójico, dichos ajustes y las crisis económicas que los causan se deben en gran parte al erróneo financiamiento de la ciencia en la Argentina. El conocimiento es el mayor valor de la economía. Einstein lo predijo: "Los imperios del futuro se construirán sobre el conocimiento".
En países desarrollados, el Estado invierte la menor parte del gasto científico, siendo la industria el gran inversor, que financia del 50 al 75% de investigación y desarrollo (I+D). En la Argentina, el Estado financia el 75% y la industria solo el 18,2%, pues no demanda conocimiento al estar protegida por altos aranceles.
Mientras los países desarrollados protegen el conocimiento, estimulan la relación ciencia-industria y obtienen regalías y donaciones, la Argentina pretende financiar su ciencia mayormente desde el Estado, quebrado desde hace décadas. Esto atenta contra el crecimiento.