Reactivar la industria del turismo
Impulsar el sector y acompañarlo con medidas adecuadas permitirá recuperar una actividad económica clave para el desarrollo del país
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Una de las industrias más golpeadas por la pandemia ha sido, sin duda, la del turismo, capaz de mover millones de personas y millones de dólares en todo el mundo. Representantes de la Organización Mundial del Turismo (OMT) calificaron la situación de sin precedentes y pronosticaron que solo para 2024 se alcanzarán los niveles de actividad prepandemia.
En la Argentina, la fuerte caída de la demanda como resultado de la crisis económica había reducido en un 40% el volumen de trabajo del sector ya en la segunda mitad de 2018 respecto de años anteriores. Casi sin rentabilidad, lograba subsistir merced a la contribución de los valores crecientes del dólar. La creación del impuesto PAIS a fines de 2019, por el que se impuso un recargo del 30% al valor de la divisa al momento de la venta de servicios, constituyó un nuevo golpe y ya no hubo tiempo de reacomodarse cuando la cuarentena impuso su fatídico parate. Profundizó todavía más la caída de la actividad que en septiembre de 2020 el Gobierno haya sumado un 35% de percepción a cuenta del impuesto a las ganancias o del impuesto sobre bienes personales al comprar moneda extranjera o consumir con tarjeta de crédito o débito en otra divisa.
Los desaciertos gubernamentales en materia de turismo se sumaron a los graves efectos generados por la eterna cuarentena
El desacertado criterio sanitarista evidenció, también en este terreno, la ausencia de una visión integral que incluyera enfoques multidisciplinarios para validar la toma de decisiones y paliar los devastadores efectos sobre el turismo. Con facturación cero por más de seis meses, innumerables cancelaciones, pedidos de devolución y reprogramaciones, sostener las improductivas infraestructuras, con gastos operativos inelásticos, se tornó imposible para muchos actores.
El propio ministro de Deporte y Turismo, Matías Lammens, asumió el papel de vocero de decisiones de otros funcionarios y se vio obligado a desdecirse en varias oportunidades. En el último tiempo, Lammens llegó incluso a anticipar que la vacunación para turistas sería “un atractivo más” para que nos visitaran, cuando nuestro país ha sido, en la práctica, uno de los que con más demoras va completando un esquema que ya demanda terceras dosis.
En el camino hacia la recuperación, urge adoptar una visión integral que incluya enfoques multidisciplinarios para la toma de decisiones
Vanos fueron también ante el ministro los esfuerzos realizados por el sector para ganar representatividad y lograr la conformación de una comisión integrada por líneas aéreas; empresas de turismo; hotelería; los ministerios del área de producción y de economía, y el Banco Central, entre otros involucrados en el tema. El cierre de fronteras y las restricciones a los viajes colapsaron la capacidad de respuesta de agencias y aerolíneas, tal como denunció la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt), que pidió oportunamente al Gobierno que destrabara la situación de los argentinos varados en el exterior, en línea con el comunicado de Jurca, la Cámara de Compañías Aéreas de Argentina.
La reapertura de fronteras para turistas de países vecinos ya vigente y para el turismo internacional, a partir del corriente mes, junto con la eliminación de los cupos de ingreso permiten pensar en la posibilidad de que se recomponga la situación local, si se reactiva también la operación aerocomercial que mantuvo a la Argentina desconectada del mundo, un caso prácticamente único. Miembros del sector se preguntan si mantener las restricciones se funda en razones sanitarias o en una falta de dólares en el país cuando se estima que muchas divisas podrían salir en viajes a Brasil, Uruguay o Miami como destinos.
Con facturación cero por meses, cancelaciones y reprogramaciones, sostener las improductivas infraestructuras, con gastos operativos inelásticos, se tornó imposible para muchos actores
Con un cambio cada vez más favorable para quienes nos visiten, el Gobierno apuesta a las divisas que genere el turismo receptivo regional proveniente de Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay, pero que, es sabido, se canalizan mayormente de manera informal. De hecho, se estaría estudiando en ámbitos oficiales cómo captarlas, imponiendo algo así como un dólar turista inverso, con na engorrosa tramitación, lo que lo condena al fracaso.
En el orden interno, el programa Previaje ya cosecha más de un millón y medio de inscriptos con niveles altos de ocupación, a pesar de algunos inconvenientes en su operatoria. La anticipación y la gestión de turnos para la utilización de un servicio se afianza como tendencia y favorece a hoteles, líneas aéreas, servicios receptivos y restaurantes. Los beneficios para los prestadores sobrevivientes que no se vieron obligados a cerrar definitivamente o a transitar instancias concursales tras meses de inactividad son importantes.
Cuesta entender que de todos los beneficios que se analiza aplicar, las agencias de viajes y los minoristas no reciban ninguno a pesar de que históricamente han sido de los más afectados
Gran parte del turismo nacional se mueve por fuera de la gestión de agencias de viajes, muchos con compras directas, sin intermediarios. Es alentador que el aumento de los viajes locales y cercanos a lo largo del año también crezca.
Mientras tanto, Gol y Flybondi operarán desde mediados del mes próximo las rutas entre la Argentina y Brasil, y Azul Líneas Aéreas se incorporaría en julio de 2022. A los acuerdos que mantiene la línea de bandera con otras operadoras, se sumarán también los servicios de Viva Air, Wingo, Sky Perú e ITA (ex Alitalia), Air Canada, Ethiopian y British Airways. En un mercado tan dinámico, con aumento de la oferta, los precios se acomodan y se favorece la actividad. Volveremos a lamentar el injustificado cierre de la aeroestación de El Palomar.
Como parte del Programa de Reactivación del Turismo Bonaerense se aprobó el proyecto de ley que exime del pago del impuesto inmobiliario desde que se inició la pandemia a más de 7500 hoteles y alojamientos. Con idéntico fin y en sintonía con una iniciativa de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), el oficialismo trabaja en otro proyecto para la reactivación del sector. A las medidas de asistencias financieras sumaría la suspensión de ejecuciones fiscales por 180 días, reducción del 50% del IVA para la hotelería –se pide que contemple también la gastronomía–, postergación de plazos de planes de pagos, exención del impuesto a los créditos y débitos bancarios y la compensación de cargas sociales con el IVA hasta un tope del 8%, además de una deducción en ganancias del 40% por lo gastado en turismo nacional. Cuesta comprender que de todos esos beneficios las agencias de viajes y minoristas no recibirán ninguno aun cuando históricamente sufren doble imposición de impuestos o pagan débitos y créditos sobre movimientos en sus cuentas, producto de operar como intermediarios.
Hay mucho por hacer. Reactivar los engranajes de una industria generadora de tanto trabajo y divisas debe ser una prioridad.