Putin avanza en Eslovaquia
MADRID.– Apenas se conocen los éxitos militares de Vladimir Putin en su invasión de Ucrania, pero son tangibles sus victorias políticas, paradójicas para una autocracia, puesto que se producen en las urnas. Pero no en las de la Federación Rusa, sino en las de otros países, como acaba de suceder en Eslovaquia. Los resultados de las elecciones generales del pequeño país centroeuropeo –5,4 millones de habitantes– se suman al bloqueo en el Congreso de Estados Unidos del capítulo presupuestario de ayuda a Ucrania y al giro antiucranio del partido polaco de extrema derecha en el Gobierno, Ley y Justicia. La victoria del nacionalpopulista Robert Fico, que podrá dirigir el gobierno de Eslovaquia por tercera vez, es una mala noticia. Ante todo, porque ha levantado como bandera de su campaña el final de toda ayuda militar a Ucrania, aunque ha adelantado que quiere participar en los beneficios de la reconstrucción del país vecino. Pero también porque bastaron cinco años para que el electorado eslovaco le absolviera de sus responsabilidades políticas en la corrupción de su partido, Smer, descubierta con el asesinato de una pareja de periodistas que investigaban las relaciones de la formación con la mafia calabresa. Al igual que otros gobernantes populistas, como los de Polonia y Hungría, el eslovaco se ha distinguido por su virulenta hostilidad hacia los periodistas.