Putin y Kim Jong-un: otro encuentro peligroso
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Recibido con todos los honores correspondientes a la primera visita del jefe de estado de Rusia desde el año 2000, Vladimir Putin mantuvo una importante reunión con el dictador norcoreano, Kim Jong-un, en Pyongyang, capital de Corea del Norte. En el encuentro se abordaron las principales cuestiones relativas a las relaciones diplomáticas entre ambos países y a la seguridad del orden global y se firmó un tratado que, entre otros temas, prevé la asistencia en caso de agresión contra una de las partes.
La visita de Putin se produce en un momento de creciente preocupación a raíz del acuerdo armamentístico por el que Corea del Norte proporciona a Rusia municiones muy necesarias para alimentar su guerra en Ucrania, a cambio de ayuda económica y de la transferencia de tecnología que podrían elevar la alarma que ya suponen los programas de armas nucleares y misiles de la hermética nación oriental.
Según Corea del Sur y potencias occidentales, en 2023 Norcorea transfirió a Rusia miles de contenedores con armamento, proyectiles para artillería y lanzaderas de misiles, que el ejército ruso ha empleado en el campo de batalla en Ucrania. Moscú, a cambio, habría asesorado al régimen norcoreano en el lanzamiento de satélites espía, una acción que evidencia el cese de su apoyo a las sanciones de las Naciones Unidas contra Corea del Norte.
Tanto Moscú como Pyongyang niegan el comercio de armas, que tienen prohibido por las sanciones de la ONU. Pero en la cumbre del G-7 celebrada en Italia hace pocos días, los líderes del grupo condenaron en los términos más enérgicos la creciente cooperación militar entre las dos naciones, incluida la exportación de misiles balísticos por parte de Corea del Norte y el uso que de ellos hace Rusia contra Ucrania.
Con este nuevo tratado de alineamiento con Rusia, que forma parte del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con derecho a veto, podrá, como ya ocurrió en marzo pasado, bloquear la renovación del mandato de los expertos que supervisan la aplicación de las sanciones contra Corea del Norte por su programa nuclear.
Analistas sostienen que la decisión del autócrata ruso de firmar un acuerdo de asociación estratégica con el dictador norcoreano responde al mayor involucramiento de países occidentales a favor de Ucrania. Asimismo, en el territorio gobernado por Volodimir Zelensky, también se observaron indicios de una creciente cooperación entre el Kremlin y Pyongyang. Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, Rusia ha disparado dos veces en el último mes misiles de fabricación norcoreana contra objetivos en Ucrania.
Además de su acercamiento con Kim Jong-un, Putin ha fortalecido su cercanía con China, Irán, Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por otro lado, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón respondieron a ese acercamiento fortaleciendo sus ejercicios militares combinados y los cancilleres de los países con más peso en la Organización del Tratado del Atlántico (OTAN) acordaron permitir que Kiev use las armas que le han ido cediendo para atacar objetivos en suelo ruso.
Este tipo de acuerdos y alineamientos no auguran un futuro de paz para el mundo, en medio de un escenario internacional cada vez más caldeado. Si bien la situación bélica en Ucrania, entre Israel e Irán, en la Franja de Gaza y en el mar Rojo -por citar los conflictos más recientes- ha escalado a límites muy peligrosos, hay que alertar de lo catastrófico que sería una conflagración que involucre a un número mayor de países. El mundo no soporta una guerra más. No hay alternativa a la diplomacia.